domingo, 27 de mayo de 2018

Crítica Literaria: VHS (2017)



El escritor Alberto Fuguet confiesa haber violado a asesora del hogar .


Por Gonzalo Schwenke
Profesor y Crítico Literario.

VHS son las memorias de Alberto Fuguet vinculadas al homoerotismo y su fanatismo por el cine. Esta pasión que apareció en su adolescencia, es relatada durante 426 páginas dividas en nueve capítulos y que simulan las teclas de videocaseteras. En ellas, podemos leer extensos comentarios sobre la industria cinematográfica, biografías de directores, actores, actrices y películas favoritas del autor que dominaron la escena de los setenta y ochenta. En la nota introductoria se hacen explícitos los márgenes en el que se moverá esta obra: la no ficción en tanto campo de la realidad. Hay que indicar que este es el tercer libro en este terreno, No ficción (2015) y Sudor (2016), se distancian la literatura de ficción como Mala onda (1991), Tinta Roja (1998) o Las películas de mi vida (2003). En este volumen, la voz es la del escritor sin intermediarios. Asunto que es confirmado dos veces: “Aún no confiaba en la no ficción, en una voz que pudiera ser creativa y literaria pero no por eso menos real o mía. Primera persona, relato real, confesión.” (18), y a continuación: “Este libro no es una novela ni una ficción anclada en la realidad; es un intento por narrar y articular recuerdos cinéfilos. Son unas memorias.” (22).

Es necesario señalar que la memoria permite recuperar recuerdos y hacer identidad. Por lo mismo, el cine y su identidad sexual, son parte central de la identidad del narrador. En la página 364, Fuguet relata sus primeros pasos en el taller de la SECh, los primeros cuentos influenciados por Bukowsky el entusiasmo que le causó lograr que los compañeros de la Escuela de Periodismo creyeran que era parte de los bajos fondos santiaguinos. Recién ingresado a la universidad y con poca experiencia sexual con el mundo femenino, afirma sin mayor consternación, e incluso de manera anecdótica: “¿Qué sabía de sexo con mujeres? Casi nada, y mis manoseos a prostitutas sin que se me parara o con una empleada doméstica mapuche que Julio Facusse prácticamente me obligó a violar cuando yo tenía quince años y ella no más de dieciocho, me dejaron claro que por ahí no iba la cosa. Las únicas mujeres que podían redimirme tenían que ser extremadamente ricas y sofisticadas e inteligentes todas me parecían inabordables (de ahí su gracia) y estaban lejos y adentro de una pantalla.”

Con la valentía que lo caracteriza, Fuguet, un tipo políticamente incorrecto, da cuenta, con desparpajo, de una violación. Un acto repudiable, realizado por este autor y relatado como no ficción, por tanto “real”. Fuguet, se suma, con esto a la violencia patriarcal sin que se le mueva un pelo.

VHS (unas memorias) (2017) Alberto Fuguet. Random House Ediciones, 426 páginas.

martes, 22 de mayo de 2018

Crítica Literaria: Santos en el aula.

Por Gonzalo Schwenke

No me vayas a soltar (2017), segunda novela de Daniel Campusano (1983), da cuenta de Antonio. Un reciente profesor de lenguaje que, a falta de mejores oportunidades, entra al sistema educacional en la periferia de la capital. Con el propio habitué de los santiaguinos trasladándose en metro, el desaliento del protagonista se hace efectivo al momento de encontrar trabajo en algo que no pretendía realizar pero que termina reconociendo y asimilándose a la realidad: “comencé a escapar de la incomodidad, de la pobreza. Tantas veces hablando sobre igualdad y justicia, pero, finalmente era apenas un snob que cambiaba el mundo tomando vodka”. Dentro de las labores de docencia, debe normar alumnos/as, entregar herramientas y desarrollar habilidades para el futuro de cada uno, además de tomar la complicada jefatura de octavo básico. Enseguida, la narración se centra en los problemas conductuales de Gabriel, quien esconde un contexto familiar complejo: el padre con prontuario y la madre subordinada a la pareja.

En estas 103 páginas, el relato denuncia aquellas fundaciones que se esconden con la fachada de caridad para lucrar con la educación a través de establecimientos educacionales abandonados los que les permite sustentar otras empresas del mismo dueño. También emergen los trasfondos sociales en que se vulnera la infancia: la violencia dentro de los hogares, las violaciones de las niñas por parte de familiares cercanos, los secuestros de los hijos por parte de bandas rivales de narcotraficantes, los incestos, las drogas y las adicciones los que conforman un escenario tensionado por la escasez y el abandono social.

Los personajes que laboran e intervienen en el colegio dan paso a la falta de comprensión debido a los distintos intereses de clases que representan: el neurólogo Franco Cantergani tratando a los niños de manera violenta y clasista, la administradora Teté que busca el beneficio y rentabilidad del colegio. A diferencia de los profesores, la psicóloga Dominga y Antonio que investigan presuntos abusos sexuales entre hermanos y que deben realizar la denuncia al sistema judicial.

En consecuencia, no me vayas a soltar desarrolla en 18 capítulos un relato sobre la precariedad de la educación en la periferia. Realzada sin tapujos por su calidad de realismo social y que revaloriza el alicaído subgénero de la docencia. De igual modo, el libro no se queda en las menciones honrosas sino que sin ser portentoso logra defenderse por sí mismo, existiendo en ella, una escritura que significa rondar por las poblaciones acostumbradas a la violencia y al narcotráfico.

No me vayas a soltar (2017) Daniel Campusano. La Pollera Ediciones, 103 páginas.

domingo, 20 de mayo de 2018

Crítica Literaria: Contra los hijos (2018)



Por Gonzalo Schwenke

La maternidad. Aquel deber impuesto a la mujer para con los hijos, representado como máximo horizonte y la invasión de los vástagos en la vida cotidiana de ellas, es el tema de contra los hijos (2018). En este ensayo de 191 páginas, la escritora chilena Lina Meruane analiza críticamente el lugar de las mujeres que atienden la hora biológica y obedecen el orden social. Dirigido, principalmente contra aquellas que anularon sus aspiraciones individuales y buscaron en la maternidad la razón de ser. Contra las que pretendían amarrar al hombre, pero debieron asumir solas educar al crío. Contra las que se convirtieron en madres totales: trabajando tanto fuera como dentro del hogar sin reclamo. Contra aquellos que no asumieron la paternidad y abandonaron su descendencia. Contra los hijos que dejaron de ser una maquinaria económica concreta y hoy en día, dominan el hogar y se transformaron en la familia ideal a modo de imagen de publicitaria.

Meruane, es una de las voces disidentes en el cambio de siglo. Contra los hijos se ubica a su vez, dentro de la tradición ensayista junto a Simone de Beauvoir, Virginia Woolf, Sor Juana Inés de la Cruz, Ngozi Adichie y Diamela Eltit. Intelectuales que han entrado a los espacios públicos para pensarlos e intervenirlos con su discurso.

Para un lector amplio, masivo, escribe Meruane. Su voz inteligente, irónica, cotidiana, considera el lugar de la madre (ocupando todo el espectro del hogar, sin colaboración de ninguna índole y donde son muchos los casos de subordinación con los hijos) como mecanismo de reproducción de la sociedad conservadora y patriarcal, fórmula para anular las voces femeninas. En la lectura, aparecen una treintena de voces de distintas épocas y lugares tales como: Silvina Ocampo, Marta Brunet, Rebecca Solnit, Patrícia Galvão, Gabriela Mistral, Elvira Hernández, Mariana Enríquez, Marguerite Yourcenar, Natalia Ginzburg y un largo etcétera, no solo queda como listado de consulta, sino que como un continuo diálogo de perspectivas literarias, sociales e históricas.

La ausencia del padre es transversal e histórica. El hombre dominando el espacio público, esto es, la política, la economía, lo social, mientras que las mujeres realizan un trabajo sin horarios ni pago por la crianza de estos hijos. La participación del hombre en asuntos del hogar, es apenas actual y esporádica. 

Durante los siete capítulos en que la autora aborda el tema, acude a la tradición liberal de escritoras que instalaron la discusión hace siglos. Ellas, conforman un canon escritural y multiforme, que le permite poner en tela de juicio el lugar de la maternidad. La mujer, entonces, proyectada en los hijos, representa el abandono de la sociedad pública y limitada en su desarrollo profesional e intelectual.

En definitiva, la obra discute las políticas sobre la mujer y que no ha sido debatida abiertamente por la sociedad sin utilizar caricaturas ni reduccionismos mediáticos. De igual modo, el amplio panorama de obras utilizadas para revalidar esta diatriba realza la importancia de su intervención en espacios públicos en momentos en que se discute el aborto legal.


Contra los hijos (2018) Lina Meruane. Random House Mondadori, 191 páginas.