jueves, 21 de junio de 2018

Schwenke & Nilo: Parte de nuestras memorias culturales.

Schwenke &  Nilo: Parte de nuestras memorias culturales.




La memoria aborda distintas capas socioculturales que corresponden al resultado de las vicisitudes de los últimos cincuenta años en Latinoamérica. La ausencia del respeto a la vida, la coacción en el habitar los espacios públicos y la instalación de procesos económicos que superponen la explotación del individuo por sí mismo, con el correspondiente vaciamiento cultural afinca, en la necesidad de rememorar como un deber simbólico y social que canaliza el futuro de nuestra nación.
Schwenke & Nilo emerge en el Sur, pero mi hipótesis es que, no fue un grupo aislado sino que en el contexto generacional posibilita la aparición del dúo. Es decir, la existencia de núcleos asociados con discurso crítico y la vinculación en un territorio geográfico acotado. En el ochenta destacan en X Región de los Lagos artistas visuales del Grupo 7, los talleres Aumen, Matra, el Taller Murciélago, Chaicura, Índice, por nombrar algunos. La necesidad de referirme a colectivos de generación como método de trabajo, está en directa relación a la actual injerencia del individualismo neoliberal en la sociedad chilena. Puesto que existe la creencia genérica de que es necesario trabajar aislado porque el otro es percibido una amenaza. Por el contrario, durante el periodo dictatorial, la solidaridad era tal que el que venía atrás no era un acusador, sino que era quien cuidaba tu espalda, de igual modo uno mismo. Así lo testimonian los protagonistas de esta época.
En Santiago, el dúo se unió a Santiago del Nuevo Extremo, Eduardo Peralta, Isabel Aldunate, Hugo Moraga, Sol y Lluvia, Eduardo Yáñez, entre otros, conformando así el Canto Nuevo. Este movimiento artístico posterior a la Nueva Canción chilena fortaleció los vínculos bajo el alero de la iglesia católica, en peñas folclóricas, sindicato y poblaciones. Con la principal característica en rearmar el circuito cultural sorteando la censura, es decir, la necesidad de utilizar el lenguaje poético para decir lo que otros callan, expresar de manera metafórica para denunciar el estado abúlico y despistar a los adeptos al régimen cívico-militar. Así emergen en las letras de A mi ciudad: “En mi ciudad murió un día/el sol de primavera/a mi ventana me fueron a avisar” de Luis Le-bert o en El invierno: “Quédese compañera, ya pasa el temporal/cuando se aclare el cielo volveremos a volar” de Pato Valdivia, formas de resistencias dentro de un aparato controlador.  Por otro lado, en el documental Actores Secundarios (2004) aparece en diálogo los múltiples cassette que da cuenta del Canto Nuevo y que dio voz a las movilizaciones estudiantiles de 1985. Allí, en uno de los persas santiaguinos aparece, Samuel Gajardo, Exalumno Liceo de Aplicación/Actor señala “Schwenke & Nilo... ese cassette lo tenía todo el mundo...”
Con la llegada de la democracia, el pluralismo destruyó las convicciones y dar sentido a la memoria. Ya no era necesario criticar. El consenso político controló la disidencia social. Es decir, durante los noventas, la Concertación descompuso cualquier discurso contra el poder. En la biografía del dúo, Schwenke & Nilo: leyenda del sur (2015), Marcelo Nilo señala que “el error más grande y el pecado de la Concertación fuer desarticular la organización social que logramos construir en la dictadura”. Así lo señala Nelly Richard en Residuos y Metáforas (2001): el pluralismo limitó cualquier pensamiento crítico. Para imponer este discurso fue necesario anular antagonismos y de esto, se excluyó la memoria. Paralelamente, la premiada novela El futuro es un lugar extraño (2016) de Cynthia Rimsky revisita las movilizaciones de 1986 reflejando en la voz de uno de los personajes el cambio de mentalidad de la transición: “Cuando terminó la dictadura no encontré trabajo, de un día para otro mis reportajes se volvieron excesivamente serios, excesivamente críticos y hasta resentidos; según mis jefes, yo no entendía que la gente leía para entretenerse.” De modo, que el testimonio de Zanelli, basada en la experiencia inmediata, grafica el cambio de pensamiento que era necesario imprimir en los diarios.
Tras la muerte de Nelson Schwenke el 22 de junio de 2012 se suceden múltiples homenajes.
En Valdivia, Schwenke y Nilo regresó a tocar en el Aula Magna de la UACh, luego veinticinco años de veto. Durante 2013, la Casa de la Memoria y los Derechos Humanos de Valdivia, nombró a una de las salas “Espacio Schwenke: el arte contra el olvido”. En Cerrillos, la organización comunitaria sin fines de lucro conformó Centro Cultural Schwenke y Nilo. Mientras que, en la Academia de Artes La Casona de La Florida, nombraron la sala de manera homónima.
En el 2016, apareció el disco “El viaje”, homenaje al dúo de la La Rata Bluesera. El trabajo musical reversiona canciones emblemáticas con sonidos más blueseros pero sosteniendo la propia fuerza de las letras que las hicieron conocidos a partir de los ochenta.
El vocalista de la Rata bluesera, Javier Aravena afirma que: “Schwenke y Nilo tiene una marca muy profunda en mi vida, porque representan valores basados en el amor, el respeto y la inspiración musical”.
La crítica cultural Patricia Espinosa destaca la importancia del dúo: “fueron una de las agrupaciones musicales más importantes en la lucha antidictadura. El contenido lírico de su propuesta, en paralelo al discurso político, logró empatizar con la melancolía y tristeza que embargaba al país de entonces. Creo, además, que su trabajo puede considerarse, desde hoy, como un testimonio del estado de conmoción y desamparo que imponía la dictadura al sujeto común.”
En el mismo sentido, para la cantante Alette Jequier (exFulano y Mediabanda) señala que: “ellos fueron parte de mi contexto cuando era muy joven cuando vivía en Valdivia, 1979. Los percibía como parte de una voz verdadera y despierta. Gente joven, críticos, cuestionadores y con una sensibilidad que no alcanzaba a comprender del todo pues yo era muy joven y estaba aprendiendo”.
Con nueve discos y varias colaboraciones con el Canto Nuevo y la Trova Nacional, Nelson Schwenke y Marcelo Nilo son sin duda uno de los referentes musicales más importantes del Sur de Chile. A través de sus letras, representan no sólo la historia valdiviana de la segunda mitad del siglo XX, sino además el cotidiano vivir de las comunidades sureñas, ligadas a la conversación y al encuentro en torno al calor de la estufa, en permanente convivencia con el mate y las sopaipillas dentro de las casas, dando cuenta de territorios económicamente explotados y fetichizados por los medios y los discursos ideológicos que invaden durante las vacaciones dichas estancias.
Pese al deceso de Nelson, Schwenke & Nilo se mantiene vigente en los escenarios del país, al margen de los registros televisivos y protegidos con la ternura de los amigos. Continúan tocando en centros culturales y espacios comunitarios como lo han hecho desde siempre.

Critica Literaria: ¿Cuánto tiempo viven los perros? (2018)


Por Gonzalo Schwenke



¿Cuánto tiempo viven los perros? (2018), primera obra de Amanda Teillery, es un conjunto de nueve cuentos, los que acontecen en sectores pudientes. Los personajes aparecen frágiles e incapaces de rebelarse al contexto social que se les impone y que continuamente deben comprobar su pertenencia: “Matías le sonrió de vuelta, y se sorprendió de lo fácil que había resultado. De lo fácil que era lograr que te aceptaran.” (81) Aunque las/os protagonistas suelen conformar tácticas resistencias, no siempre efectivas, en escenarios que les parecen incomodas buscan en el no saber, el humor o los silencios sobrellevar estas situaciones.
La conformación de estos cuentos poseen una estructura serializada: predominan el narrador omnisciente y los estilos directos. Lo que provoca una esquematización de la tensión narrativa, la que en 146 páginas es bastante sutil. Por otro lado, el uso de la memoria no es frecuente en estos personajes dados la juventud de las voces, las que están experimentando vivencias iniciales, relaciones fraternales y sentimentales, es decir, configuran gustos predeterminados.
A lo largo del volumen observamos diversos cuestionamientos de adolescentes sobre el mundo de los adultos imbuidos en sectores de privilegio, las que son relatadas con claridad en conocer gente es fácil: “se daba una batalla campal entre los padres por demostrar que su niña no solo tenía buenas notas, sino que también era la más linda, la que tenía mejor ropa, más viajes, casas en la playa, amigos con buen apellido y de otros colegios de estatus.” (27) Dando cuenta de que para ser aceptado y protegido por ese círculo, es necesario asumir y aparentar un modelo superficial de posición social, incluso transmitida por herencias que se mantienen por la tradición conservadora.
En los cuentos Pokemón y nunca más vamos a hablar de esto, relatan acontecimientos que han sido suprimidos por el trauma que significa el abuso de poder y que corresponden a panoramas oscurecidos. De este modo, los diálogos en la confianza posibilitan que esos silencios salgan a la luz tiempo después.
En definitiva, ¿Cuánto tiempo viven los perros? es una lectura verosímil, que guarda en el interior complejas revelaciones sobre los traumas negados y soledades disfrazadas que suceden dentro de los marcos establecidos por la clase. Con una ágil escritura pero con una fórmula secuenciada, es un buen apronte para desarrollar demás obras.

¿Cuánto tiempo viven los perros? (2018), Amanda Teillery. Emecé Ediciones, 146 páginas.

viernes, 8 de junio de 2018

Crítica Literaria: Ciudad Berraca (2018)



“De pronto unas voces en la calle
me gritaron ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
“¿Soy acaso negra?”- me dije
¡SÍ!
“¿Qué cosa es ser negra?”
¡Negra!”
Me gritaron negra de Victoria Santa Cruz


Si en Pinochet Boys (2016) los personajes se desplegaban en un ambiente atosigante, colmado de trepadores debido a la configuración del modelo económico que se apropia de las relaciones íntimas y sociales. En Ciudad Berraca, quinta novela de Ramos Bañados, habla sobre la migración de personas que huyen de la guerra colombiana y sufren la patriotería chilena.

Al igual que en libros previos, este volumen se instala en Antofagasta, describe los procesos migratorios, y la discriminación de la población local que los concibe gente menesterosa. Justamente, con el omnisciente que desactiva al lector, narra el arriesgado viaje desde Colombia de la familia Parrada Castillo y los tres hijos Jean, Alex y Eyhi. En la figura del hermano mayor se focaliza el relato. En Jean, se alza la esperanza de cambio que en el cotidiano se ve relacionado ante la droga, la violencia y el neonazismo del chileno promedio. Dicha parentela atiende a testimonios de otros inmigrantes, los que señalan que esta borrachera neoliberal, a diferencia de sus propios países, parece ser el paraíso que les permitirá mejorar las necesidades básicas. Es decir, un país que otorga crédito y préstamos a personas que lo solicitan –da igual si puede pagarlo o no–, salud eficiente, mayor tranquilidad, escuelas grandes y acceso a la universidad, lo que les permite creer la posibilidad de emprender.

 Al llegar, la familia se encuentra con las oportunidades que entrega esta nación. En Los Arenales, parte anexa a la ciudad, llegan las instituciones a procurar asistencia a los migrantes desamparados. Ellos viven en la marginalidad por el hecho de vivir cerca del vertedero de la ciudad, de allí se abastecen de yogures y pollos vencidos, sustraen electricidad de los postes y por ahí pasa el camión aljibe para proveer de agua para tres días. De igual modo, la aglomeración de inmigrantes es tal, que terminan construyendo las casuchas en las laderas de los cerros donde, eventualmente, se producen aluviones. Por otro lado, están las mafias de los narcos que venden coca con veneno para ratas y controlan sectores a punta de balas.

Los medios de comunicación y la educación normada son formas que ordenan la sociedad. Así lo señala el narrador: “Cada tanto los rayados eran borrados con pintura por la municipalidad luego de las cartas tipo denuncia de xenofobia que aparecían en El Mercurio de Antofagasta, el diario que masificaba la manera de pensar de los poderosos.” (11) De esta manera, aparece un discurso crítico sobre el rol social de las instituciones que confunden la tolerancia con la permisibilidad de los discursos pluralistas.

La novela se siembra sobre los Parrada Castillo. A excepción de las religiones, las sectas que imponen la visión de mundo particular a cambio de oportunidad de crecer. De lo anterior, quien lo sufre es Alex, quien destaca por su talento para el futbol y pretende exportarlo a Santiago. En el intertanto, Eyhi, apodada la Niña Bala ya que tiene dentro de su cabeza una bala perdida. Este testimonio que es usufructuado por el padre, permitirá que la familia obtenga los papeles legales cuando salga en las noticias locales.

La pasión por el futbol que despiertan las barras bravas despliega el nacionalismo indecente que sirve de publicidad. La intolerancia racial, a modo de herencia de la dictadura, confluye en un escenario de violencia máxima que abarca toda la ciudad.

Ciudad Berraca confirma la buena prosa de obras anteriores, el tono crudo y sarcástico, la persistencia en visibilizar la xenofobia chilena de las últimas décadas. En este libro es menos punzante, menos abrumador y más pausado en los relatos debido al tipo de narrador elegido, porque convierte al lector en un consumidor de estos temas.
Ciudad Berraca (2018), Rodrigo Ramos Bañados. Alfaguara Ediciones, 145.

miércoles, 6 de junio de 2018

Crítica de Teatro: Los pueblos te llaman Nahuelpan presidente.

Por Gonzalo Schwenke

Si lograr el ansiado sillón presidencial es complejo, hacer una obra de teatro hablando sobre cómo el mapuche civilizado asume este desafío, mucho más. Los pueblos te llaman: NAHUELPAN PRESIDENTE, escrita por de Roberto Cayuqueo y Constanza Thümler, quien también es la directora, instala a Nahuelpan (Gastón Salgado) como candidato a la máxima jefatura de Chile 2038.

El camino para llegar a la presidencia es competitivo y tormentoso. En este recorrido se muestran los sueños, las vacilaciones, los padecimientos históricos del pueblo mapuche en un marco reducido y sombrío. De ahí que el escenario tenga un formato delimitado. Por consiguiente, el personaje sobrelleva una imagen pública y privada para vender al televidente con el afán de lograr la presidencia. Por ejemplo, el caso de la revalidación del mito de la meritocracia. Sujeta a la creencia de que estamos en una sociedad justa e inclusiva, que desde los barriales eventualmente pudo saltar la valla de la desigualdad y abrirse camino dentro del partido que lo respalda.


En su composición, la obra tiene dos debilidades. Primero, la ausencia de voces en contraste que deviene en la monotonía. En este sentido, se rescata uno de los momentos de quiebre con los monólogos es mostrar a la personaje que confronta a Nahuelpan (tal como lo juegan los programas de televisión) logrando la intensidad necesaria, pero a continuación aparece la voz en off que apura el desenlace. Y segundo, se puede ocupar el recurso que más guste, dará lo mismo si hacia el final el personaje es estático y plano. Esto dado que, el candidato mostrado como cercano a la gente y alta plusvalía debido al apellido mapuche, lidia consigo mismo y debe legitimarse continuamente, sin embargo, en definitiva, la pista es utilitaria ya que el único fin es la presidencia. No hay más. Asunto incidental. Durante la primera función se hizo evidente los problemas técnicos con el micrófono inalámbrico.



¿Cuáles son los consensos y pluralismos instalados como políticas en la sociedad chilena?
Pese a que se tituló la obra Los pueblos te llaman…, no se evidencia ese respaldo de la desarrolla ampliar la diversidad y los acuerdos que conforman al aspirante. Apenas aparecen dos actores vestidos de negro, que no hablan y que operan fuera del contorno del aspirante. Se entiende que, la obra trae consigo la idea de que es partidaria por invisibilizar los movimientos sociales y en la que es simpatizante por el cambio social a través de los partidos políticos para administrar esta morenidad en tiempos que no se cree en las instituciones.

Para uno de los temas más importantes del Chile neoliberal y pluricultural, Los pueblos te llaman Nahuelpan presidente recoge los tópicos de la discusión del mestizaje mapuche y, a partir de esta exposición mediática (como el cuestionamiento de que si es mapuche o caricatura o, si sabe o no hablar en mapuzungun) problematiza al postulante que responde con mesura ante las exigencias de los distintos sectores del país: lo mapuche, lo “blanco” empresarial, lo chileno. Tomando en consideración, que para los mapuche este país es otro, siempre ajeno y donde permanentemente se les exige dar pruebas de su incorporación, aunque su situación sea degradada, se inserta con las reglas del juego que se les han impuesto para ser acreedor de la presidencia.

Ficha Técnica.
Dirección: Constanza Thümler
Dramaturgia: Roberto Cayuqueo
Actor: Gastón Salgado.
Diseño Iluminación: Francisco Herrera Estay
Diseño Vestuario: Daniel Bagnara
Asesoría Histórica y guion: Claudio Alvarado Lincopi
Voz e instrumentos: Daniela Millaleo
Asistente de Dirección: Felipe Rojas
Producción: Isidora Khamis
Realización Escenográfica: Fernando Quiroga
Diseño Gráfico: Javier Pañella
Realización Audiovisual: Rodrigo Susarte
Máscaras: Tomás O’ryan
Periodista: Claudia Palominos
Fotografía: Josefina Pérez

En Teatro del Puente.
Del 1 al 24 de junio 2018.
De Viernes y sábado a las 21 hrs, domingo a las 20 hrs.
Valores: $6.000 entrada general, $4.000 tercera edad y $3.000 estudiantes.