miércoles, 13 de julio de 2016

Crítica Literaria: "Historia secreta de Chile II"

Historia secreta de Chile II
Jorge Baradit (Valparaíso, 1969)
Penguin Random House Ediciones, 2016.
190 Páginas.


Por Gonzalo Schwenke




Historia secreta de Chile”, el libro que resonó comercialmente en el 2015 trae su continuación este año. Jorge Baradit es escritor, no es historiador ni psicólogo, en este escenario es preciso ubicarse para discutir el valor de los capítulos que lo conforman. En esta segunda parte, continúa utilizando la crónica como estrategia literaria, desde su mesianismo antológico y sus golpes efectistas, con el objeto de presentarnos su relato de la historia y su examen a diversas instituciones que normalizan el aprendizaje de habilidades en la escuela.

El ejemplar contiene diez capítulos, a través de los cuales se plantea la problemática de la construcción de nuestra identidad. A diferencia del primero, en la cual se cuestionaba el origen de los símbolos nacionales corolario de universos ocultos. En esta versión, el cuestionamiento siempre es hacia la Institución (8 veces se repite solo en la introducción) y la enseñanza; desde la formación del Estado, y sus líderes tales como Bernardo O’Higgins, Diego Portales, Alessandri, Pinochet, entre otros, y la extensión de dicho poder.

La ausencia de una perspectiva de género en esta reestructuración de la historia efectuada por el autor, es otro elemento en discusión. En gran medida, observamos hombres vigorosos y autoritarios independentistas, en contraposición de mujeres que se presentan inocentes, frágiles y eternamente sumidas ante la decisión masculina. Entonces, la historia no sólo está contada por el lado ganador, sino también por el género masculino. No se relata, ni existe la mujer durante la independencia, ni tampoco, el exilio en Argentina luego del desastre Rancagua. No aparece Javiera Carrera por ejemplo, menos aún, se sabe del trabajo desempeñado por Candelaria Pérez en la guerra que enfrentó a Chile y la confederación de Perú – Bolivia.

En la construcción del personaje de Bernardo O’Higgins, se afirma que fue un independentista acérrimo, exitoso y un gran líder militar (31). Figura que se rebate de igual modo, cuando se muestra un O’Higgins derrotado en Talcahuano y en Talca (91). A pesar que, uno de los objetivos del libro, es desentrañar falsedades históricas y formar una nueva verdad, respaldada por la bibliografía que ostenta, la sustentabilidad de dicha estampa, no correspondería cuando aparecen los conectores de duda para definir a personajes históricos: “un dictador a veces cruel y un gobernante duro para tiempos difíciles.” (31) Un contenido confuso, porque se desprende de la crónica, que la historia fuerza a los gobernantes a convertirse en dictadores, que sólo en tiempos de guerra son crueles. Aseveración muy similar que se observa hoy en día, luego de lo expresado por el ex ministro de Defensa, Jaime Ravinet sobre el juicio al ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre: “Para él era imposible desobedecer órdenes en tiempo de guerra” (Recuperado el 08 de julio del 2016, La Tercera)

Uno de los planteamientos más sobresalientes es: “quizás el mismo profesor también te enseñó que la Patria Vieja -ese período que se inaugura con la Primera Junta Nacional de Gobierno- fue una especie de primer tiempo y que, después del descanso en camarines, en Mendoza, lo dimos vuelta heroicamente en el segundo tiempo. Como si fuera el mismo proceso, el mismo partido.” (21) Es bastante audaz sostener, que el profesor simplifica y relaciona la guerra con el fútbol: la guerra es fratricida y deshumanizante, mientras que el deporte por intenso que fuere, busca la entretención. En consecuencia, la guerra no es equiparable a un juego de computadora, en donde perder la vida es una molestia menor.
           
En tal sentido, la capacidad de interpretar la historia por parte del escritor es fascinante, cuando sitúa al profesor de historia, como una persona que interpreta erróneamente los acontecimientos que tienen que ver con el libertador de Chile y su imagen corporativa: “la verdad es que este cuento con el que nos criaron es técnicamente falso. O a los menos tergiversa, omite y, en ciertos aspectos muy relevantes, falta enormemente a la verdad” (21). Lo cierto, es que el discurso viene dado desde otros sectores, pero es fácil criticar el jamón del bocadillo y no quién lo prepara. Pareciera que el narrador lo tiene claro: “los intereses de cierta élite de imponer su visión fueron los responsables de ir diseñando un relato de corte mítico y heroico lleno de superhéroes inmaculados (…)” (10) La poca coherencia del análisis sobre estos temas anula las siguientes interrogantes; ¿en cuáles autores radica este discurso?, ¿para quién (es)?, ¿cuáles planes de estudio de antaño?, ¿quién es esta élite que impone su visión?, ¿mediante qué medios la presenta?, ¿Cuándo cambia el discurso de la historia?, etc.

El “terremoto de 1960, un sacrificio humano en Puerto Saavedra” (33), representa una de las visiones más contradictorias de la trilogía: se presenta un acontecimiento en el cual escasamente existe comprensión cultural y queda de manifiesto su eurocentrismo, mediante el mecanismo de civilización vs barbarie; en el que prevalece la figura de los valores culturales y sociales de Europa Occidental como patrón universal, en desconocimiento de la cosmovisión mapuche. Así mismo, se denuncia los procesos de colonización de los indígenas ocurridos en el territorio, la omisión y la evidente manipulación histórica de las instituciones. Lo anterior, se sustenta en la ausencia de referencias bibliográficas de autores expertos en el tema: José Bengoa, Hernán Curiñir, Héctor Nahuelpan o Pablo Marimán.


Jorge Baradit conoce a su lector, por eso construye este circo donde exhibe una voz escandalosa, un lenguaje florido y con mucha pirotecnia. La cruzada por construir un nacionalismo que nos identifique y sea atingente al pueblo, queda rezagado. En su afán de historiar, no alcanza a desarrollar todas las ideas que intenta plantear y hay ausencia de lecturas para un país que es multicultural. Tal vez, a esto se deba sus constantes desfiles por la televisión, aquello que no puede desarrollar y explicar en el texto, se intenta subsanar por otros medios.

lunes, 4 de julio de 2016

RESEÑA: "Mal educados" (2016)

“Mal educados: Mitos y verdades sobre la educación en Chile”
Ricardo Martínez Gamboa (Santiago, 1969)
Editorial Plantea, 2016
156 páginas.


Por Gonzalo Schwenke



Mal educados” es un texto-ensayo convencional, en donde se intenta responder 40 preguntas que un amplio sector realiza sobre la educación y que considera una bibliografía, la cual va desde textos teóricos hasta artículos de diarios, otorgando un aparente respaldo y seriedad al tema. Se observa, entonces, que el autor no está improvisando. Aun así, lo que determina el valor del libro será su discurso ambivalente, que no termina de posicionarse ni tampoco define sus planteamientos cabalmente.

Martínez Gamboa (1969), en un afán dialogar sobre la educación chilena, establece un discurso que rememora el slogan “hoy vamos bien, mañana mejor”. En su introducción sostiene ideas confusas, como denominar la actual situación educacional como una “revolución”, la que luego cambiará a una reforma educacional. Sólo en el término utilizado existe imprecisión. En el mismo sentido, sostiene que la reforma se viene desarrollando desde los noventas, en cambio, no se describe ni cuáles ni de qué manera se desarrollaron dichos cambios, aunque determina que fueron avances sorprendentes. Por lo tanto, nos hemos ido convirtiendo en un país pionero a nivel educacional en la región, lo que nos permitiría acercarnos a los modelos europeos.

Hacia el final de esta presentación, declara que: “me esforzado, hasta donde ha sido posible, para mantener lo que se denomina ‘un punto de vista neutral’, de manera de someter cada una de las preguntas a una respuesta lo más significativa posible. Sin embargo, es evidente que, como cualquiera, dispongo de mi propia perspectiva. En diversas ocasiones, a través de este libro, aparecerá mi experiencia personal, alguna anécdota, alguna historia de la que he sido testigo.” (21). Dicha neutralidad y carencia de protagonismo, es inquietante si entendemos lo anterior como: soy autor de un libro, instalo una mirada neutral sobre el tema, está mi experiencia presente, mas no soy protagonista sino testigo de mi vida. Cualquier estudiante -quienes históricamente han puesto el tema en la palestra- que le comente lo anterior, generaría un lolface.

Dentro de las cuarenta preguntas que ha realizado el profesor y experto en el tema, observamos la ausencia de la palabra clave: ¿qué es calidad?, ¿qué entendemos por calidad?, ¿cuáles son los parámetros que rige la calidad?, o ¿cuáles son los elementos que constituyen la calidad?; preguntas que tampoco los gobiernos han sabido responder, pero el autor ha manifestado abordar los problemas actuales de la educación. En una de las interrogantes: “¿En qué hay que fijarse a la hora de elegir un colegio?”, escribe que, “partamos de la base de que todos los padres al elegir un colegio buscan calidad para sus hijas e hijos, esto es, que el colegio logre entregarles la mejor educación posible(…)” (30). En una relación asimétrica, la búsqueda de calidad y la posterior selección del establecimiento educacional que tanto ansían los Padres y Apoderados para sus hijos, está situada en el tipo de visión y misión que elabora cada colegio, por lo que inferimos que el desarrollo de la calidad se encuentra allí, así también, como parte de la selección, se encuentra el costo de colegiatura, la distancia desde el colegio al hogar, las evaluaciones SIMCE y PSU.

Este libro supone estar dirigido al lector interesado en la educación en Chile, pero no presenta respuestas claras a la noción de “calidad”, tampoco en los “Estándares Docentes” (2011), que el autor cita en la pregunta n° 7 “¿Hay que evaluar a los profesores?” Sin embargo, donde sí está claro, es que exista un control de medición docente y a las escuelas de pedagogía, mediante pruebas, actividades, tomar muestras de clases, revisar programas de estudio y con una pauta realizar evaluaciones el ejercicio de la docencia


Finalmente, el objetivo del libro pretende responder diversas preguntas sobre la educación, valorando lo hecho hasta ahora e invitando al lector a que aclare sus dudas sobre la materia. De esta manera, sin una visión crítica y poco específica, “Mal educados: mitos y verdades sobre la educación en Chile” (2016), deja más inconsistencias argumentales, como creer que la bebida zero ayuda a la dieta o a la diabetes.