domingo, 10 de julio de 2022

Crítica literaria: "La virgen de la Patagonia" de Jorge Baradit: una nueva debacle literaria

 


La novela La virgen de la Patagonia (2022) de Jorge Baradit (Valparaíso, 1969) se sitúa en el villorrio de Río Rojo, un conjunto de casas ubicadas en la Patagonia chilena, controlado por autoridades designadas; el cura, el alcalde y los militares, que están a la espera de la guerra con Argentina en 1978. En aquel poblado, los residentes quedan impactados por la aparición de una enigmática joven que es capaz de comunicarse con parientes fallecidos; por tal motivo, los feligreses la denominan “la virgen”. Precipitadamente, los carabineros la toman presa afirmando que se trata de una terrorista, una enemiga interna enviada por los comunistas y una espía con procedencia argentina. Dichos eventos provocan alto nivel de consternación en los habitantes, pero también en la deriva de la sublevación.

La mencionada “virgen” es solamente un elemento secundario ya que la verdadera protagonista es Marta Yagán. Estudiante universitaria de origen yámana que viaja desde Santiago al extremo sur del país para visitar a la abuela. La joven yamana representa la dicotomía cultural e identitaria en la búsqueda de los ancestros europeos e indígenas. En realidad, con la excusa de la visita familiar y dada la situación la encausarán en la búsqueda de los padres arrestados por los militares.

Otro aspecto significativo, son las recurrentes apreciaciones inverosímiles y sexualizadas entre personajes de un pueblo modesto. Tal como el encuentro de la abuela y la hija que no se ven durante mucho, cuyo primer comentario es sobre “lo crecidita” que está, aludiendo a su desarrollo corporal.

Como contraparte social está la matriaca Julia Kuzmanic, dueña de la villa, quien organiza a los subalternos para encontrar a su hija desaparecida, Mirka. Si bien el personaje de Julia está descrito tanto en lo ideológico mediante minuciosas perversiones, el narrador también tiene la misma perspectiva con juicios: “la tuvieron que sacar de encima del cadáver mientras se frotaba contra él y lo besaba de formas poco apropiadas” (52). Es decir, lo hacen desde una única mirada donde no hay oposición. En este sentido, cabe agregar que a estos personajes los diferencia la clase social, sin embargo, tienen el mismo perfil de la Quintrala.

En el mapa discursivo de Baradit, la exacerbación del universo esotérico que ha desarrollado bibliográficamente, abarca desde conspiraciones, cyborgs, distopías, planos astrales, la exhibición de lo gore, ovnilogía, indigenismo gótico y las particulares resonancias místicas vinculadas a la obra de Miguel Serrano. El caso de Raimundo es uno de ellos. Personaje ligado a la “Policía del Karma” y con mayor rango que militar de provincia, ensaya con cuerpos para decodificar impulsos eléctricos por sujetos de otra dimensión. Así, el racconto de aquel capítulo completo en referencia a un personaje que se mantiene a oscuras hasta muy avanzada la lectura, pero que comienza con un irrefrenable deseo de hablar de orígenes herméticos chilenos, reforzando la idea de justificar la perorata histórica. A diferencia de otros personajes, esta decisión queda desnivelada. Más aún, reafirma la posición donde da cuenta de sujetos vinculados con el esoterismo de ultraderecha en la que no critica la sociedad, sino que explora la posibilidad de un mundo elíseo y expectante. Un escenario ubicado en el intermedio de la tierra con una entrada ubicada en Chile, pero disponible solamente para los elegidos. La supuesta experimentación con los cuerpos, la materia y la carne que se narra con seducción y placer por la muerte, no es más que la alegoría al capitalismo salvaje. Es decir, el aprovechamiento de cada centímetro de personas dentro de la maquinaria para el beneplácito de otras con mayor poder.

La novela la virgen de la Patagonia es constituyente de una nueva debacle literaria en que se encuentra Baradit. No debería causar sorpresa la degradación ideológica que compone este volumen, porque construye una visión femenina redundante y con una mirada obscena que raya en lo chabacano. Además, utiliza un tono que intenta representar dinámicas del interior del país, pero rápidamente se transforman en un increíble desprecio hacia los habitantes de las provincias y pueblos originarios. Todo procedimiento es válido para el autor que recurre a discursos racistas y a los “hits” trasnochados para instalar la distopía y múltiples formas de violencias con la intención de buscar el sentido dorado de la Patagonia.

 

La Virgen de la Patagonia

Autor: Jorge Baradit

Editorial: Suma De Letras

N° de páginas: 332.

jueves, 7 de abril de 2022

Crítica "Trocha" (2021) de Ramos Bañados.



“Sí, ahora que el racismo se pone de frente

Una aclaración que confunda tu mente

No es el peruano el que te quita el trabajo

No es el argentino que viene de abajo”

Tema “El otro extranjero” de Los Prisioneros.

 

En las primeras novelas Ramos Bañados (Antofagasta, 1973) desplegó una narrativa furibunda, abarrotada y de observación sobre cómo se desenvuelven las personas en ciudades como Calama, Antofagasta e Iquique. Dicha característica se atenuó cuando publicó Ciudad berraca (2018), donde la escritura punk se transformó en una forma de escritura reposada y secuencialmente estructurada. Nos presentó el libro peinado, bien portado y formalmente vestido. Tras esto, aparecieron crónicas relevantes del norte profundo como Tropitambo (2018) abarcando diversas comunidades e historias del norte que traen al lector culturas e identidades que se desconocen en la comunidad chilena. Así, en la narrativa de Ramos Bañados, las ciudades han sido continuamente centros de migración, sujetos de tránsitos y no es extraño regresar con este nuevo libro.

Trocha (2021) nuevamente comprueba este imaginario del migrante periférico, marginado y precarizado en el contexto del post-estallido chileno y lidiando en la pandemia, convirtiendo este volumen en un relato híbrido de narrativa autoficción, crónica, entrevistas, ensayo, cartas y libreta de apuntes sobre las expresiones fascistas de los chilenos.

Este breve libro de noventa páginas contiene veintitrés capítulos, donde encontramos al protagonista haciendo de profesor en un reemplazo en un colegio particular subvencionado que recibe estudiantes del campamento: “Mis alumnos eran colombianos, peruanos, bolivianos, argentinos, ecuatorianos, venezolanos y chilenos, en ese orden y por cantidad”. Dicha jefatura recoge apreciaciones sobre el futuro de los jóvenes y el ejercicio de la docencia. Hay recuerdos del joven universitario estudiando periodismo que intenta dialogar con cholas en la frontera de Visviri y Colchane en la década del noventa. Además, da cuenta de personas que sobreviven a la pandemia comprando carros de alcohol mientras la convivencia sentimental y el machismo transita hacia el declive. La construcción de perfiles de venezolanos con parejas embarazadas que cruzan la frontera de campos minados con la fe ciega en Chile porque: “Queremos que nuestros hijos crezcan en este país que es el mejor al que se puede optar”. El cronista que frente al encierro pandémico, necesita recorrer el casco histórico de Antofagasta o Iquique, y compartir un momento en los bares hasta el infame desalojo de la plaza Brasil en Iquique.

La xenofobia y nacionalismo ha sido un tema histórico mediante la presencia de la Liga Patriótica, que vendría siendo el Ku Klux Klan chileno que marcaba locales, impedía el desembarco de latinoamericanos y los correteaban geográficamente a principios del siglo XX.

No es que nos separe la raza, sino la clase social: “Antes de la llegada de los colombianos, Antofagasta se jactaba de ser una ciudad de inmigrantes. Había calles y edificios en honor a los inmigrantes”. La diferenciación de este tipo de migrante es principalmente el acceso a recursos tangibles de subsistencia, y tras la solución de la carestía comienza la influencia en el conjunto de la urbe. Como la europea llegó con poder adquisitivo la influencia es mayor que la latinoamericana. Los mismos cuando salimos del país reconocemos que tenemos un idioma en común, y, sin embargo, también han formado parte de nuestras alegrías y derrotas como nación.

El narrador reportea en terreno los venezolanos que salen del país y cruzan cuatro fronteras para llegar a Iquique, Calama, Antofagasta, Santiago, Talca en busca de comida y surgir. De igual forma, los entrevista, recoge los testimonios y expone. También sigue las rutinas de campamentos improvisados que se instalan al lado del río Loa o en otros sectores, como la plaza de Brasil en Iquique que fue desalojada y quemada por un grupo de chilenos descontento por tener tan cerca la pobreza. Este acto de odio migratorio comprueba que el fascismo está más cerca de lo que uno cree.

La escritura de Ramos Bañados tiende a estar hastiada por el tedio del encierro pandémico, pero motivada por recoger las palabras de los venezolanos y colombianos. Con una mirada crítica de quienes producen y promueven la discriminación, en Trocha privilegia la mirada hacia personas y familias con niños, que no tienen más que la propia humanidad ante la necesidad de obtener dinero legal mediante trabajos estacionarios para indocumentados, sin contratos ni protección. Finalmente, este libro es uno de los pocos que retratan manifestaciones chilenas de discriminación en la literatura local.

martes, 29 de marzo de 2022

Crónica. Ritos parroquianos: La abundante cazuela y la sopaipilla en La Valdiviana

 


Una deliciosa cazuela de ave o carne que sobrenadan en la olla caliente, con choclo junto a sopaipillas recién hechas en una fuente de greda acompañado de un caldo de ají verde, cilantro y cebollas picadas, es la especialidad de La Valdiviana. Actualmente, debido a la pandemia, funciona solo de día, pero cuando era de noche, las personas pasaban a “bajonear” y a “revivir” gracias a las exquisitas sopaipillas con caldillo picante.

Desde que vivo en Santiago son muchas las personas y colegas que visitan Valdivia. Las amistades solicitan datos de alojamiento en verano o invierno, y claro, aprovecho de darles algunos consejos si es que el clima no acompaña. Para quienes lean esta crónica y no sean de la zona, hay que recordarles que la gente no se guarda porque llueva torrencialmente, por lo que es natural llegar con la ropa estilando y pisar el aserrín desplegado en la entrada para contener la lluvia.

Un caldo democrático

¿Qué tiene de especial La Valdiviana? Un plato como si lo hicieran en casa, las sopaipillas imperdibles. Un caldo democrático como en las cocinerías de Angelmó en Puerto Montt, en el que compartes con asiduos clientes trabajadores/as: empleados con overol, vendedores, transportistas, oficinistas, familias y universitarios suelen ser comunes. Y finalmente, que se mantenga en el tiempo a través de las visitas de los clientes. Así llegamos, corriendo la voz sobre la cazuela deleitosa.

Una casona con estacionamiento retirada de la feria fluvial y de la plaza de la República, pero que forma parte del barrio comercial Plazuela Berlín ubicado en Errázuriz 1785. Y claro, no tiene el ambiente que han desarrollado otros locales ruidosos y brillantes, tampoco demasiados turistas.

Muchos llegan por el dato y comentario de otro que ha asistido. Recuerdo las veces que fuimos de trasnoche, el tiempo parecía lento y monótono, pero cambiaba notablemente cuando llegaba el plato humeante. Dedicación exclusiva en disfrutar las sopaipillas con una sopa llenadora y picante. Ideal para Valdivia y con altas resonancias para calentar el estómago y contentar el espíritu en el invierno lluvioso.

Cuando los poetas observan el país y no se ensimisman, aparecen poemas importantes como el licantenino Pablo de Rokha, quien escribió sobre la gastronomía del pueblo en Rotología del poroto: “Son famosos e ilustres comidos fiambres en ciudades lluviosas, cuando los tejados de junio y julio lagrimean la madrugada, y está crujiendo el navío del invierno como el pantalón de un Dios apuñalado trágicamente, después de haber saboreado aquella gran chupilca democrática del parroquiano”. Estos versos llenos de vehemencia representan parte de la alimentación de personas populares y, al igual que el poroto, la cazuela es más que un plato hondo fundamental de la patria, es un símbolo culinario chileno.



Quinta de recreo

Los empresarios convierten en ciudad la vida del pueblo valdiviano, y así nuestro chofer desconocía el local de Errázuriz. Con extrañeza descubrió que la fachada de casa habitacional era una picada culinaria. En la aplicación del taxi la dirección lo indica sin dificultad. Nos bajamos, observamos si hay movimiento adentro, la puerta está levemente abierta y nos dicen que tienen las mesas ocupadas a la hora del almuerzo, que pronto nos van atender. Lo primero que se ve es la patente de alcohol “quinta de recreo” rol 4-251, clase G.

La casona está dividida en dos grandes salones divididos por una escalera que da al segundo piso. Múltiples mesas para seis personas con manteles de plástico y sillas. Es un lugar rústico que se ha mantenido en el tiempo, porque desde el inicio de actividades recibía a las personas que se bajaban en la estación de trenes ubicada a pocas cuadras.

Hablo con Sabino Martin, el hijo del dueño que se hace cargo del local desde la muerte del padre. Muchas veces lo he visto sentado en el mesón, con la antigua caja registradora al costado como una reliquia de una memoria subterránea que continúa estando presente. Aquello, más la falta de ambientación musical, mientras se escucha malamente una radio o la televisión de pantalla ovalada que sintoniza la TV en el canal nacional, y los convidados cabeza gacha comiendo en silencio hace viajar a otra época. Quizás esas pequeñas costumbres de pueblo, me recuerdan el valor de los calendarios del año y el dependiente me los regala, dice que lleve uno.

En el 2000, era común que los negocios locales como zapaterías, carnicerías, rotiserías y supermercados tenían imprimieran calendarios anuales con las fechas de los santorales y de esta manera, el anuncio se mantenía en la pared de los hogares durante el año. Gratis. Durante la década posterior, esta práctica ha ido en retirada salvo cuando los políticos de la zona utilizan esta inversión para la candidatura.

Pablo de Rokha dejó dicho que: “la cazuela de ave requiere aquellas piezas soberbias y asoleadas de los pueblos costinos, el mantel ancho y blanco y la gran botella definitiva y redonda, que se remonta a los tiempos copiosos de la abundancia familiar y cuyo volumen, como por otoños melancólicos ciñéndose, recuerda los cuarenta embarazos de la señora”, en la Epopeya de las comidas y bebidas de Chile.

Por su condición de estar en la mitad de la ciudad, de no innovar en decoración u otras posibilidades de marketing, La Valdiviana se ha convertido en un refugio y mito debido al boca a boca como efecto reconfortante entre la población. Con un sabor enjundioso y cotidiano, “es una de las cocinas populares más importantes en el sur y con tremendo bajo perfil como patente de quinta de recreo.

 

lunes, 14 de febrero de 2022

CRÍTICA: Las cartas de Samanta (2020)




Las cartas de Samanta (2020) de Diego Silva López (Valdivia, 1988) es una novela situada en Madrid donde la protagonista lleva una independencia económica y vida heterosexual activa. Ella se emplea como lectora de una editorial española en la que debe recomendar manuscritos que podrían ser publicables, incluso erotiza al compañero de trabajo, Ítalo. En el intertanto, aparecen dos tramas secundarias: la violencia en el pololeo/matrimonio y anécdotas en el mundo editorial.

Mientras lee poesía de autores hispanoamericanos con especial énfasis en Vicente Huidobro, también suple la incapacidad de conectar con su propia vulnerabilidad enjuiciando a las personas desde una perspectiva prejuiciosa y obsoleta. La protagonista muestra que la forma de representar a los demás personajes es plana y estática, en la que carecen de complejidad psicológica: desde los compañeros de trabajo, pasando por los amoríos hasta el interés romántico.

El primer libro del Silva López construye una visión de mundo ajena a lo contemporáneo, porque la protagonista habla sobre otras mujeres como “verdadero caballo de raza fina”, o “Iris, la solterona de 45 años que ya se le pasó el tren y su infinita cantidad de vagones”, apología a la violación: “Me imaginé que me encerraba y me lanzaba sobre la mesa para violarme y que lo disfrutaba desde el principio”, o la confusión de que el orgasmo solamente se llega mediante la introducción de un objeto: “También he pensado en comprarme un dildo o consolador, o pene de plástico o como quieran llamarlo (…) si al final, un buen orgasmo también me lo puede dar un pepino”. Si no era suficiente con esto, la aporofobia está escenificada en el recuerdo de la visita de un escritor famoso que visita a la universidad: “lo vi llegar entre muchos pobres de la facultad”. Dando cuenta que, para el creador, “los pobres” no solo tienen la capacidad de leer, sino que existen y tienen acceso a estudios superiores.

De a poco, aparecen relatos y conversaciones sobre violencia en el pololeo y matrimonio, los que siguen una línea propia de constatar el hecho y no tienen mayor injerencia, sino como trasfondo en la novela. Además, la aparición del conflicto aparece tardíamente junto con las cartas que dan el título a la obra. Son cartas anónimas que relatan violencia intrafamiliar, argumento que llega a un punto protagónico y que es resuelto, por el autor, de una manera poco óptima, porque la protagonista es personaje estático.

Por largos pasajes nos sumirá entre el acto de coger y follar, lo que significa deformaciones de una literatura comercial que está lejos de la literatura erótica. Porque si van a aparecer nuevas copias de personajes teniendo sexo y llegando al orgasmo (como si fuese la única finalidad), mejor buscar un erotismo provocativo y de calidad, en tanto la mayor forma literaria en el campo del deseo, ha sido la descrita por la autora chilena María Luisa Bombal en la última niebla.

Una de las subtramas no desarrolladas es el desempeño de Rita Andaluz, la presidenta de la editorial hispana, y el tabú que significa instalar escritores en la sección espectáculos de los distintos medios de comunicación a cambio de un porcentaje por dicho trabajo: “Si por algún motivo los textos tenían impacto en los lectores de las revistas, ya sea para una entrevista o contratación de ellos en algún medio de comunicación, Rita los contactaba y ‘apadrinaba’, cobrándoles una comisión por cada publicación hasta el fin de los días”. De igual modo, las reuniones de las editoriales (oligopolios) para analizar el mercado de publicaciones y novedades sin competir.

Las cartas de Samanta tiene potencial por la temática de violencia que elabora, pero que queda en eso, en una somera constatación acusativa. Es complejo valorar positivamente un personaje que transita con fruición entre el clasismo, el racismo, lo aporofóbico y superficial a más no poder, incapaz de comprender sentimientos ajenos para revivirlos para sí mismo, sin caer en el mismo comportamiento del siglo pasado.

 

Las cartas de Samanta

Diego Silva López

Valdivia, 1988

Editorial Dokumenta

2020

138 páginas.

jueves, 10 de febrero de 2022

Crítica: Serie Los prisioneros (2022). El mejor gancho comercial



No es poca la gente que verá esta nueva serie desde lo que significan Los Prisioneros. Por lo que hay que ser majadero en señalar que se trata de una obra audiovisual de ficción con fuertes dosis de realidad, y que no necesita retratar fielmente lo sucedido.

La nueva serie titulada Los prisioneros (2022) es liderada por la producción ejecutiva de Joanna Lombardi, dirigida por el exministro de Cultura peruano Salvador del Solar y el colombiano Carlos Moreno.

Claudio vs. Jorge vs. Miguel

Realizada en Chile durante la pandemia, en ocho capítulos de media hora retrata al grupo sanmiguelino desde la promoción del disco La voz de los 80 (1985) hasta el quiebre y las grabaciones de Corazones (1990). Tomando una línea canónica como la aparición en Sábados Gigantes, el concierto en Concepción viajando en tren o la firma con el presidente bonachón (Gastón Pauls) de la EMI. El éxito del Pateando Piedras, el concierto del Estadio Chile, la preparación de La Cultura de la Basura, la convivencia del matrimonio de González Fresard, el de Claudio Narea y Claudia Carvajal, la gira latinoamericana (principalmente Perú y Colombia), Las Cleopatras y el amorío entre Carvajal y González hasta la disolución del grupo, son parte de los hitos que aborda esta nueva serie.

Las decisiones sobre los rumbos musicales que debía tomar el grupo donde el rock vs el pop, guitarras vs los teclados, Claudio (Andrew Bargsted) vs Jorge (Aron Hernández) eran constantes. Mientras, Miguel Tapia interpretado por Bernabé Madrigal patentaba bajo su nombre la marca Los Prisioneros, algo que trajo consigo el alejamiento del dúo Narea & Tapia, quienes tocaron juntos hasta antes de la pandemia. En pantalla el baterista también interpela a Jorge: “a ver huevón, aquí no somos tu acompañamiento, me he sacado la cresta por esta banda huevón”, no con la misma rudeza del guitarrista pero con el afán de mantener la banda funcionando.

Muchos pasajes aparecen  en el libro  Exijo ser un héroe (2002) de Julio Osses, asesor de contenido, que funciona como biografía no oficial de la banda. Igualmente figuran las ex Cleopatras Patricia Rivadeneira, como productora asociada, y Jacqueline Fresard, quien fuera esposa de González, asimismo es artista colaboradora. Mientras Miguel Tapia y Jorge González vendieron los derechos del nombre y las canciones, Claudio Narea acusa no apoyar la serie debido a no tener ninguna incidencia y es necesario mencionar que, la mayoría de las canciones están trabajadas por Camilo Salinas y Pablo Ilabaca (exChancho en Piedra).

La búsqueda de la identidad de Los Prisioneros es una de las líneas fundamentales en las que siempre son interpelados, quedando en una nebulosa no concluyente. Tampoco se desarrolla lo barrial ni el recuerdo de la conformación del grupo, menos la crisis económica de 1982 que empobreció a la población, un cuarto de la cual estaba desempleada. 

Gran parte del contenido está estructurado de manera resumida, la elipsis en tanto técnica de supresión de acontecimientos no permite que se genere la profundización. Así, rápidamente tocan en Sábados Gigantes, o son fichados por la EMI y el empresario es buena onda invierte en ellos. Pareciese que no hay una evolución que justifique procesos creativos ni ensayos porque es más fácil quedarse con que González cantaba mal o que Narea no componía, siendo reduccionista la óptica con la que se nos presenta la historia de Los Prisioneros. Es por eso que va saltando de un tema a otro, sin que esto signifique dinamismo o tengan ritmo las escenas. El entramado es contar una parte sobre el éxito de Los Prisioneros para darle magnitud a Las Cleopatras y cómo esto se conjuga con la relación de Jorge y Claudia, la que tiene como finalidad la gestación del Corazones tras la exposición del conflicto amoroso, la creatividad de González y la influencia musical.

Los últimos capítulos de la primera temporada tienen un desarrollo superior: Jorge González y Las Cleopatras, la campaña del “No” y el lío amoroso. En el primero hay una fuerza creativa y performática de la tecladista Cecilia Aguayo, la actriz Patricia Rivadeneira, las artistas Jacqueline Fresard y Tahia Gómez. Esta energía es complementaria en ambas direcciones lo que deviene en el cuarto disco de la banda. En la segunda, el plebiscito de 1988 es un hito importante del que se ha aceptado que fue la voluntad del pueblo, urna mediante, que hizo que el chacal se fuera a los cuarteles. Por eso, utilizan varias escenas de archivo que conjugan el ambiente, la alegría y nerviosismo del momento. En tercer lugar, la relación de Jorge con Claudia y Claudio se desenvuelve durante la gira latinoamericana de la promoción de La Cultura de la Basura, no solamente como una problemática que rompe con la banda, sino que, dada las circunstancias que derivan en el cuarto disco, se ficcionaliza lo que se ha escrito biográficamente sobre este suceso 

La falta de continuidad de los hilos narrativos secundarios es la mayor confusión. Uno de los ejemplos, es la figura de Jacqueline Fresard. Ella realiza el arte del disco “La cultura de la basura” (1987), y aunque se expresan contradicciones y disgustos con González, esto no termina por encajar porque no tiene conclusión. Se presentan bosquejos, no la resolución del diseño ni el disco finalizado, porque inmediatamente entra la elipsis para continuar con otras tramas. Lo que me produce mucha curiosidad, cuando Lombardi señala “sí hemos querido cuidar esos detalles: por ejemplo, el sillón que está en la casa de Jorge, cuando está casado con Jackie, es el mismo. Ahí está la magia” (18 octubre 2021), o “Lo que ganamos es poder entrar con mucha más profundidad y detalle a un momento específico de la vida de Los Prisioneros, y no tratar de contar toda su vida”. Otro ejemplo, es el tema familiar en el que se desarrolla en González, a diferencia de Tapia que visita los blocks y a la madre postrada, y menos se observa en Narea.

Los Prisioneros (2022) es un proyecto audiovisual genérico que mantiene un ritmo sosegado, de consumo rápido para que la distribuidora de medios tenga alto impacto en los televidentes y competir con otras plataformas. Siendo la banda un fenómeno latinoamericano, en vez de desarrollar la identidad y orígenes de la agrupación que promete el trailer, no cabe duda que encarnar la telenovela amorosa entre Jorge, Claudia y Claudio es el mejor gancho comercial.

Los Prisioneros. 2022. Directores: Salvador del Solar y Carlos Moreno. Intérpretes: Arón Hernández, Andrew Bargsted, Bernabé Madrigal, Samuel Buzeta, Mariana di Girólamo, Geraldine Neary, Li Fridman, Annick Durán, Amparo Noguera, Maite Manríquez, María Florencia Crino, b. Guión: Enrique Videla, Luis Barrales y Dominga Sotomayor. Producción: Media Networks y Parox. 80 minutos; Chile. Disponible en MovistarPlay.

viernes, 7 de enero de 2022

Reseña: Evolución (2021) de Juan Opazo, una lectura que abunda y no daña.

 


Las tramas científicas tienden a quedar atrapadas en el género del paper, debido a la estructura del artículo académico y el lenguaje técnico no permite la búsqueda de la fruición lectora. No es poca la gente que interpela que la difusión del conocimiento se ha convertido en una élite afectando los diversos intereses de lectores/as.

Evolución. Un presente continuo (2021) de Juan Opazo presenta un conciso volumen que explica procesos biológicos relativos a la Evolución, con el propósito de “mostrar de manera simple aspectos fundamentales de evolución y la evidencia que la apoya” arguye. Asimismo, asume que el concepto “es bien conocido, pero no lo suficientemente entendido”. Para ello construye un relato progresivo y congruente dividido en varias piezas pequeñas con ilustraciones de Felipe Serrano.

Este libro transita por la teoría de la evolución, la selección natural en tanto, fuerza evolutiva que surgen especies por condiciones de adaptación, pero para que sucedan estos cambios ocurren tras millones de años y varias generaciones posteriores. Por lo mismo, registros fósiles encontrados en Latinoamérica son fundamentales para señalar que las serpientes se han ido adaptando con el tiempo; pasando de ser reptiles de cuatro patas, a dos y actualmente, no las necesitan.

De igual modo ocurre con los cetáceos. Se han descubierto fósiles de hace 50 millones de años, que vivían en la tierra y tenían el orificio respiratorio (espiráculo) en la parte de adelante como los gatos y perros. Con el paso del tiempo, la reproducción y evolución ha hecho lo suyo, donde lo aludido ha sido alterado hasta tener el espiráculo tal como lo tienen los delfines y las ballenas hoy en día. No se menciona específicamente qué motiva a estos animales a modificar comportamientos o hábitat, pero estas transformaciones representan una adecuación de dichas familias en el ecosistema.

En el capítulo de selección natural, el autor ejemplifica con ratones de pelaje blanco y otros de negro. Es decir, la reproducción de una camada varía dependiendo de las necesidades de la especie con el entorno. Para que la siguiente generación sobreviva a los depredadores, aquellos que tengan habilidades de mayor camuflaje tendrán una mayor proporción con respecto a los otros. En otras palabras: la necesidad de adaptarse o morir.

En el segmento de ¿cómo se originan las especies?, se ejemplifica con lagartijas porque cuando son distanciados de forma natural, cada grupo irá modificando a través de generaciones a tal punto que no se puedan reconocer entre ellas, originando dos especies distintas.

De lo anterior, el segmento más interesante es el árbol de la vida del ser humano, puesto que se aclaran y determinan apreciaciones: el ser humano está emparentado principalmente con

los chimpancés. Sin embargo, dado que en algún momento hace millones de años, cada especie se ha adaptado de manera independiente al medio ambiente. Por lo que, “los humanos no evolucionamos a partir de los chimpancés, ni los chimpancés a partir de los humanos” (40). Además, es importante destacar que los gorilas, chimpancés, los seres humanos y los orangutanes tienen alto grado de parentesco y, de momento, no se indica registro fósil en el árbol de la vida.

El autor concluye el capítulo afirmando que existe un error del pensamiento antropocéntrico dice que los seres humanos somos el grupo más evolucionado, lo que no es preciso, porque cada una de las actuales especies tienen un proceso evolutivo propio debido a las circunstancias y necesidades en el ecosistema.

Por la condición de breviario, que se entiende como resumen breve de una materia amplia, existen dos debilidades: el antecedente histórico y bibliográfico. El primero es la escasa amplitud del dato de Charles Darwin y su paso por Valdivia en 1835 cuando ocurre el terremoto. Bien pudo haber sido un relato extendido y no haber quedado como mera referencia. Si bien la obra dialoga principalmente con el  autor del origen de las especies, no sucede lo mismo con las autoras. No se genera un tejido con las investigadoras, ni conversación sobre los aportes científicos, ellas son dejadas en una sección aparte en un marco anexo y referencial.

Es necesario mencionar que en la presente edición contiene errores: la palabra “cuidad” por ciudad, “antrópocéntrico” que trae dos tildes. El tercer error induce a confusión porque el índice afirma: “Mujeres en la ciencia del siglo XXI”, pero en el capítulo y el contenido idóneo se titula “Mujeres en la ciencia del siglo XIX”.

Enfrentado a las vicisitudes de las charlas masivas muy en boga en los últimos años, el dr. en Ciencias Biológicas Juan Opazo concreta una adecuación a la investigación que realiza en busca de promover el conocimiento científico. Lo mismo sucede con parte del catálogo de la editorial de la Universidad Austral de Chile, en la que la serie “pipetas” se vincula con la sociedad y mayormente con un público ávido por tomar interés sobre la naturaleza y los cambios.

Evolución (2021) es una lectura que abunda y no daña, porque es un relato esclarecedor  de procesos de adaptación de los seres que habitan el planeta tierra. Dando cuenta que la costumbre de los humanos provocando el actual escenario del cambio climático, interviene directamente en las formas de vida de los animales en un ecosistema que se altera permanentemente.

 

lunes, 3 de enero de 2022

Crítica: El placer gay desde el anonimato y la geolocalización: «Grindermanías» de JP Sutherland

 


“Ellos querrían mi lenguaje para expresarse/

Y yo querría el de ellos para expresarlos/

He aquí el equívoco el atroz equívoco”

Vicente Huidobro

 

La actividad de encuentros homoeróticos que se realiza en lugares públicos ha cambiado de acuerdo a las tecnologías disponibles. En el actual proceso de transformaciones del siglo XXI, el deseo homosexual comprende otra realidad que paulatinamente la sociedad chilena acepta. Por lo que, este impulso se observa supeditado y alterado por la instalación de aplicaciones virtuales que afinan el goce y el consumo de cuerpos erotizantes.

“Reconozco no pocas huellas de procedimientos y protocolos que todavía quedan en las rutas de sexo anónimo, aunque en los tiempos actuales y distópicos se levanta como una arqueología frente al salto futuro del mundo virtual en los tiempos de Grindr”, afirma Sutherland (p. 18).

Desde el anonimato y la geolocalización, el placer gay ha sido perfeccionado al ubicar a un otro con intensidades similares y con objetivos afines. Lo que no es público se ha vuelto privado entre departamentos del centro de Santiago, de menor visibilidad social, pero de mayor adquisición en subjetividades particulares.

Adicción sexual

El agenciamiento de las mercancías sintéticas como tusi, zoplicona, yerba, cocaína, lorazepam, popper y/o ketamina para intensificar los ejercicios con diferentes cuerpos singulariza la adicción sexual. Porque lo principal es la diversión, el descubrimiento, la satisfacción y la evasión sin la necesidad de conectar emocionalmente con ningún sujeto, lo que permite que la narrativa tenga otro nivel de autenticidad y de encuentro con el/la lector/a.

 

Por largos segmentos aparece un análisis técnico que dialoga con antecedentes históricos, literarios y culturales LGBTQIA+. Sin embargo, en una entrevista el autor afirma: “no hay intención académica” y “el saber queda monopolizado por la academia institucional”. Cumpliendo con una alta cuota del lugar al que se ha integrado y pertenece.

No dejo de pensar en ese público misceláneo, que no tiene porqué comprender palabras como punctum (Roland Barthes) o heterotopía (Foucault), las que disocian la naturaleza de la lectura. Caso distinto ocurre con la expresión biográfica, siendo una forma de masificar el acontecer gay en tanto validación formativo y de existencia.

Este doble registro es una apuesta arriesgada, porque da por conocidos detalles de la militancia marica en Chile dejándola en un segundo plano. Muy pocas referencias están presentes. En la novela de autoficción Papelucho gay en dictadura (2019), en la que aborda las vivencias de un niño que crece en la zona poniente de Santiago durante la década del ochenta, se manifiesta de manera irregular. Todavía es un lugar por explorar y dar cuenta de la orgánica militante durante los años del desarrollo del sujeto.

Lo que hace seductor Grindermanías. Del ligue urbano al sexo virtual es la utilización de diversos formatos que permiten otro tipo de entradas no lineales. Sutherland emplea una narrativa autoficcional sin abusar de la misma y un vigoroso ensayo que comprueba su erudición. Naturalmente se distancia del anterior libro Papelucho gay. No obstante, resulta paradójico que el escritor con militancia desde la periferia busque ser publicado ampliamente pero quede comprometido con un lenguaje especializado.

Grindermanías. Del Ligue Urbano al Sexo Virtual

Juan Pablo Sutherland

 

Alquimia Ediciones, 2021

138 páginas

Precio de referencia: $11.900