viernes, 26 de abril de 2024

Representaciones lésbicas desde el Taller Literario (2023)

La pandemia detuvo momentáneamente la asociación en los espacios públicos justamente después del estallido social. Desde marzo de 2020, el encierro obligatorio durante casi dos años imprimió en la sociedad un ánimo tedioso y que, a su término, ha afectado gravemente la convivencia en distintos lugares del país. En el intertanto, la construcción de lazos virtuales derivó en la proliferación de múltiples actividades, entre ellas, los talleres literarios. De allí, emergió este libro: Crónicas lesbianas (2023) dirigido por Monserrat Ovalle, y que viene a corroborar la actitud libre, sistemática y la persistencia de los concurrentes, los que tienen en común su diversidad sexual.

El ejemplar lo encontré en la biblioteca de Santiago, que pertenece a la red de bibliotecas públicas del país, y estaba en periodo de exhibición junto a otras obras de editoriales pymes. No obstante, el lector lo podrá encontrar en PDF en la plataforma de difusión del Taller de Lectura Lésbica (https://clublecturalela.wordpress.com/).

Según la mediadora de lectura Monserrat Ovalle, este taller viene desarrollándose desde el 2019 y recoge doce escritos de ficción, entre poemas y relatos. Al igual que la obra, el diseño, diagramación, edición fue realizado en un esfuerzo mancomunado de escritoras como Pau Lorca, Caro Inalaf, Cristi lavín Miquel, Carola Bartola (también con el collage de portada), Lala Aliaga, Ka Quiroz, Ale Cerna, Jeannette Meneses Ulloa, Alicia Morales, Carol Seguel C., Cami Olavarría y por último, Alicia Morales en las ilustraciones. Todas ellas en busca de dialogar y crear, a partir de sus experiencias como disidencias sexo-afectivas que se instalan dentro de un campo político y literario ante la escasa representación del imaginario lésbico.

Todas las autoras desarrollan temáticas literarias juveniles, subversivas o contestarias en busca de libertad y de representación: Pau Lorca con el poema “Patria” y “Soñándote despierta” de  Jeannette Meneses Ulloa, Caro Inalaf en el relato “Más diez”, “las monjas nunca supieron” de Cristi Lavín Miquel, el carrete en discos alternativas en Talcahuano  “Bajo la bola de espejos bailó tu cuerpo precoz” de Lala Aliaga, el testimonio de Cami Olavarría en “Avignolo”, la exploración de lo erótico por parte Alicia Morales en “Lago en llamas” y exploraciones del poliamor-lésbico en “Decisiones” de Ale Cerna, las relaciones imposibles en “Trato de señoritas” de Ka Quiroz.

Así como muchas publicaciones o antologías que se lanzan después de encontrarse en talleres literarios, Crónicas lesbianas (2023) es una obra que impulsa el ejercicio creativo de una probable camada de escritoras que disponen, inauguralmente, su experiencia de vida en tanto disidencia. De perseverar en la elaboración y divulgación literaria esperemos que vayan perfeccionando la técnica y abran el abanico de temáticas que defienden.


Crónicas lesbianas (2023) VV.AA. Editorial: Ovalle, Monserrat, 60 páginas.





lunes, 15 de abril de 2024

Profesión: torturador y violador.

 


Acaba de aparecer la investigación de Jocelyn Maldonado Garay (1987) sobre la Violencia política sexual y terrorismo de Estado en la dictadura civil-militar en Chile: la genealogía oscura del neoliberalismo (LOM, 2024). Esta publicación tensiona los discursos hegemónicos y negacionistas que privilegian el bienestar económico actual de unas pocas personas que manejan el poder y han sido parte de la conformación del neoliberalismo chileno. Detrás de lo mencionado, la trama más compleja y mínimamente dimensionada, es la educación y profesión de torturadores sobre mujeres chilenas sometidas y explotadas por el brazo armado de la dictadura Civil-Militar en los distintos centros de detención y desaparición.

En el primer capítulo Maldonado Garay sitúa teóricamente la violencia política sexual (VPS): “es el tipo de violencia sexual que asume la forma de un cuerpo político institucionalizado formal o informalmente: Estados a través de su fuerza policial y/o ejército, organizaciones supraestatales ‘en nombre de la paz’, organizaciones paraestatales desde grupos guerrilleros hasta narcotráfico; también guerrillas revolucionarias o grupos de acción política que quieren imponer un ‘nuevo sistema’ o exterminar algún grupo humano catalogado como enemigo. Esta práctica ha sido utilizada como manera de imponer un orden y un control político sobre un cuerpo individual y social” (66).

En el segundo capítulo escribe en la línea histórica de los movimientos sociales (1957-1973), periodo que aborda la Toma de La Victoria como un hito a nivel latinoamericano. Luego analiza y describe la sociedad chilena durante la dictadura en tres periodos cruentos: los tres primeros meses del Golpe de Estado y que fue la búsqueda y detención de los cuadros políticos que apoyaron la UP, después los denominados “años de plomo” (1974-1977), y los años ochenta. 

Vendrá entonces, el período de postdictadura dividida en cuatro secciones: la de Aylwin y La Oficina, la presidencia de Lagos, la fase del malestar y movilización social (2011-2019) y el ciclo pandémico donde se refiere a la contención y al repliegue de las movilizaciones junto a la emergencia del periodo conservador.

El tercer capítulo disecciona la metodología del terror que el Estado promovió dando a los victimarios lo necesario para realizar su cometido, así también, reflexiona sobre el rol de las torturadoras que ocuparon espacios masculinos deben estar continuamente haciéndose valer. No solo es complejo suturar las heridas dejadas por lo más abyecto de la sociedad, sino que hay un alto mérito de los testimonios de las víctimas que hacen valer las memorias colectivas disponibles. Dicho lo anterior, la emergencia de estas voces revela no solo resistencia sino una alta resiliencia frente a un dolor en el que no hay justicia. Además, hay que señalar que algunas declaraciones han sido publicadas por otros libros de línea periodística, pero aquí, hay una obra de mayor profundidad en el análisis al ocupar una línea feminista y que la temática ha sido escasamente diseccionada. 

Violencia Política Sexual (2024) es un aporte debido a que le da espesor a la profesión de la tortura, internándose y diseccionando el accionar sobre las prisioneras. Así, coloca en el centro del interés, un tema que ha sido nombrado de manera lateral como la VPS en mujeres en la dictadura y que recién podremos obtener el nivel de alevosía cuando liberen los testimonios en el año 2054 del Informe Valech.

Violencia Política Sexual

Jocelyn Maldonado Garay

2024

Lom Ediciones

260 páginas.


La música frente a la dictadura Civil-Militar en CantoBueno (2023)



 Actualmente hay un desequilibrio bibliográfico en relación a los dos grandes fenómenos musicales en Chile: hay bastante sobre la Nueva Canción Chilena y bien poco sobre el Canto Nuevo, desde omisiones hasta menciones de manera lateral. Sin embargo, de a poco la generación que vivió la dictadura en la Región Metropolitana ha ido publicando memorias y registros de resistencia. 

Hace un tiempo apareció en dos tomos la historia del “Café del cerro: miles de voces dirán que no fue en vano” y “arriba del escenario”, un volumen realizado por la periodista María Eugenia Meza y contado por los protagonistas. Una obra relevante que merece una mención porque va de la mano con el productor de la disquera que dio espacio al Canto Nuevo.

En CantoBueno, crónica de una canción (2023) la musicóloga y cantante Patricia Díaz-Inostroza recoge la voz de Carlos Necochea Navarrete, quien trabajó como director artístico y fundador del sello Alerce. Es decir, ambas voces tienen en común la lucha contra la dictadura; ella como artista, y él como productor que dio participación al Canto Nuevo en Chile.

El libro está dividido en dos grandes capítulos. El primero, “No hay revolución sin canciones”, aborda el periodo de crianza, adolescencia y el creciente grado de participación en la Peña de los Parra ubicada en Carmen 340, la implementación del catálogo discográfico “La semilla”, que buscaba producir, vender y distribuir música de aquellos cantantes y autores que hayan pasado por la Peña hasta el golpe militar. 

El segundo, “Pueblo que canta no muere”, con el desmantelamiento del proyecto –en toda dimensión– de la Unidad Popular, el locutor radial Ricardo García le propone a Carlos Necochea formar parte del Sello Alerce y asumir la dirección artística. Así, produce y arma el catálogo del Canto Nuevo (movimiento musical con raíces en la trova cubana y herederos naturales de la Nueva Canción) para darle vida a la resistencia cultural. De esta manera, se relatan las emergencias de diversos grupos musicales, acompañado de revistas, conversaciones, cartas  y gestos de resistencias en el marco histórico que significa el asedio cívico militar. 

Hacia el final el volumen afirma: “aquellos que, además, ejercían la música y el canto profesionalmente necesitaban eso que hace posible que funcione el sector: la cadena de la producción musical y todo su ecosistema; y en esos años la realidad les era adversa. Lo más cercano que tuvieron a esos requerimientos profesionales fue el sello Alerce”, revelan el rol que cumplió la mecánica cultural y que actualmente no ha sido puesta en valor dada su complejidad.

Para una generación que vivió la dictadura Civil-Militar y reflejó el malestar mediante canciones durante un continuo estado de vigilancia policial, CantoBueno (2023) permite profundizar en el testimonio de uno de los forjadores del sello musical más importantes que ha dado el país (paralelo al sello DICAP en su momento), pero que, además, dio un canal de difusión que sorteó la censura de la época.


CantoBueno. Crónica de una canción. Patricia Díaz-Inostroza y Carlos Necochea. Autoedición, 2023, 400 páginas.


La Revancha (2023): Hablemos del derecho indígena.




 La Revancha (2023): Hablemos del derecho indígena.

El conflicto mapuche subsiste en una historia de expropiaciones y deslegitimizaciones estatales donde el pueblo mapuche no es reconocido sino como una entidad ajena y extranjera dentro de un territorio que abarca desde el océano Pacífico al Atlántico. Así, a través de la historia el cambio de percepciones desde el monopolio del poder occidental y moderno se hace evidente cuando estas relaciones se transforman en desconfianza y segregación.

Luego del éxito de Historia del despojo. El origen de la propiedad particular en el territorio mapuche (2021), Martín Correa Cabrera publica con Ceibo, La revancha. Golpe en La Araucanía (2023). En este nuevo volumen desarrolla tres grandes zonas. En primer lugar, los orígenes y la imperiosa necesidad de la reforma agraria y la voluntad política de la Unidad Popular y de Salvador Allende en darle una salida institucional a este problema histórico. Asimismo, la perspectiva se despliega más allá de lo indígena y se sitúa como una cuestión campesina, en la que se destaca una recuperación de campos para ser explotados, y para ello, el Estado capacitaba a los nuevos dueños para que sepan manejar instrumentos agrarios y construyan una economía rural de mayor productividad. En segunda instancia, el régimen cívico militar instala una maquinaria de la felonía, del terror y se asume ideológicamente que lo indígena es otra amenaza vinculada al marxismo, pero marcado por lo racial en los campos de La Araucanía y Los Ríos. De modo que la búsqueda casa por casa en caseríos buscando supuestos agitadores políticos, toda persona vinculada con el proceso anterior o el Movimiento Campesino Revolucionario (MCR) debiese ser torturado y hecho desaparecer. Y Finalmente, el proceso de Contrarreforma la oligarquía es protegida, les otorgan nuevamente el dominio sobre los predios expropiados y para ello constituyen el Comité Ejecutivo Agrario (CEA) para que la administración cívico militar cumpla con este cometido legal y sanguinariamente.

Eventualmente, los años de la dictadura no tienen correlación con la Historia mapuche, sin embargo, las comunidades sí manifestaron altas pérdidas y graves dolencias durante este periodo. Este libro viene a contrarrestar esta mirada, porque alguien tiene que desempolvar y poner en valor el Parlamento celebrado en los Llanos de Tapihue el 7 de Enero de 1825 entre el capitán Pedro Barnechea (representante del Director Supremo de la Nación) y el Lonco Mariluán donde definían la relación y el dominio entre ambas partes. Así, los Informes Rettig 1991, Valech 2005, Verdad Histórica y Nuevo Trato 2003.


La revancha. Golpe en La Araucanía. Martín Correa Cabrera. Ceibo Ediciones, 2023, 240 páginas.


Crónicas sobre Purén (2022) de Bernardita Olmedo.



 Una serie de cuadros de costumbres están presentes en Hija ilustre (La Pollera, 2023) de la dibujante Bernardita Olmedo (Purén, 1989) radicada en la Región Metropolitana. En 102 páginas realiza una crónica fragmentada utilizando diversos materiales e indagando en la genealogía familiar, la crianza, la identidad y educación de nuestros padres en los años noventa, nuestro sentido de pertenencia y las costumbres de la localidad de Purén.

Que dicha crónica sea fragmentada es asumir una falencia en estrategia. Los capítulos son breves, de párrafos desde una línea hasta cinco, no tienen nombre ni tampoco índice, pero se observa que están parcialmente estructurados. De igual modo, el juego de la brevedad hay que saber ejecutarlo ya que en dos oportunidades los episodios quedaron expuestos. A su vez, apela a un tipo de lector activo que asimila el potencial de las formas de vida en las provincias del Sur. 

La matriarca de la Familia es Luisa. Una campesina que se radica a kilómetros fuera de la urbe, donde no vivió el esplendor de la ciudad. A pesar de su raigambre mapuche/español, ella pertenece a la generación que reniega de su lado indígena porque, como a muchos, le dijeron que tenía una connotación negativa: “Ella prefiere hijas solteronas a nietos mapuche” (28). De modo que, el lugar es completamente arrasado por la ideología del Estado que condena lo mapuche en la Región de la Araucanía y la descendencia femenina escasamente puede resolver el problema de identidad. 

Al igual que la continua referencia de Luisa (Lucha), se hace mención a que la estufa de la casa no puede mantenerse apagada. Ella es símbolo, base y matriz del hogar, denota la calidad del ambiente, el cocimiento de los alimentos, el acceso al agua caliente para el mate y la once, la extensión del cariño hacia los hijos, etc.

Paralelamente, la cronista se cuestiona si el pueblo ha sido siempre apagado, de tránsito lento y de relativa calma: Aquí hubo cine, fábricas, llegada del tren, fiestas de la primavera, Colegio Alemán y hasta un diario propio, según dicen”. No son pocos las personas que están viviendo el ocaso de sus vidas que anhelan el regreso de ese bienestar social vinculado a las fábricas que hubo en la primera mitad del siglo XX hasta el golpe militar.

Uno de los aspectos que me llama la atención es la importancia de la celebración del aniversario comunal. Es decir, la concentración de gente en la plaza de armas donde daban vueltas una y otra y otra vez como si fuera deporte nacional: “una rotonda dentro de la plaza que cada verano los jóvenes recorríamos en inexplicables vueltas”. Hago el paralelo con la novela Martín Rivas, dado que en ambas narrativas lo habitual es lucir las mejores vestimentas, gastando y divirtiéndose en nombre de la fiesta.

El aspecto social atraviesa la obra porque evidencia un ordenamiento social. Uno de ellos es la conformación de las comunidades: “entre más cerca vivas de la plaza, más probable es que tu apellido sea francés, alemán, italiano”. En este sentido, la cronista describe cómo es vivir sin ninguna característica que la diferencie del resto: “hay familias sin apodo y en esas estoy yo. Crecer sin ser llamada india ni ser la única rubia de la sala. Ser parte de la masa. Vivir en casas comunes (...) acá los Giacomozzi son tan comunes como los González; un Leonelli no ha leído más libros que un Ulloa; pero un Kausel sí tendrá más tierras que un Llao, simplificación de Yaugbu, que para la pronunciación winka resultó muy rebuscado respetar”. Una de las preocupaciones radica en el lugar de pertenencia y la identidad que significa ser clase media emergente, aspecto determinante durante los años ochenta y noventa, puesto que se configura las relaciones con personas de similares características socioeconómicas.

Hija ilustre es un volumen sobre la búsqueda de sí misma y de explicar, de manera íntima, los motivos de por qué está radicada fuera de su territorio de nacimiento. Y es que, la narración intenta darle sentido a la enajenación y al hecho de sentirnos fuera de lugar. Aquellas zonas están vivas y como hablaba con K. “el territorio tira”.


Hija Ilustre

Bernardita Olmedo 

Editorial La Pollera

2022

102 páginas.-