domingo, 5 de diciembre de 2021

CRÍTICA| Antihéroe de la narcoliteratura: «Miedo» de Aníbal Ricci

 

Miedo (2021) de Aníbal Ricci Anduaga (Santiago, 1968), es la reedición de su primera novela Fear (2007). En este nueva versión el autor desarrolla varios tópicos, como la relación no superada con la expareja, Gloria, las abundantes figuras femeninas representadas como prostitutas o distribuidoras, y para cerrar el encuadre, la paranoia de estar siendo vigilado constantemente.

 

El autor rediseña una novela más estática que lista de compras en el supermercado. Un diario de vida donde hay abundancia de acontecimientos marginales, pero en lo técnico es difícil encontrar una frase que tenga como norma más de tres renglones. Este aspecto que pudiese ser un hecho aislado, se repite en otra novela: El martirio de los días y las noches (2015). Esto es gravitante porque no desarrolla una literatura fluida, tampoco un ambiente que no sea el delirio psicológico, ni menos representa la transposición de la voz narrativa del personaje. Lo que provoca que la lectura sea abrumadora debido al planteamiento mecánico y poco reflexivo.

De este modo, el protagonista se hunde en las actividades nocturnas por más de un tercio del libro, siendo de escasa relevancia lo acontecido. Porque este traficante y consumidor, lo único que desea es sobrellevar la pena por el abandono de Gloria y la mejor solución es buscar prostitutas en las mismas condiciones: “Era un mal reemplazo de Gloria, pero al menos dejé de llorar en las noches. Su partida había hecho mil pedazos mi autoestima, hasta el punto de estar viviendo con una puta” (p. 21). La separación origina una espiral de vida nocturna sin control que lo lleva a otros países.

 

El tópico de la paranoia y el delirio de persecución derivado de la excesiva ingesta de cocaína y el acoso de un colega de trabajo, es lo que hace a andar este libro: comienza a cambiar de lugar, visita a la hermana, etc. Sin embargo, la turbia atmósfera en la que supuestamente es vigilado es constante: “Volvieron a sentirse los gritos. Como si alguien les hubiese avisado que apagué la luz. Convencido de que, si me quedaba en el cuarto, nada me ocurriría, era cosa de esperar a que amaneciera” (p. 48).

 

Aparte de los tres tópicos mencionados, uno de los gruesos errores es construir una historia monótona, en que las dinámicas sociales son búsqueda, consumo y huida pero con un fondo de países latinoamericanos. Sumado a esto, aparecen varias reflexiones sobre el valor de la familia, el tiempo perdido y la fatalidad misma del ser. Por otro lado, nada peor que un personaje plano que no evoluciona y cuya estrategia —al igual que la escritura— se vuelve rutinaria. Es decir, este antihéroe de la narcoliteratura que se presenta en las primeras páginas se mantiene de igual forma hacia el desenlace.

 

Dado que Miedo (2021) de Aníbal Ricci es una nueva edición, revisada y aumentada, uno esperaría que el trabajo haya mejorado. Mucho más si tiene a su haber varios libros posteriores al primero. Sin embargo, se mantienen los desaciertos haciendo que esta novela sea un rotundo fracaso, porque da lo mismo el tema si el personaje de focalización es plano.

 

Miedo

Aníbal Ricci Anduaga

Editorial Zuramérica, 2021

144 páginas

Precio de referencia: $11.900.


CRÍTICA| Piñera en el psiquiatra: La revuelta que dejó a su Gobierno maltrecho

 


 Este libro de 228 páginas, está dividido en cuatro grandes capítulos: primero, “la noche más oscura”; segundo, “la crisis que nadie vio venir”; tercero, “el estallido”; y cuarto, “los días decisivos”. La tesis que instalan es la incapacidad del Gobierno para comprender que la calle exigía profundas reformas del modelo neoliberal que parte de la base de la Constitución de 1980.

 

El segundo Gobierno de Sebastián Piñera debía ser consagratorio para la derecha, situando a Chile como líder regional sin precedentes y pronto a dirigir la APEC y la COP25. El estallido chileno no solo impidió, sino que, dejó maltrecha a la derecha. A nivel internacional, nuevamente se le asoció con la dictadura de Pinochet tras el discurso de Piñera: “estamos en guerra contra un enemigo poderoso”, y hasta el momento, la presidencia se mantiene todavía con plenas facultades pese a las cuatro condenas internacionales de violaciones a los derechos humanos.

 

El libro consigna seis fallecidos sin identificar, cientos de heridos con rotura del globo ocular y ante la gran cantidad de heridos, los responsables continúan impunes.

 

La caída de Chadwick

Herrero dirige Interferencia, mientras que Landaeta es actualmente directora de contenidos del canal de TV La Red. Básicamente, trabajan con fuentes concretas donde el grueso son fuentes de medios de comunicación tradicionales y alternativos, pero también, están las fuentes de asesores, subsecretarios, operadores, funcionarios o gente de confianza que configuran el ambiente de pasillo al interior del palacio de gobierno.

 

Uno de los errores en el ritmo de lectura es el capítulo “La caída de Andrés Chadwick”. Los autores se tardan en dar contexto a la salida de esta figura política. El ministro venía con alto descrédito debido al asesinato por parte de carabineros de Camilo Catrillanca. Pese a la fuerte oposición y al impacto en la opinión pública no salió del cargo y fue blindado por su primo hermano. Queda cojeando esta sección al situar la muerte del comunero mapuche como posterior a la salida. Asimismo, una de las deudas que tiene esta obra es no alcanzar testimonios de miembros de la Segpres que dirigía Cristián Larroulet.

 

Piñera con cuadros psicóticos y estrés

Como todo libro que busca relatar lo acontecido en el ejercicio del poder ante situaciones trascendentales, el lector encontrará datos sabrosos. Por ejemplo, la intensidad de las manifestaciones en Plaza Dignidad provocaron cuadros psicóticos y estrés en el mandatario. El médico psiquiatra Ricardo Capponi lo hospitalizó en casa y Jaime Mañalich lo revisó. El personal de seguridad en la casa de los Piñera-Morel fue en aumento, así como la paranoia donde el edecán debía probar la comida ante el supuesto envenenamiento.

 

Si bien en lo técnico no se observan errores o imprecisiones, la crónica donde el escritor lleva al lector a transmitir las sensaciones de la revuelta es insuficiente. Esta se enfoca en materiales concretos como testimonios, tweets de políticos locales, análisis sobre los movimientos para dar salida a la crisis, trabajo en terreno de reuniones políticas, televisión, periódicos, entre otros.

 

La revuelta. Las semanas de octubre que estremecieron Chile (2021) utiliza la estructura de novela del lado B de la trama, intentando develar nudos importantes desde el pasillo, distinto la crónica novelada de John Reed en el libro Diez días que estremecieron al mundo, pero que entrega información primordial sobre la revuelta de octubre.

 

La revuelta. Las semanas de octubre que estremecieron Chile.

Laura Landaeta y Víctor Herrero

Editorial Planeta, 2021

228 páginas

Valor referencial: $15.900

jueves, 2 de diciembre de 2021

Reseña: La soberanía chilena no se escribe sin las mujeres.

Reseña aparecida en CienciaenChile.cl


Antártica: relatos de exploradoras en el corazón del planeta (2021) es el viaje de la periodista Nadia Politis, donde navega a bordo del buque Marinero Fuentealba de la Armada de Chile para intentar cruzar el círculo polar antártico. Durante la travesía construye perfiles con un tono afable sobre cincuenta y tres viajeras de distintas edades, profesiones y procedencias. Ellas abordan la vida cotidiana, el clima gélido, la relación con la flora y fauna del paisaje austral.

El acento que utiliza para este libro para retratar a las mujeres es la persistencia y la pasión en actividades, en las que han sido pioneras como el buceo o desarrollando altas preguntas desde diversos enfoques: bióloga marina, oceanógrafa, paleobotánica, ingenieras forestales, pilotos, escritoras, escultoras, pianistas, ecoturismo, ecóloga, periodistas, oficiales de marina, médico, sismólogas, biólogas, estudiantes, físicas, físicas espaciales, profesoras, nadadoras, abogadas, meteorólogas y astrofotógrafas. Muchas de ellas, están alertan sobre el fenómeno actual y, desde el extremo austral del planeta, están a la vanguardia, interviniendo en las decisiones políticas que las superpotencias debiesen tomar para resguardar a las futuras generaciones.

Al comenzar el libro, la autora nos presenta la investigación que hizo sobre mujeres pioneras en llegar, observar y/o caminar al mencionado continente. Las que destacan la noruega Ingrid (Dahl) Christensen entre 1931 y 1936, Caroline Mikkelsen en 1935, la señora Betsy Rasmusen a bordo del ballenero que capitaneaba el esposo Adolfo Amandus Andressen y por último, Rosa “Miti” Markmann, Sylvia y Rosa González Markmann, esposa e hijas del presidente González Videla, quienes en la comitiva presidencial de 1948 hacen soberanía en el territorio austral.

El presente ejemplar da cuenta de las palabras de la hija mayor, Sylvia González Markmann, quien invita a las nuevas generaciones a que se hagan parte de esta aventura: “Las niñas tienen que cumplir sus sueños (…) para cualquier mujer científica es una gran oportunidad poder trabajar allí y descubrir todo lo que puede entregarnos ese gran continente helado”.

Politis conjuga en ocho capítulos la crónica, el relato, las entrevistas, las imágenes y otros detalles a modo de bitácora expedicionaria con gran dinamismo para los lectores. En el primer capítulo: “la exploración polar” presenta a Ana Campos González, autora de la novela biográfica de su abuela “Miti” Markmann. Pamela Olmedo Rojas bióloga marina y buzo científico. Leyla Cárdenas Tavie identifica especies que invaden la biodiversidad del continente frío producto del cambio climático y, fue la primera década de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile (UACh). La ecofisióloga Angélica Casanova-Katny estudia los musgos y los líquenes que son afectados por la contaminación mundial.

En el segundo capítulo: “viviendo el sueño”, se declara la importancia de promover el conocimiento sobre el frío territorio, debido a la pertinencia que significa las modificaciones ecológicas que impactan a nivel mundial. Entonces, en esta sección agrupa a las primeras científicas en estudiar los microorganismos de musgos y líquenes, Wanda Quilhot Palma; la experiencia de la paleobotánica Teresa Torres González que acumula veinte viajes de estudio; la estudiante de bioquímica Josefina Jorquera Faúndez saca boleto para viajar tras ganar el segundo lugar en la Feria Antártica Escolar (FAE), presentando la investigación sobre la abundancia de la estrella de mar en aquel sector y ampliando la escasa bibliografía existente. La doctora en Ciencias Forestales Patricia Sáez Delgado estudia el retroceso de las masas de hielo que afectan al pasto y clavel. El incremento -propone- en las temperaturas podrían tener mayores efectos biológicos durante la noche que en el día. Sara Ulloa Villalobos vivió durante más de un año en isla Rey Jorge junto a su esposo y dos hijos. De acuerdo a la entrevista, Sara afirma que el encierro polar y el confinamiento en pandemia “no ha sido tan terrible, aunque sí extraño tener una bonita vista. Allá podías ver la había o la ventisca que golpeaba la ventana”.

En el capítulo tercero: “Conciencia Antártica”, Nadia Politis afirma que se fortalece la idea de la cooperación internacional, la protección del medioambiente y el interés por el desarrollo del conocimiento. En efecto, la brasilera Juliana Vianna estudia los distintos pingüinos y establece que ellos no siempre han estado allí, sino que, es una especie que migró en algún momento desde zonas más cálidas. En la misma área, Isidora Mura Jornet estudia la disminución de colonias de pingüinos barbijos debido al cambio climático y a la extracción indiscriminada de su alimento, el krill. Andrea Piñones Valenzuela es oceanógrafa y estudia la migración de la foca cangrejera en busca del krill. Angie Díaz Lorca es bióloga marina y tiene la capacidad de manipular la malla cuando deben cazar y liberar a aves salvajes como skúas y petreles. Esta última entrevista, destaca que la científica abrió el camino para que mujeres chilenas hagan buzo en la Antártica, asunto que ha ido cambiando desde el 2006.

El capítulo cuarto, pertenece a las reporteras, periodistas o camarógrafas tanto nacionales como internacionales que abordan con premura o dan cabida para difundir las ciencias. Acaso, de las manifestaciones más interesantes es la de Marisol Retamal González que responde acerca sobre el concepto de la buena periodista: “hay que tener pasión por informar. Pasión por la verdad, por la precisión, y siempre hay que tratar de ponerse en el lugar del lector o lectora”.

En el capítulo quinto, “científicas y uniformadas” se vislumbra la importancia de las Fuerzas Armadas para desarrollar la logística y traslado de las examinadoras. En el capítulo se destaca a la botera de naves menores Dayana Cañón Ulloa, la oficial de guardia Francisca Peñaylillo Arancibia encargada de cumplir con la navegación en una ruta inestable y la piloto militar Valentina Troncoso Santander, quienes en mayor o menor medida sortean lo voluble y desafiante que es el territorio antártico.

El capítulo sexto, “cruzar el círculo polar antártico”, es la división más importante, porque el viaje llega al objetivo es cruzar el círculo polar y trabajar en la estación científica Glaciar Unión durante noviembre a enero. Rescatamos a Jenny Blamey Alegría y Cecilia Pérez Barrientos, son parte de un grupo mayor, porque nos cuentan la preparación de alta montaña que tuvieron para enfrentar bajas temperaturas y relatar el fenómeno climático que acontece en aquella región.

El armado del séptimo capítulo, “nuestra antártica interior”, da cuenta de espacios mayormente creativos, personas como Katia Macías Díaz que participa en programas junto a otros líderes del extremo sur para promover valores y consciencia sobre aquel lugar. El volumen también registra a las ganadoras de la Feria Antártica Escolar (FAE) 2018, una de las tres, Katalina (20 años) declara que el desinterés científico procede por un asunto de sesgo.

En el capítulo octavo, “el continente del futuro”, es la sección más diversificada donde observamos perfiles sobre la habilidad musical de la puntarenense Pilar Delgado Ávila, la escritora Violeta Diéguez Rojas y el vínculo a través del libro infantil Violeta en la Antártica, la escultora Paola Vezzani González que simboliza la inventiva con el pueblo yagán (la única mención al pueblo fueguino), y la nadadora de aguas gélidas Bárbara Hernández Huerta que durante el verano del 2022 nadó sin traje protector en el sector del glaciar Leones.

Si bien el contenido de las entrevistas pudo estructurarse con mayor idoneidad al sentido de las secciones, la finalidad de Antártica: relatos de exploradoras en el corazón del planeta (2021) es difundir con perspectiva feminista y ecológica el quehacer científico en la Antártida. Dado que la lista de investigadoras y trabajadoras es amplia representan a la élite del país, también lo son las tesis propuestas y formas de vida en un medio que está cambiando, porque tras esa capa de hielo hay ecosistemas históricos por reconocer y seguir escribiendo.

 

 

Ficha técnica

Antártica: relatos de exploradoras en el corazón del planeta

Nadia Politis

2021

148 páginas

Proyecto financiado por el programa Ciencia Pública, del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, y cuenta con el apoyo del Instituto Antártico Chileno (INACh), y las municipalidades de Santiago y Punta Arenas.

lunes, 6 de septiembre de 2021

CRÍTICA| El investigador Cayetano Brulé achunchado por su autor Roberto Ampuero

 

Roberto Ampuero debe ser de los pocos escritores donde no ha tenido lugar la redención. Pese a contar con ocho libros en su haber, la forma y el contenido en las distintas publicaciones no ha desarrollado la solidez y solvencia que corresponde a la trayectoria literaria. Y aunque la capacidad de reinventarse por parte del autor no ha faltado, en esta obra toca fondo sin remedio.

Demonio (Sudamericana, 2021) es la última novela de Roberto Ampuero (Valparaíso, 1953): En ella, Amaya Bengoa busca al detective Cayetano Brulé para que resuelva el caso del pintor Edmundo Galaz Expósito, quien fue asesinado a los pies del Cristo Redentor del cerro Bellavista de Valparaíso. No obstante, en 140 capítulos se atosiga al lector con las más disparatadas y fantasiosas miradas sobre la revuelta chilena del 18 de octubre del 2019.

 

Para una persona con estudios de literatura en el extranjero, que haya construido un personaje como Brulé y promover la tesis de que Chile, “bello y majestuoso como un tigre”, está bajo ataque de sectores radicales como delincuentes y narcotraficantes que rompen con todo a su paso, es digno de reprobar. Además, es paradójico que el protagonista se haya convertido en una parodia de sí mismo, siendo su progreso común y predecible. No solamente porque como detective no investiga, tampoco hace las preguntas correspondientes para indagar en las motivaciones del acontecer nacional, por lo que la ficción narrativa que promueve es desequilibrada.

 

El investigador privado Brulé contempla la situación del estallido social con menos voluntad que los gobiernos y empresarios resolviendo el tema de la desigualdad en Chile. Estamos ante un “no es la forma”, expresión utilizada por aquellos/as que defienden semáforos y el patrimonio oficial, mientras que con ostentosa alevosía han desconocido, omitido y silenciado los crímenes ejecutados por aparatos represivos del Estado. Tal como ocurre aquí. Por ejemplo, cuando asiste al coronel Santos Vargas exfuncionario de Carabineros, y se explica que la desobediencia civil con las Fuerzas Armadas es consecuencia del movimiento social. Nada que aseverar sobre los millones robados durante años en Chile. No importa la investigación del pintor Galaz, el mensaje es retratar y representar a un sector que gobernó, se burló y nunca sintonizó con la población. Así, el lugar que detenta este libro en tanto discurso cultural es putrefacto.

 

No solamente eso, en la presentación de las consignas, confunde no sólo al lector, sino también, al propio agente: “Lo demostraban la proliferación de consignas en los muros suscritas con la A del anarquismo, el fusil del MIR, y la hoz y el martillo, y las postas de enmascarados que controlaban el tránsito” (55). El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) no utiliza el símbolo del fusil, sino los colores rojo y negro. Esto no sólo es una caricaturización, sino una falta de precisión de dichos símbolos.

 

Si a ciertas personas les preocupa el fondo y la forma, este volumen es la prueba fehaciente del porqué es fundamental realizar un análisis crítico-estético a la obra de arte. Una de las aristas es el carácter técnico de la industria literaria. Me refiero a que, Demonio ha sido impreso en Uruguay y con una capacidad de diez mil copias. Es decir, el estallido se ha convertido en un producto, una mercancía literaria, pero bajo el prisma institucional. El mensaje no es local, sino exportar la rebelión hacia otros países con un discurso frágil y carente de elocuencia, porque vincular lo narco y el lumpen con las movilizaciones populares, es no entender nada.

 

Roberto Ampuero entrega una de las peores obras literarias de Chile. Demonio es un relato con carga emocional donde las dominantes sostienen la tesis de la paranoia delincuencial como eje movilizador porque es notoria la pérdida de privilegios y reticente a los cambios sociales que necesita el país.

 

Demonio

Roberto Ampuero

Editorial Sudamericana

Año 2021

424 páginas

Precio de referencia: $16.000.-

miércoles, 18 de agosto de 2021

VOCES| Matías Rivas, el editor de UDP: Después de nosotros, no hay más



Para vos, lo peor, es la libertad

Sumo

 

El fin de semana apareció una entrevista al editor de UDP, Matías Rivas, por el fallecimiento del crítico literario Juan Manuel Vial: “El panorama de la crítica en Chile es desolador”. La evaluación de voces críticas en el medio es deplorable y menciona, a modo de ejemplo, a dos críticos que escriben regularmente para la sección Bellas Artes de El Mercurio.

 

Los argumentos decadentes, clasistas y amargados de Matías Rivas son insostenibles. Para él, no existe más crítica literaria que aquella sometida al mercado, instaurando falsas ideas de exitismo y la probable valoración fuera del país. Aquella que es cómplice de las instituciones, con diálogos ambivalentes y conciliadores. Muy años noventa. Pensarás que en muchas décadas sirvió de algo el diálogo y la conciliación, cuando los números anunciaban una revuelta. La verdad es que, tal como tus poemas malos, las columnas en las que citas a Guattari, Deleuze, Benjamin y teóricos que no entiendes, tal como muestras en «Minuto a minuto« (2019), no generas pensamiento crítico. Lo que comprueba que no te hace inteligente ostentar una alta cantidad de libros.

 

Debería darte vergüenza el nivel de reflexión que muestras en la entrevista. Torpe, deficiente y enajenada de lo que está sucediendo. Pensarás que la crítica obedece a tus grupos, a lo que representas: una cultura caduca, tradicionalista, “fome y bien charcha”. Aquí el mensaje es claro, y es el mismo que alguna vez tituló Alberto Fuguet: “llegaron los bárbaros” (2018). Es decir, no les interesa la literatura más que como un espacio mercantil y, lo más peligroso, es que la ausencia de pensamiento crítico convierte al lector en consumidor. De igual modo, “cuando la élite empieza a eliminar la crítica”, la transforma en servil para las instituciones.

 

Y la crítica goza de buena salud, pese a tu ignorancia de crítico de Las Condes que solo lee El Mercurio y las revistas de los amigos. Está rebosante con Patricia Espinosa (a quien atacaste en La Segunda, 2015), Lorena Amaro y Lucía Stecher en la revista Palabra Pública. Publicaciones como La Palabra Quebrada, Saranchá, Lo Que Leímos, Cine y Literatura, El Circo en Llamas, Origami, La Calle Passy, Oropel, Letras.msyite, las entrevistas en suplemento KU, Letras en Línea, entre muchas otras que están apareciendo. Quiéranlo o no, los vaticinios de Alberto Fuguet, a quien respaldas desde el comité editorial de la revista Santiago, no se han cumplido: “La labor del crítico-como-profesor o, peor aún, la figura del crítico-como-perro-guardián, ha terminado” (Revista Santiago, 2018). Mucho menos que la crítica esté pasando por algún tipo de precariedad: “Estamos en un nivel de analfabetismo funcional demasiado alto, la gente puede ser profesional pero no entiende nada”.

 

No son pocos los interesados en el ejercicio de la crítica, se han generado redes que no viste venir y existe una rearticulación que no está pasando por los medios oficiales. Así, desde la formación pedagógica están aumentando las figuras críticas y generando medios alternativos. Sin embargo, como buen editor, no habrás leído, porque te parece estridente. Cuando esto ocurre, veo que prefieres  desestimar lo dicho y subestimar a los/las lectores. No sirve de nada aplicar la vieja confiable de: “pensé que el contexto de la entrevista era claro (…), “Sí el contexto se entendiera, no existiría polémica” (sic), (…) no sé qué interferencia hubo”. Ellos representan el desgaste y el retiro próximo. Germán Marín ya no está. Famosos eran los cafés con el autor de El palacio de la risa para analizar y maniatar la realidad literaria o los encuentros con periodistas serviles.

 

Hace años dije que era probable escuchar estos balbuceos y delirios de asesores pertenecientes a los monopolios culturales, debido a una crítica que no les pareció oportuna. Dicho y hecho, la actual entrevista del palurdo que evalúa el medio, comprueba que después de ti, está todo pasando. Habrá que acostumbrarse a los mojigatos y fulastres de la cultura que cada cierto tiempo hacen pataletas estridentes porque no les alcanza para generar ideas. Si quieres dialogar y preocuparte sobre la literatura, hablemos mejor sobre la precariedad estética de tus libros.


Alberto Fuguet, “llegaron los bárbaros”:

http://revistasantiago.cl/pensamiento/llegaron-los-barbaros/

Matías Rivas, “el panorama…”

https://www.ex-ante.cl/matias-rivas-el-panorama-de-la-critica-en-chile-es-desolador/

domingo, 1 de agosto de 2021

Crítica literaria: "En el pueblo hay una casa pequeña y oscura" (2021) de Vladimir Rivera Órdenes.



Regularidad literaria es lo que podemos afirmar sobre Vladimir Rivera Órdenes (Parral, 1973), luego de Qué sabe Peter Holder de amor (2012), Juegos Florales (2017), y Yo soy un pájaro ahora (2018). Porque En el pueblo hay una casa pequeña y oscura (2021) es una obra con alto potencial, donde la mayoría de las crónicas tiene carácter de epifanías y se observa un proyecto pulcro.

Para las personas que conocemos las provincias, las infancias de lluvia y el sombrío sur, este libro se vuelve entrañable. Las crónicas de Vladimir Rivera sobre Parral abarcan las tres últimas décadas.  Muestran a los hijos de la calle de una comuna apática, en un valle helado donde las familias viven con lo justo: la comida en la medida de lo posible. “Todo se adquiría de una pieza, nadie iba al supermercado a hacer la compra del mes. Es decir, había gente que sí, pero nosotros, los cabros de la calle Francisco Belmar, no” (21). Historias de las que la derecha y ciertos sectores de clases medias reniegan o han omitido como muchas otras violencias normalizadas. Por supuesto que a no pocos les parece un acto meritocrático cual himno nacional, que genera orgullo, ver que otros vivan mediante préstamos.

Rivera arma concisos relatos de niños, muchos de ellos de la población tomada Arrau Méndez, que están observando, creciendo, viviendo la dictadura y la transición. Algunos son hijos de desaparecidos, observan la separación de los padres debido a la violencia intrafamiliar o crecen con ellos. Está la recomposición de los núcleos políticos, aparece el sindicalista relegado Manuel Bustos orgulloso de los pactos realizados para el plebiscito,  y la incipiente rebeldía juvenil. Que, además, los subcapítulos estén bien cerrados es uno de los puntos fuertes del volumen.

Las distintas personalidades que habitan Parral pueden lograr una profunda densidad e impacto en el lector. De igual modo, la ausencia del padre por tortura y desaparición en la dictadura, establece un horizonte que ensombrece el poblado. No es el único, se trata de una generación movilizada en la lucha de derechos y que fue mutilada. Frente al olvido; un país de impunidad. Sin embargo, desde la literatura se genera la resistencia de colocar en estas páginas los nombres, vidas y circunstancias truncadas.

Uno de los relatos más hermosos es “Juan de Dios”, el primogénito nacido muerto y sepultado en un rincón del cementerio. La familia lo va a visitar regularmente. Los hermanos lo hacen partícipe de la infancia y hay un sentido de pertenencia cuando el cadáver todavía es ubicable. De cualquier modo, es el hermano mayor y en la dinámica familiar, se hace presente. La ausencia del mismo, la desaparición del nicho provoca un olvido y un largo adiós que no acaba.

El canon literario masculino: Borges, Ray Loriga, Echeverría, Neruda y principalmente, Juan Rulfo, funciona como tejidos para darle a este libro espacio en la literatura latinoamericana sobre la épica de vidas mínimas y la literatura de los hijos que critican lo difícil de vivir en este país. Emerger, tras lo visto, es prácticamente una epopeya.

Sin duda, las crónicas literarias de En el pueblo hay una casa pequeña y oscura tienen elaboración y contenido, en un trabajo sobresaliente y elogiable. En estas intensas melancolías de un pueblo fantasma, existe la inocencia de entender un futuro que no negocia a los y las familiares desaparecidas, ni menos con las personas que administran el modelo.


En el pueblo hay una casa pequeña y oscura

Vladimir Rivera Órdenes

2021

La Pollera Ediciones

162 páginas.

Crítica literaria: Psicópatas, potenciales violadores, obsesivos, trastornados: El lado B del país en «Palo blanco» de Ramos Bañados


Después de la novela «Ciudad Berraca» y las crónicas en «Matute», la estética de Ramos Bañados ha vuelto a escena: aquella del lenguaje punk, de humor irónico y prosa corrosiva, donde los sujetos pasan desde el absurdo a mantener la categoría que los distingue sobre los demás. Es decir, cuerpos políticos y representantes de lo neoliberal que se empinan en esta pirámide social y desde ahí, repiten las mismas conductas que los oprimían.

En la carrera literaria del periodista Rodrigo Ramos Bañados (Antofagasta, 1974), son varios los libros publicados en distintas editoriales, siendo uno de los más destacable es la novela experimental Pinochet boys (2016) seguido de las crónicas de Tropitambo (2018). En ellos, evidencia una preocupación por la situación actual del norte del país, también por cómo se desenvuelven distintos sujetos con/sin influencias, los desplazamientos migratorios, sobre el camino de la droga y la locura, el lenguaje, y la violencia del neoliberalismo chileno en todos los niveles.

 

Palo blanco y otros cuentos (2020) consta de dieciséis relatos cortos, desprolijos unos, otros con baches, pero de lectura rápida. En el volumen hay personajes que carecen de algún tipo de poder, el lado B del país: psicópatas, potenciales violadores, obsesivos, trastornados que generan o son parte de las violencias colectivas. De cualquier modo, hay experiencia y naturaleza para hacer la novela del norte chileno que juegue, dialogue, renueve con el imaginario de Miedo y asco en Las Vegas de Hunter S. Thompson.

 

Lo importante es que después de la novela Ciudad Berraca y las crónicas en Matute, la estética de Ramos Bañados ha vuelto a escena: aquella del lenguaje punk, de humor irónico y prosa corrosiva, donde los sujetos pasan desde el absurdo a mantener la categoría que los distingue sobre los demás. Es decir, cuerpos políticos y representantes de lo neoliberal que se empinan en esta pirámide social y desde ahí, repiten las mismas conductas que los oprimían. Mientras escribo, pienso en la soltura narrativa para hablarnos sobre tres viejas chifladas canjeando puntos para llegar al paraíso donde la esperan los cosacos, en el sátiro cuento de “la piedra feliz”.

 

Asimismo, las literaturas escritas o situadas desde las provincias están ampliando el panorama literario local demostrando que los provincianos desarrollan una relación y dependencia idiosincrásica de lo que sucede en la capital. De esta forma, en el cuento “Literatos” el docente universitario Nicomedes Navarro desea codearse con escritores extranjeros y ser un referente de la buena escritura a diferencia del “colectivo periférico”, quienes según él “ensucian el lenguaje con sus historias llenas de resentimiento”. Asimismo, en “Acción Poética”, nuevamente es secuestrado el famoso escritor Álvaro García Sotomayor, por audaces escritores, que buscan “que la literatura deje de ser manipulada por intereses de mercado y, de paso, que la empresa privada deje de lavar su imagen a través de la cultura”.

 

Así, en esta exhibición coral de rabia y frustración Palo blanco articula una sociedad decadente y patética: El bibliotecario que ayuda a Laura a través de un premio literario y es despedido al finalizar el año, la demencia de Palomino en la salitrera Santa Luisa frente a dos turistas perdidos, el tráfico de drogas entre Tacna y Arica, el inmigrante que provoca al chofer de la micro de Viña del mar, el dirigente sindical que se obsesiona con actrices porno, con escritores y mercado publicitarios, la corrupción en la cultural regional y en caricaturescos escritores de la bohemia en decadencia que relatan esporádicas aventuras, entre otras.

Palo blanco y otros cuentos significa el regreso a la literatura satírica que ha consolidado a Ramos Bañados. Aquella donde el foco son los personajes fracasados y olvidados, situados en diversas temáticas que reflejan lo que sucede en el Chile actual y relatos cortos que hacen rápida su lectura.

Palo blanco y otros cuentos

Rodrigo Ramos Bañados

Zuramerica

142 páginas

Precio de referencia: $11.900


 

viernes, 23 de julio de 2021

Crítica Literaria: Piratas, indígenas y el fastidio de la política de la Concertación en «La pajarera» de Eduardo Plaza


 

La pajarera (2021) es el tercer libro de Eduardo Plaza (Coquimbo, 1982). Previamente, apareció con los cuentos en Hienas (2016), donde expresa infortunio y resignación en ciudades como La Serena, Guanaqueros, Tongoy o Coquimbo. Después, con la novela psicológica Retamo (2020), sobre un escritor alcohólico que ahonda en la angustia de las desgracias personales.

Ahora con este volumen de seis crónicas, transita entre la rabia, la nostalgia y resignación respecto a crecer en la ciudad de Coquimbo. Plaza nos muestra la procedencia y forma de vivir de la familia: hacinados y marginados donde la madre es fundamental para sostener a seis hijos/as. Sin duda, la resolución de la identidad familiar es una marca que atraviesa esta escritura. Allá en las pajareras, apelativo a viviendas sociales ubicadas tan lejos de la ciudad de aquellos años que ni siquiera el microbús llegaba. Luego, relata el autor, la expansión urbana dejó bastante adentro a la casona que pasó a habitar en la década del noventa.

Uno de los rasgos importantes de los relatos es cierto grado crítico, pero benevolente, dirigido no solamente a los que detentaron la influencia de los cargos, sino también a la población coquimbana. “Lo cierto es que Coquimbo cambió durante esos años, así como todo Chile lo hizo. Y no solo en términos de infraestructura: había una cierta mezcla entre altivez y desclase, como si quisiera esconder su pronunciación proleta”. Este tipo de perspectiva son reiteradas y significan un desencanto y hastío por la ciudad.

En la sección “cumbia de cahuín”, aparece el guitarrista Eduardo Lalo Macuada narrando las vicisitudes de los Viking 5, y da contexto al tipo de sonido de la cumbia de Coquimbo. Sin duda, está relacionado la cultura cumbiera del país. Sin embargo, queda al debe porque solamente posiciona la voz institucionalizada, en tanto testimonio, con pocos recursos, sin contrastes y sin construir un perfil del grupo.

Así, en la mayoría de los relatos se confunde el presente con los recuerdos tejidos con hechos históricos, recortes de diarios, cultura popular como es la búsqueda difusa de los orígenes de la fiesta de la Pampilla, la fantasmagoría de predicadores, o el exalcalde Pedro Velásquez, pionero en construir la Cruz del Tercer Milenio, la Mezquita Mohammed VI y declarado culpable de fraude el fisco. Muchos otros alcaldes del país utilizarían las mismas estrategias para echar a perder empobrecidas localidades.

El tema indígena es un caso sin resolver aún en Chile. Así, Plaza ahonda en el concepto chango como expresión peyorativa de los serenenses a los coquimbanos. Desde su experiencia transita por Tierras Blancas, Tongoy y Guanaqueros, hablando sobre historias de piratas, tesoros y saqueos de holandeses y españoles en las respectivas costas. Asimismo, indaga en la historiografía del pueblo chango y el vínculo del arqueólogo Ricardo Latcham con el lugareño y descubridor Manuel Castro.

La pajarera problematiza un Coquimbo pedestre, un espacio geográfico-histórico donde se mezcla el presente fresco y un pasado lejano. De modo que se habla de piratas, de indígenas, del fastidio de la política de la Concertación, pero no de los detenidos desaparecidos que atraviesan a cada una de las ciudades del país, por ejemplo. No cabe duda que la importancia de las infancias y las complejas relaciones interpersonales en regiones son relevantes en la cartografía literaria chilena.

miércoles, 30 de junio de 2021

CRÍTICA| Serie de Isabel Allende: Solo más chimuchina

 



Isabel, la historia íntima de Isabel Allende (2021) es el melodrama escrito por Jonathan Cuchacovich y dirigido por Rodrigo Basáez, quienes abordan la vida familiar de la escritora. La serie incluye diversas etapas en su vida, desde la participación en la revista Paula (la historia arranca en 1968), la combinación de la profesión y la maternidad, los años del gobierno de la UP, el exilio en Venezuela, los conflictos de pareja, el éxito con la novela La casa de los espíritus y la muerte de su hija Paula Frías (1991).

El foco se sitúa en Isabel Allende (interpretada por Daniela Ramírez) que lidia con la crianza, el matrimonio y lo laboral. Asunto complejo de sobrellevar porque, la estructura patriarcal de la sociedad condena a las mujeres que buscan desarrollarse profesionalmente y donde es habitual que las personas más cercanas ejerzan esta presión. Esta producción tiene la aprobación de la autora y la culpa es uno de sus ejes transversales: observar crecer a los hijos con cierta distancia, repetir el patrón del abandono de los hijos que concuerda con la ausencia del padre, el hecho de que tener un amante suponga ser una mala madre, o la propia negación de la realidad sobre la enfermedad de la hija.

Así, la biopic muestra el cuestionamiento a esta madre casada que ha sido criticada permanente, por su liberalismo y condición de clase. Sin embargo, la producción sostiene discursos de validación de la típica familia burguesa, sostenida en una madre y esposa sacrificada tal como lo impone el catolicismo y su estrato social. Observamos un matrimonio infeliz, unido por los hijos. Ante ello, el abandono del hogar por parte de la madre, repercute en los hijos y se castiga severamente con la indiferencia.

Por otro lado, más que el devenir que significa construir una obra literaria que le dio fama mundial, junto a la gestión de Carmen Balcells, lo que llama la atención es la ausencia del método de elaboración, las referencias literarias y conversaciones propias del acontecer literario. Estamos hablando de 1982, año de publicación del libro La casa de los espíritus. Las editoriales siguen en busca de escritores que desarrollen el realismo mágico y el socialismo latinoamericano. Esta serie hace caso omiso de ello y prácticamente desaparecen las menciones a libros (apenas aparece un título que está relacionado con el padre ausente). Es decir, la escritura se presenta como un hecho de inspiración divina en el que no es necesario estudiar ni leer, porque se escribe a partir de un impulso creativo. Magnífico.

Durante el periodo de Allende en la revista Paula aparecen colegas y personajes complementarios que nutren la historia. En cambio, para su etapa de escritora, el eje radica en la protagonista y la familia, dejando de lado cualquier referencia a la literatura de aquellos años.

Isabel (2021) es una serie convencional porque la propuesta es restringida. Queda la inquietud de si es necesaria otra producción más que hable desde el melodrama familiar tradicional, debilitando la figura de la escritora. Lo cierto, es que se observa la alegría del morbo consumado sobre ella y la familia, en desmedro de la actividad literaria que la lleva a ser una de las autoras más vendidas. De reivindicación literaria nada, solo más chimuchina.

Publicada originalmente en El Desconcierto.

martes, 1 de junio de 2021

Crítica literaria: Mis Observaciones de Delige Rouge (reedición)

 


En general, he observado que hay valiosas recuperaciones y revalorizaciones, en tanto antecedentes del feminismo chileno, con enfoques sobre escritoras burguesas o con menor acceso. Ellas, las proletarias, han tenido que avanzar en su instrucción primaria de manera individual o colectivamente. El caso de la presente autora está en el intermedio, con un relativo pasar y no exento de dificultades.

Las reediciones Mis observaciones (Hoguera editora) de Delie Rouge, seudónimo de Delia Rojas Garcés de White (Copiapó 1883-1950) es un libro que amplía el panorama de escritoras feministas de principios del siglo XX, y que han sido postergadas debido al  compromiso con ideas que tardíamente han sido discutidas y aprobadas.

En estos siete ensayos que datan de 1915, la ensayista promueve temáticas alarmantes para la rígida sociedad chilena de la época con la destreza de ideas progresistas en una prosa que no alcanza lo óptimo y una ambivalencia entre lo cándido en el panorama político y la inclemente experiencia: legislar por el divorcio, la instrucción básica de la mujer, la violencia de género, el conservadurismo y la hipocresía, las malas prácticas eclesiásticas, el problema de los niños abandonados en las calles, las ruinas morales, etc.

Prologado por la editora y estudiosa, Joyce Villalobos, el volumen presenta diferencias sobre la escritura. Mientras la prologuista es una profesional residente en la academia; Delie Rouge proveniente de clase media, tuvo que autoformarse intelectualmente, evadir la censura editorial y, al carecer de apoyo, autopublicó en un folletín estos ensayos. De modo que, muestra un estilo menos fluido que la presentación y reiterativa en algunos trazos.

Hay dos grandes líneas que desarrolla Delie Rouge: la desigualdad de la mujer y la imperiosa necesidad del derecho a la educación. En ambos corrobora la experiencia como línea de expresión y peso argumental. Por un lado, critica que “La mayoría de los hombres chilenos son dominantes y absolutistas, tienen la idea de que la mujer es muy inferior al hombre en inteligencia y ni siquiera le conceden el derecho de pensar” (39). Por otro lado, proclama que: “Eduquen más a la mujer, eduquen al pueblo y reformarán el país. Sólo en la educación está, en gran parte, el remedio de estos males” (78). Así, la participación de ellas no sería menoscabada sino que se generaría una simetría en las relaciones, lo que resultaría valioso.

Mis observaciones de Delie Rouge es una obra que complementa una generación de escritoras feministas movilizadas, intelectuales sobre el rol que deben cumplir y escritoras en búsqueda de derechos civiles de la mujer. Los que no dejan de ser históricamente nuevos.

Mis observaciones. Delie Rouge. Hoguera editora, 2020, 96 páginas.

 

viernes, 7 de mayo de 2021

Crítica literaria: «Es lo que hay» Chile, el país de los padrinos, incluso en un libro feminista.


 

Es lo que hay (2021) es la primera publicación en narrativa de Begoña Ugalde (Santiago de Chile, 1984). Previamente ha publicado poemas La virgen de las antenas (2011), Lunares (2016), Poemas sobre mi normalidad (2018) y La fiesta vacía (2019).

En este volumen, los cuentos conjugan un estilo parco y escueto sin grandes estridencias. Las protagonistas son mujeres (madre soltera o en pareja) que no han logrado el éxito que representa la obtención del título universitario, tema relevante para las familias conservadoras y acomodadas. Por lo mismo, ellas están disconformes con el estilo de vida, visibilizando la dificultad del ejercicio de la maternidad y haciendo propio el feminismo en un mundo salvaje y neoliberal.

Estas sutilezas están en segundo orden como la curiosidad por el lesbianismo en el cuento “Es lo que hay”, a diferencia de lo heterosexual que está presente sin tapujos en “Fuera del mapa”. Lo lésbico aparece como mera intención y deseo porque no hay personajes de diversidad sexual que desafíen esta sociedad tradicional. Lo que sí aparece de modo transversal, son personajes femeninos, que en algún momento tomaron consciencia, ante situaciones o expresiones que les parecen ofensivas y ponen de manifiesto su molestia.

La visión sobre la masculinidad que desarrolla Begoña Ugalde no está supeditada solamente al personaje indócil, descuidado y sin pudor que representa Camilo en los dos últimos relatos. En efecto, otros personajes como los padres jóvenes, aparecen protectores, presentes en la crianza y partícipes económicamente dentro del ámbito familiar.

Irremediablemente los personajes no se amplían porque la narrativa de la autora está diseñada así. Tal como se muestra en “Cementerio General”, donde se aplica la fórmula del Eros y Thanatos. La joven madre se recupera del parto, narrando los inconvenientes del posparto: escalofríos, fiebre, depresión, malhumor y el niño pegado a la teta en una noche de Halloween. En el exterior, los niños juegan al “dulce o truco” y amenazan la puerta de la casa, lo que compromete la seguridad de la familia.

En el cuento “Es lo que hay”, relata los inconvenientes de la estadía familiar en Barcelona. El esposo trabaja en los delivery (tercerización laboral), mientras la protagonista lidia con los deberes de la casa, cuida a la niña y finaliza la tesis sobre detenidas desaparecidas en la dictadura de Franco para la Universidad de Barcelona. Enseguida transita por distintas capas secundarias como el deseo por personas del mismo sexo, la precarización laboral, los sujetos marginales que parecen simpáticos de la puerta hacia afuera, como los okupas que rondan la finca y las torturas a mujeres, entre otras.

En “Una pregunta difícil de responder”, la rutina familiar la componen Julia, Víctor y dos hijos. Para las festividades, Camilo plantea desviarse de su ruta por Europa y pasar a Barcelona a compartir con su hijo biológico. Su aparición en el departamento provoca un desorden y mucha incomodidad en Julia. De pronto, el hijo Pablo pregunta: “¿Y cómo fue que aparecí yo?”, mientras en la calle hay tormenta eléctrica. Con el descaro que caracteriza al padre biológico ausente intenta explicar el nacimiento de Pablo: una relación fallida, de continuas peleas, inestabilidad laboral y la presión de él por tenerlo. Así cualquiera es padre.

De lo anterior, continúa en el último cuento “Fuera del mapa”. Durante el verano en la que la protagonista entraría a la universidad, conoce furtivamente a Camilo en Plaza Ñuñoa y sin más explicaciones se van a mochilear a Argentina y Brasil. El relato enumera las pellejerías de dos jóvenes que juegan a la aventura y tienen tantas peleas como sexo.

Las protagonistas de este libro, pertenecen a una clase media con oportunidades para salir de la universidad pero no lograron reinventarse debido al nacimiento de un hijo, que representa el obstáculo para progresar en la vida y nunca podrán liberarse de ello. Mientras que la presencia de la familia no está sino como un tedioso protocolo que hay que cumplir durante las festividades.

En “Máscaras de tigre” Silvia es madre soltera y tiene que ingeniárselas con esporádicos trabajos mientras crece su hijo Gaspar. Vive en un departamento de un ambiente ubicado en un connotado barrio de Santiago centro-oriente y ha congelado la carrera de Artes Visuales. Si bien la protagonista parece divertirse junto a su hijo, lo cierto es que el relato lo sitúa como un impedimento para alcanzar algún tipo de progreso en la vida. “Era absurdo pensar que con el niño a cuestas llegaría demasiado lejos”, dice. Es decir, añora la libertad que tuvo, y mientras escasea el dinero, se siente marginada de sus antiguas amigas o de las fiestas a las que no asiste porque suele estar mayormente agotada después del trabajo.

Luego, en “Piedras Preciosas” persiste la idea planteada anteriormente. Laura viene saliendo de una reciente separación, busca un trabajo como traductora en Londres para una importante editorial inglesa y junto a los mellizos Juan y Gabriel recorren el Museo de Historia Natural. En aquel lugar queda absorta y entra en una relación, que abre la posibilidad de abandonar a los vástagos.

Vale la pena detenerse a observar la «red» de la que forma parte un autor o autora. En este caso, incluye a Alejandro Zambra. ¿Este nombre tiene la intención de validar el libro? ¿Al modo de un padrino? Chile: el país de los padrinos, incluso en un libro feminista.

Es lo que hay es una obra que destaca por hablar sobre los dolores tras el parto de la maternidad y que ha conformado un mundo interior que protege con ahínco. Por otra parte, se observan dos falencias. Uno de ellas, son los cierres abruptos de los relatos quedando en la futilidad y no aprovechando el potencial. Y por último, hay demasiados personajes planos y estáticos que no se despliegan porque la estructura es un “yo” en relación a las sociedades de Santiago de Chile, Buenos Aires o Barcelona, donde cada vez es más complejo desenvolverse.


viernes, 9 de abril de 2021

Crítica literaria: «Mundo a escala» de Fergie Contreras


 

CRÍTICA| «Mundo a escala» de Fergie Contreras: Sentir dentro de una corporalidad incómoda y sugestiva

Se trata de una obra sumamente figurativa y de muchos silencios. Fergie Contreras desarrolla una sensible y sutil relación entre el cuerpo, la descontrolada urbe que se expande y el pútrido neoliberalismo expresado en empresas dueñas de amplios territorios que explota la naturaleza local. En una primera instancia, hay una relación intrínseca entre la ferocidad de lo contemporáneo que atrapa y provoca la pérdida del bosque: “los edificios por caer / los sonidos / de la tierra / enfermaron / por temblor / o dictadura”. No obstante, también refleja un tono de espanto y tensión sobre un cuerpo que no termina de constituirse y es múltiple.

El volumen consta de 42 poemas numerados y desordenados que se leen en un momento, pero para su comprensión necesita unas cuantas lecturas más. Además, son breves y la mayoría tiene la extensión de una página (hay un poema escrito en prosa). Algunos están construidos en base a tres o más versos simulando a los Haiku (que normalmente hacen referencia a la naturaleza y lo cotidiano). Otro rasgo fundamental, es la referencia metatextual al filósofo francés Jean-Luc Nancy (“Incluso el vacío es una especie muy sutil de cuerpo”) y que permite generarse una idea sobre la temática y alcances del lenguaje en la obra.

Por este motivo, el libro busca indagar en los sentidos anímicos y corpóreos del propio ser en relación con la ciudad. Así, en distintos poemas aparecen breves versos en cursiva incrustados a lo largo del poemario en los que superpone dolencias, castigos y laceracione

Comprendiendo que el cuerpo, al igual que los bosques nativos que son deforestados, es un tipo reclusión y por lo mismo no es un fin sino un tránsito, una hendidura en un territorio no determinado. La hablante pareciera estar atrapada en la abulia de lo que significa vivir con la velocidad de la metrópoli y armar un mundo a escala que le permita desarrollarse.

Sin duda, Mundo a escala de Fergie Contreras es un volumen de poemas atractivo y que alcanza el objetivo de elaborar complejidad en muy pocas palabras; comenzando desde lo externo a lo interno, lo perceptible a lo sombrío y punzando zonas de dolor. Su poesía privilegia la sensorialidad de los dolores, del tedio, cierto sentir dentro de una corporalidad incómoda y sugestiva.

Mundo a Escala. Fergie Contreras Salmen. Editorial Vísceras, 2020, 58 páginas.