sábado, 6 de mayo de 2023

Crítica Detén el invierno (2022) de Andrés Valdivia. “El desconsuelo del Sol de América”

 

Imagen extraída de Cine y Literatura.cl

Detén el invierno (2022) es la primera novela de Andrés Valdivia. En ella narra el doloroso tránsito del padre en torno al cáncer en un niño de dos años, y lo hace de la forma más visceral posible. Este es un asunto clave en la obra puesto que está presente de modo transversal en la escritura.

El resentimiento por el destino que al narrador le toca vivir tiene una resonancia distinta cuando aborda las pérdidas y sus procesos, porque ahí tiene su mayor valía. Esto significa que leeremos una pena desbocada, mal direccionada y por lo mismo, carente de finalidad, porque es un constante monólogo que se encierra en sí mismo ofendiendo a cualquier personaje que pretenda acercarse.

Una de las grandes deficiencias que tiene este libro es la configuración del protagonista; un adulto responsable que buscó junto a su pareja tener un hijo. Ahora, frente a la enfermedad, los padres se dividen las tareas para sobrellevar lo mejor posible el cáncer. Sin embargo, luego de esto, el relato mantiene una sola voz, la perspectiva y la escasa amplitud presente impide que conozcamos otras aristas del caso como las reacciones del primogénito o la convivencia del joven matrimonio transitando este periodo doloroso.

En este texto hay un personaje desesperado y, por si fuera poco, una masculinidad sobredimensionada que daña la aparente intención del sujeto quejumbroso: “Peleábamos, nos reíamos, jodíamos. Así fue como las enfermeras del CECA me bautizaron como el Sol de América. Me las habría llevado a la playa a todas” (78). Cito lo anterior, para exponer la virulencia y simulación creativa a la que pertenece esta voz ficcional. Es decir, un animal bípedo que expresa mayoritariamente un único sentir y que no pierde el sentido del humor con la finalidad de ganarse la simpatía de las enfermeras y algo más.

Estamos ante una narrativa rústica que poco ahonda en las emociones de otros, porque como ya he mencionado, todo recae del protagonista. Hay un segmento llamativo, respecto a la desfachatez del personaje central, donde destaca las diferencias físicas de las mujeres: “Las amé a todas y a cada una de ellas. De las viejas a las jóvenes, de las guapas a las feas (…) es imposible no desearlas a todas con un deseo que es arrollador y al mismo tiempo respetuoso”, y como si fuera poco remata con un talante peculiar: “Siempre he creído que el deseo es un homenaje, sobre todo cuando es destilado, puro, sin vetas de realidad fáctica” (35).

Detén el invierno es una novela-testimonial sobre la dimensión oncológica infantil en Chile. Desde el punto de vista literario, la obra no tiene mayor realce, más bien tiene un socavón, es una historia unidimensional y lo opresivo del ambiente donde se instala, pero que tiene el beneficio para el lector que las páginas pasen diligentemente.

 

Detén el invierno (2022) Andrés Valdivia. Emecé editores, 186 páginas.