Celso
Iturra Avendaño (Pudahuel, 1994) más conocido como Xelsoi y creador de
contenido en redes sociales, lanza su primera publicación en serio con la
novela Laudes (Editorial Imaginistas, 2025).
El
protagonista de esta novela es Natanael, un joven gay que vive con Paula,
compañera de vivienda en Santiago. La vida del personaje central, gira en torno
a una rutina monótona, pues su trabajo de freír papas en un restaurante de
comida rápida parece ser el ancla principal. No hace críticas sobre su empleo; más
bien parece haberse resignado a él, aceptando la aparente satisfacción que ha
ido construyendo a su alrededor.
Su
vida social es limitada. No se integra en ninguna comunidad, y apenas,
interactúa con colegas y algunos mensajes esporádicos que encuentra a través de
aplicaciones en internet. Esta desconexión es una elección silenciosa, porque
Natanael se ha entregado por completo a esta forma de vida, donde la soledad es
una constante, pero una que parece no querer o no saber cómo romper.
La
narrativa de Iturra intenta ser recargada, recurso que aparece de manera fútil
y no se desarrolla por completo: “El placer azota como un terremoto las paredes
de Natanael -más bien sus tabiques, de la hechura mezquina que caracteriza la
codicia inmobiliaria-”. Si bien el intento de usar este recurso es
literariamente atractivo, la falta de consistencia debilita su impacto.
El
protagonista atraviesa una crisis de identidad en la que se siente invisible y
sin valor para el resto. Esta invisibilidad lo lleva a un ensimismamiento
doloroso, donde su única interacción con el mundo gay es a través de la
observación silenciosa. Escucha, mira y desea a otros hombres en silencio,
sintiendo que él no pertenece a ese grupo de “hombres de verdad”:
“Gabriel
también era un hombre de verdad. Aunque su ropa nunca combinaba, siempre se
veía bien. Nunca se callaba y siempre estaba hablando de algo importante, como
política o plata. Tomaba mucha cerveza, pero su abdomen se mantenía plano,
sólido. Fingía una voz más grave de la que le salía y, cuando se estiraba, sus
oblicuos aparecían debajo de su polera como una flecha en dirección a su
entrepierna”.
De
este modo, se evidencia cómo las imágenes de internet que el protagonista
consume influyen directamente en su vida, al replicar los patrones de identidad
masculina que la sociedad y el mercado imponen. Las características de hombría
que se ofrecen son superficiales y estereotipadas, lo que promueve un modelo
inalcanzable.
Esta
introspección lo sumerge en una autopercepción negativa, que se ve agravada por
un apetito sexual insatisfecho y desmedido: “Natanael, en cambio, no conseguía
encontrar al hombre en sí mismo: sus manos le recordaban a las de un niño por
lo suaves y gordas, jamás hablaba primero en una conversación y no sabía hacer
ninguna gracia”. A pesar de masturbarse regularmente (ya sea con el condón de
su compañera de casa o el calcetín usado), la mirada de sí mismo como un hombre
deseable y la constante comparación con los demás lo mantienen atrapado entre
la frustración y la soledad.
Sin
embargo, esta búsqueda de encontrarse y sentirse cómodo resulta incauta.
Natanael no se integra en colectivos de gustos similares, se limita a mirarse
el ombligo. Esto ha moldeado su personalidad, volviéndolo tímido, abstraído y
confuso. Su mundo se ha reducido a la pantalla del móvil, donde el deseo y la
realidad se confunden, dejándolo más aislado que nunca. Debo agregar que el
impacto en las pantallas móviles y la falta de habilidades sociales deriva en
relaciones complejas y la desnaturalización del personaje, puesto que no tienen
control emocional para resolver conflictos de manera oportuna, sin tener que
sacar los trapos sucios al sol innecesariamente.
Celso
Iturra aborda amplios temas como la soledad, la crisis de identidad y la
desconexión social en el mundo digital, los encuentros casuales entre hombres o
el interés por observar lo íntimo en el Santiago donde los departamentos
parecen mediaguas de concreto.
Más
allá de la verosimilitud de la cultura gay, Laudes (2025) presenta
debilidades estructurales que afectan el mensaje: Natanael es un ser
unidimensional, dominado por el narrador omnisciente, incapaz de rebelarse en
el Chile neoliberal que lo ha convertido en una figura plana cuya única
motivación lo vuelve superficial. Celso Iturra pierde la oportunidad de
tener una voz reveladora y crítica, ya que eligió simplemente la banalidad de
las crisis sentimentales por falta de sexo.
Laudes
Celso
Iturra Avendaño (Pudahuel, 1994)
Editorial
Imaginistas
2025
118 páginas.-