miércoles, 20 de mayo de 2015

Crítica: “El número Kaifman” o la escritura esotérica (2006)

“El número Kaifman” o la escritura esotérica
Fernando Ortega (Victoria, 1974)
Planeta Ediciones, 2006.
291 páginas.

Por Gonzalo Schwenke
 
"Nunca me gustó como quedó el original" Francisco Ortega.-
  “El número Kaifman” (2006), es la historia sobre tractores Lanz de posguerra en la Patagonia chileno-argentina, en ella, se conjugará la conspiración entre el pasado con las respuestas que puedan dar manuscritos de una dinastía al cuidado del imaginario de la “Isla Friendship” y la “Ciudad de los Césares”. Un relato de lo oculto y esoterismo nazi, donde Paul Kaifman tiene que desmarañar la nebulosa,– pese a que es un escritor fáctico y analista del estado de las cosas— es un dado totalmente manipulado por una doble agente: Sarah Lieberman. Ambos irán, pero con intereses particulares, en busca de respuestas al asesinato Samuel Levy Kaifman, a los hielos patagónicos.

La escritura de Ortega no tiene un ápice de narrativa. ¿Qué va a narrar?, nos está reportando sobre la historia y lo que acontece con sus personajes. Dicha ausencia procede principalmente, en otorgar acción a la historia y no al ambiente sicológico de los personajes. Por lo que, sustancialmente cambia su lectura; de literatura a nota de entretención. Lo anterior se observa en el agudo análisis del autor, al caracterizar a los personajes mediante adjetivos genéricos y de dominio público: Un sujeto nervioso y buena persona, la mejor combinación del mundo.” (43). Tal es la pobreza intelectual que Julio Verne tiembla (?), porque el ambiente en que configura los escenarios es escueto, pálido y confusoJunio en Santiago suele ser cansado y triste. Cielos nublados, fondos fríos, silencios grises, la más exacta de las ecuaciones invernales” (75). Para rematar, el libro contiene problemas de redacción básicos.

Este libro es una simulación de revistas de misterios, en que la información sobre alemanes en los campos del sur de Chile estaría mejor expuesta en el reportaje del diario. En términos simples, esta novela está desarrollada para quienes tragan manjar sin degustar su espesor ni su contenido, sólo engullen. Un peligro latente.

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