domingo, 23 de octubre de 2016

Crítica literaria: “Antecedentes del advenedizo”

Casa Grande
Luis Orrego Luco (Santiago, 1866-1948) 
Ayacucho Ediciones, 2005.
320 Páginas.

Por Gonzalo Schwenke


En 1908 se publica Casa Grande, novela de Luis Orrego Luco (1866-1948) que retrata a la oligarquía chilena de aquella época y que causó revuelo mediático debido a que “escenifica” las tradiciones de aquel grupo social. El lujo, los títulos de nobleza y las ansias de asimilarse a todo aquello que proviniera de la cultura francesa –considerada por esos años, antes de la I Guerra Mundial, como modelo de elegancia y sofisticación–, son exhibidos por la pluma del autor de Memorias del tiempo viejo.

La novela instala al lector en el Santiago de principios del siglo XX, poniendo su foco en el matrimonio entre Ángel Heredia y Gabriela Sandoval y la tentativa de divorcio entre estos dos personajes que representan el modelo de la clase alta. De esta manera, a poco avanzar aparecerán los conflictos amorosos que serán el comidillo de la sociedad, mientras el clérigo Correa, con el fin de hacer respetar los votos eclesiásticos, mediará para restaurar la relación. Sin embargo, luego de la promesa de una buena vida nueva como pareja, la historia devendrá en un trágico final.

El narrador contempla la incipiente ciudad de Santiago, que por aquellos años se extendía desde el Cerro Santa Lucía hacia el Oriente, hasta la calle San Martín hacia el Poniente, y desde el Parque Forestal a la Alameda de Las Delicias en el eje norte-sur. Interpreta y concibe la urbe de acuerdo a los determinismos sociales o de clase, económicos y geográficos que predominan en ese período.

Asimismo, la observación fría del entorno juega un rol fundamental en consideración al objetivo de retratar el modo de pensar de una sociedad chilena plutócrata, que mira con orgullo la historia nacional (legado del español conquistador) y que, de paso, prescinde de lo indígena.

Es más, en Casa Grande destaca particularmente por su omisión de los sectores marginales, proletarios, artesanos y profesionales. Esta puesta en escena situará al cronista en la cúspide del escalafón social validada por ser parte de la antigua aristocracia, pues sería una especie de detentador de la verdad en la que evidencia los males de la sociedad, su sociedad en el texto. Precisamente, es el medio social el que modifica la interpretación de los hechos, como se observa en las expresiones de Gabriela y el estilo de vida que lleva: “Gabriela, junto con el sentimiento instintivo de superioridad social, templado por su bondad y su modestia ingénitas, había recibido educación refinada, hablaba francés como parisiense, era música y tenía hábitos de lujo de princesa, que todo lo pide sin averiguar nunca precios” (11).

La obra de Orrego Luco suscribe al movimiento naturalista, que tiene como máximo exponente al francés Émile Zola. La influencia de esta corriente se hace patente en Casa Grande en aspectos como la falta de albedrío, la injerencia de la Iglesia en el divorcio entre Ángel Heredia y Gabriela Sandoval, la crítica social hacia su propio origen, la descripción de los personajes y otros elementos específicos de la trama. Cabe consignar también el influjo del darwinismo en su concepción de la raza blanca-europea como superior a otras. El encarcelamiento y traslado de indígenas para mostrarlos al público o la esclavitud por color de piel, son ejemplos de ello.

Por otro lado, una serie de marcas en la narración dan cuenta de una exaltación de la historia reciente como un pasado glorioso: “ciudad de Santiago, un tanto sacudida de su apatía colonial en la noche clásica de regocijo de las viejas ciudades españolas” (5), que se explica en la falsa vanagloria de un pueblo elegido y que desea su salvación adquiriendo el molde europeo: “la multitud admiraba los trajes elegantes y los sombreros de paja adornados de plumas por algún modista parisiense” (8)


La particular mirada acerca del lujo, el determinismo de herencia y de raza, y lo frívolo, permiten develar el arribismo degradatorio que ha caracterizado históricamente a la alta sociedad chilena y leer esta novela como un libro referente de la siutiquería actual dentro de la literatura decimonónica de molde francés.

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