domingo, 21 de marzo de 2021

Crítica Literaria: la Palabra y su perro (2019). Jugar a escribir.



Carlos Trujillo es uno de los pilares de la poesía en el sur. Probablemente más por fomentar el Taller Literario Aumen de Chiloé, en los que han salido connotados autores y autoras, que por el conocimiento de la obra que ha sido publicada mayormente fuera del país. Aunque ha publicado quince libros que no enumeraré, estos dan cuenta del largo tiempo dedicado a la literatura y a la poesía.

La palabra y su perro (Mago editores, 2019) es otra antología que recoge de libros como Palabras (Perú, 2005), Texto sobre texto (Costa Rica, 2009) y Todo es prólogo (New Jersey, 2000), entre otros. Este volumen engloba desde el primer grupo de poemas “Palabras”, a un hablante, en tanto escritor y en pleno momento de ensayo, que indaga sobre las preocupaciones en el acto de creación literaria, previo al poema. Una pregunta clásica de taller, pero transversal y una obsesión en la obra del autor.

De modo que dicha temática (¿qué escribir frente la hoja en blanco? O ¿qué hacer?) es un tipo de fractal literario y donde el empeño pretende alcanzar alguna de las aristas imaginativas: “Una palabra asiste al nacimiento / de otra palabra más pequeña / y ésa de otra/ y esa de otra de otra más” (14); “¿Qué hace la palabra que queda afuera del poema?” (15); “Escribo como si fuera la palabra / La que me lo pidiera ahora mismo / Desde la silla del frente, más allá del azúcar y el café/ La miro y me reveo / Y creo que la palabra se ve en mí” (19); “¿De qué escribir sobre la blanca cara / de una hoja de cuaderno?” (23). Estos fragmentos sirven para constituir esta pregunta en el objetivo primordial y la excusa para sistematizar esta creatividad. A continuación, este proceso de consciencia de sí mismo como literato queda abierto, sin respuestas. Una búsqueda poética similar al “libro de las preguntas” de Pablo Neruda.

La obra La palabra y su perro contiene una escritura correcta, formal en sus registros y una prosa manifiesta. Para ello utiliza un amplio abanico de recursos como por ejemplo: tomar prestado versos de otros poetas –muchos del sur–, paratextos, los juegos de significado/significante, figuras literarias, metatextualidad, entre otros. Por lo que, la utilización de la forma y la estructura deja entrever que no tensiona el lenguaje, sino que simula una práctica habitual dentro de los parámetros tradicionales. Es decir, busca más lo concreto que reflexiones abstractas y complejas.

La palabra y su perro, Carlos Trujillo. Mago editores, 2019, 240 páginas.

 

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