Isabel,
la historia íntima de Isabel Allende (2021) es el melodrama escrito por
Jonathan Cuchacovich y dirigido por Rodrigo Basáez, quienes abordan la vida
familiar de la escritora. La serie incluye diversas etapas en su vida, desde la
participación en la revista Paula (la historia arranca en 1968), la combinación
de la profesión y la maternidad, los años del gobierno de la UP, el exilio en
Venezuela, los conflictos de pareja, el éxito con la novela La casa de los
espíritus y la muerte de su hija Paula Frías (1991).
El
foco se sitúa en Isabel Allende (interpretada por Daniela Ramírez) que lidia
con la crianza, el matrimonio y lo laboral. Asunto complejo de sobrellevar
porque, la estructura patriarcal de la sociedad condena a las mujeres que
buscan desarrollarse profesionalmente y donde es habitual que las personas más
cercanas ejerzan esta presión. Esta producción tiene la aprobación de la autora
y la culpa es uno de sus ejes transversales: observar crecer a los hijos con
cierta distancia, repetir el patrón del abandono de los hijos que concuerda con
la ausencia del padre, el hecho de que tener un amante suponga ser una mala
madre, o la propia negación de la realidad sobre la enfermedad de la hija.
Así,
la biopic muestra el cuestionamiento a esta madre casada que ha sido criticada
permanente, por su liberalismo y condición de clase. Sin embargo, la producción
sostiene discursos de validación de la típica familia burguesa, sostenida en
una madre y esposa sacrificada tal como lo impone el catolicismo y su estrato
social. Observamos un matrimonio infeliz, unido por los hijos. Ante ello, el
abandono del hogar por parte de la madre, repercute en los hijos y se castiga
severamente con la indiferencia.
Por
otro lado, más que el devenir que significa construir una obra literaria que le
dio fama mundial, junto a la gestión de Carmen Balcells, lo que llama la
atención es la ausencia del método de elaboración, las referencias literarias y
conversaciones propias del acontecer literario. Estamos hablando de 1982, año
de publicación del libro La casa de los espíritus. Las editoriales siguen en
busca de escritores que desarrollen el realismo mágico y el socialismo
latinoamericano. Esta serie hace caso omiso de ello y prácticamente desaparecen
las menciones a libros (apenas aparece un título que está relacionado con el
padre ausente). Es decir, la escritura se presenta como un hecho de inspiración
divina en el que no es necesario estudiar ni leer, porque se escribe a partir
de un impulso creativo. Magnífico.
Durante
el periodo de Allende en la revista Paula aparecen colegas y personajes
complementarios que nutren la historia. En cambio, para su etapa de escritora,
el eje radica en la protagonista y la familia, dejando de lado cualquier
referencia a la literatura de aquellos años.
Isabel
(2021)
es una serie convencional porque la propuesta es restringida. Queda la
inquietud de si es necesaria otra producción más que hable desde el melodrama
familiar tradicional, debilitando la figura de la escritora. Lo cierto, es que
se observa la alegría del morbo consumado sobre ella y la familia, en desmedro
de la actividad literaria que la lleva a ser una de las autoras más vendidas.
De reivindicación literaria nada, solo más chimuchina.
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