Publicado en la Revista WD n9, 2024. |
Revista WD40 me ha convocado para entregar un panorama de escritores/as que referencia el quehacer en Valdivia. Aunque no soy partidario de estos eventos canónicos me permite examinar el quehacer literario, los diálogos entre generaciones, los reflejos de una relación entre habitantes, su entorno y la reproducción técnica del libro-objeto, y los discursos contemporáneos latentes en la cultura letrada.
Me encuentro momentáneamente
en el Sur disfrutando de la lluvia que inunda calles inverosímiles. Para este
asedio y materiales de estudio del campo cultural sobre la región lacustre, el
primer criterio de selección fue que su residencia esté en Valdivia o sus
alrededores; el segundo, el lanzamiento del libro se haya efectuado el presente
año, lo que permite entregar una propuesta de reciente. De ahí que aparezcan y
destaquen los siguientes autores/as.
Verónica Zondek en El esplendor de la granada. Poesía reunida 1984-2022
(Libros el Cardo, 2024), corrobora el énfasis de la autora por la estética
de la corrección y de la reescritura, equivalente -también- al número de
reediciones de sus volúmenes. En muchos sino en todos hay cambios en los versos
precedentes con plena atención de la figura creativa, y esto, a su vez, ha dado
pie a una reconocida voz donde la poesía es medio para explorar y dilucidar las
posibilidades del lenguaje, la memoria, los feminismos y el lugar de la
experiencia.
Camila Almendra escribe en Provinciana
en Colores (Editorial Kultrún, 2022), con una prosa que contiene un fraseo
corto y de carácter feminista, resistente de la sociedad tradicional
conservadora. La construcción de estos poemas se basa principalmente en el
contenido del mensaje, opuesto al carácter retórico de la forma poética que
todavía está en progreso. Mientras que, PISTILA del gen lumínico (Tinta
Negra Microeditorial, 2024) se observa un estado de mayor organización y
definición poética, mediante el verso libre combina discursos ecológicos y de
ciencia ficción. La voz epigonal se refiere a una criatura indefinida,
hermafrodita, como si perteneciera a un estado mítico de la actualidad, pero
que está amenazada por la consistente extracción de recursos naturales y
materias primas a los que Chile pertenece como Nación neocolonizada. Un dato
llamativo fue dar cuenta de la sutil referencia a Pablo Neruda; tanto el nobel
como Pistila… utilizan la tinta verde en la letra.
Yanko González. De largo aliento, recuperando e invirtiendo significados y
significantes es la reciente publicación que combina: objeto visual y de poesía
concreta en Torpedos (Editorial Kultrún, 2024). Yanko González &
asociados construye tres ejes fundamentales: el discurso, lo visual y lo
objetual. Esta obra que simula torpedos escolares contiene distintos artículos
donde subterfugiamente esconde lo que no se quiere ver. En concreto, toma notas
de la academia a la que pertenece y trastoca los sentidos; ocupando la
oralidad, el juego de la paradoja, muchas veces lo absurdo del discurso y las
mediciones escolares revelan lo que se omite con cierta sorna. Pero, ¿qué no se
quiere ver? La incerteza de esta respuesta podría abordarse desde una mirada en
operaciones entre personas con un dejo de falsa modestia.
En ambas publicaciones, Elemancia
(Tinta negra Microeditorial, 2018) y Estado bisagra (Tinta negra
Microeditorial, 2024), la poeta Martina Pedreros Rodríguez escribe
modelaciones y modulaciones creativas desde una zona difusas, más próximo al
desasosiego que a la incomprensión, porque combina el mundo de los sueños de la
experiencia y lo abyecto de la realidad contemporánea. Así, junto con
apropiarse del lenguaje e ir constituyendo neologismos, los territorios que
ocupa dejan en claro el contraste de las líneas de fuga que es la naturaleza,
el habitar el territorio junto a lo onírico, y que representa la espesura de la
realidad que en Chile es sumamente hostil.
Verónica Zondek Darmstädter (Santiago,
1953). Escritora y traductora. Ha publicado los libros de poemas: Entrecielo
y entrelínea (1984 y 2019), La sombra tras el muro (1985), El
huego de la memoria (1988, 1995 y 2011), Vagido (1990, 1991, 2014), Peregrina
de mí (1993), Entre lagartas (1999), El libro de los valles
(2003), Por gracia de hombre (2008, 2020), La ciudad que habito
(2012, 2021), Instalaciones de la memoria (2013), Nomeolvides:flores
para nombrar la ignominia (2014), Fuego frío (2016, 2022), Memento
(2019), Una pequeña historia (2018) y Otro viento cantará (2022).
De La ciudad que
habito (2021)
II
Es que un río es un río es un río
y un prado es un prado
y un tronco es él
y más nada
que azul y verde y marrón
trinando presente su viaje
porque hoy luz equivale a sol
porque cargada la nube baja y se acerca
y otro trae los tonos
y aunque el río es un río es un río
y un prado es un prado
y un tronco es él
otro que azul y verde y marrón
otro que cae
y entra por ojos tan pardos
tan gris de soplos sin fin
tan verdinegro
que trinos incuba también y oscuro el
viaje
porque hoy la luz es luz y anochece
y anuncia ventisca a su arribo
y arracima en bajío pantanoso las nubes
una sobre otra en entrada gloriosa
hasta caer en el ahora aguacero
y soplar y soplar y soplar
el párpado a medio dormir durmiendo
y volar el sombrero
hasta descubrir cabezas de cabelleras en
despliegue.
Bienvenido Señor Viento si no vuelas el
techo
si el fuego encendido queda
y cubre de abrigo los hombros
que hoy es día de cine en mi casa
y quiero tocar esos cuerpos ilusorios
y amar con tiempo y ternura ancha
a los muy míos
entre gallos y medianoche.
VI
No
no es su belleza ni sus
ríos ni su gente mezclada.
Es su daño reiterado que
transita las arterias
su
brillo que nace del desastre
su
vocación de Señora Condenada pero airosa
su
destrucción vital
su
incendio
su
asedio hasta el hambre declarada
su
saber que todo es humo.
Transitoriedad y
movimiento.
Agua
agua que inevitable
viaja por los ríos.
Vida.
Vaivén.
Vaivén que falta e
inapelable fluye y sin remedio
a su fin temporal.
De El libro de
los valles (2003)
ENTRE PIEDRAS Y HUESOS, LA LETRA
Entre piedras y huesos
un monumento al condenado primero de esta
masacre.
Se detiene.
Entierra su desgarro en Valle Maldito.
para que procree en los planos desiertos
de un abismo.
Valle Maldito guarda profundos silencios.
Valle Maldito guarda un temor amortajado.
y nadie desea la muerte.
En Valle Maldito hace deambular el
alfabeto
Es cierta su condena al exilio.
Merodea la derrota entre restos humeantes.
Piensa su extinción.
Busca la seña que fue anterior al
naufragio.
Piensa:
la memoria es signo reversible.
Un silencio acaricia su frente.
Celeste
el ave rapiña respeta en un lejos
la inalterable tenacidad de la letra.
SIN PERDÓN EN EL OLVIDO…
Desde ahora
y sin apelación
cobran importancia los extremos
corporales.
Valle Mutilado lo atrae en su extensión
más insolente
como si el pudor ya no fuese
como si no existiese la vergüenza:
brazos de doncellas
manos huesudas
cabezas
cráneos hay y dispersos
para que se haga una idea visual
y no tanto piense
y siga.
Sobre el plano amarillo de una extensión
su mirada se detiene lenta sobre cada
trozo.
Decide nombrarlos
amistarlos en adelante sin consuelo
recogerlos en cestas de mimbre cálido
y acunarlos
y cubrirlos
con manta del Sur auténtico.
Inscribirlos decide pues
en anchos y pétreos recordatorios
por si en el tiempo por venir
pasara otro
y viera
y poseso fuera
del deseo de saber.
EN VALLE OLVIDO (III)
Tuvo entonces la certeza
que nuestras
las gentes nacen para no
saber.
Beben aguas sin apodo
e incansables
lo trabajan todo hasta
la saciedad.
Disfrutan de oscuridad
en el ojo
y hacen olvido del paso
primero de los pies.
En este valle
las avenidas luminosas
son las que inscriben nombres
y los días amanecen
sábado en sucesión infinita
y anochecen en números
bordados en pieles aceituna
y la condena es acato
indudable.
La resistencia es un
recodo de la memoria
es también
es tarea individual.
Camila Almendra (Osorno, 1991)
Educadora, poeta y performer. Ha publicado los libros de poemas El viaje de
la Heroína (2016); Provinciana en Colores (2022); y PISTILA del
gen lumínico (2024).
De PISTILA del gen
lumínico (2024)
Genoma luminoso
Niñez de tierra, de gota y de frío.
Instrumento de purificación.
Para desmontar el habla,
vejez e inicio.
Concebir la higiene
cual utopía derrumbada
millones de habitantes detallan los ritmos
de sus mermas.
Ante el grito lo desearon.
En la estación de ferrocarriles,
globos oculares se estrellaban como
huevos,
cuando dieron, al fin, con mi paradero.
En un barrio llamado Flota Centauro,
del poder popular
me hallaron saltando rieles.
Anunciaba tormentas eléctricas.
Presagiaba noticias como quien come pan.
Ellos proceden, siempre proceden
a desabrigar mi celada por televisión
y tocar en su cenáculo mi figura.
Puesto que las aves no lloran gas
ni pimienta, tras mi paso
se crean rezos.
Retorno del mesías en femenino.
Y en las calles,
estudiantes en marcha:
derrocar al imperialismo,
mientras sus densidades
cubren
cada
cavidad mía
día y noche.
Abro mis manos como pistilos,
libero la atmósfera del químico.
Como luna estabilizo climas.
Camino con un lucero en mi frente.
Fui encerrada en un laboratorio.
Diseccionarme fue una opción.
Padre está orgulloso que sea considerada,
mientras vende retazos de mi ropa.
Me conecto
con la herencia humana
cual Eva mitocondrial.
De cuerpos celestes,
los huesos se vuelven polvo estelar.
Estado elevado,
patíbulo del consejo mundial.
Por memoria colectiva,
mi sangre busca convertirse en aerosol.
Escondieron criaturas como yo,
por entramados afectivos
conscientes de riesgos.
De torres a peñascos hay seres
extrasensoriales,
videntes exiliados de la plutocracia.
Si los dones existen,
sería preferible congelar el arma de las
esperanzas,
para cuando el planeta entero, a punto sea
de caducar.
Preservar lo indecible
Me sacaron del ensueño. Cápsula de
nitrógeno, choque osmótico detenido,
en su criopreservación de lo que pudo ser
humana paredes celulares de un vegetal.
Congelaron uno a uno mis deseos.
Mutante y crisálida, dicen, que partes de
mí se reemplazaron por la biónica.
De Provinciana en Colores (2022)
Azul de Prusia
Una sensación de soledad abismal se reduce
en tus arrugas al mate y la cocina. Lo supe de mis sueños húmedos de
adolescente. ¿Para qué competir, si te puedo besar?
Desaprender las espinas doradas, forjadas
con hierro caliente en el habla.
Las mamis se reparten por el mundo
acunando mis penas.
Habrá seres que recogerán mis pedazos para
decir: somos.
Tórtola torcaza heridas las alas, los
cánceres inquisidores diciendo lo que no conocen. Creísteis la supremacía de
sus voces. Lo horripilante me tocó el plexo solar abierto para vomitar las
cargas. Presumo, la cobardía de sus lenguas bífidas.
El otrora saco de papas vuela por los
aires, siento la valentía de amar con una intensidad cercana a la muerte.
Escribo con estos pies cayosos como pluma,
y con mis deseos escondidos en el rifle de la venganza.
Quítenme el saludo pero jamás podrán con
la entereza del orgullo criado por mi abuela. Me han puesto en la guillotina al
punto sicótico de escuchar sus voces intentando dormir.
Hija orgullosa de brujas no hay defensa
sin ataque de vuelta.
Sus huesos se roerán embriagados de
competencia.
Con el rabillo de ojo espío los discursos
que nos salvarán del crujir de dientes en el fuego eterno.
Mis travestis me infunden las plumas:
vuela con esos tacones cariño, haz explotar las calles con tu tierna rebeldía.
El primer pigmento artificial de la hija
del ensayo–error.
Azul de Hierro. El Azul de Prusia es
extremadamente insoluble en agua.
Agua que fluye, látigo a la piedra.
Me abro con los escudos de las olas a mi
favor retornando al
delirio de ser avalancha.
Tribu del color invisible
El mundo sórdido en el que nacimos carga
la herida de los imperios, derrama córneas por el cemento tiñendo de rojo la
miseria.
El plomo acecha nuestros pies movedizos,
un miedo se instala por las noches.
La condena en impunidad y la lluvia no
purifica lacrimógena del aire.
La justicia es una inmobiliaria, de
forestal y pesca de arrastre.
Es mejor pactar al unísono resolver por
papeles que quemar el gobierno por arrojar al río pueblos enteros.
Clava, clava, clava, clava en mi hondo ojo
ajeno tan mío como raíces de sangre y espíritus.
Chile es una faja larga y angosta de
tierra placas superpuestas en sismos monetarios.
El jardín del edén está lleno de pinos y
Mistral decora piscos y aulas hacinadas.
Janequeo haznos soñar la estrategia de mil
batallas, no morir como si nada pasara,
como si la vida pasara y solo eso fuera.
De El Viaje de la Heroína (2016)
Virgen de las Barricadas
Tú que todo lo conviertes en fuego
menos a mí que te miro de abajo
me gustaría sacarte esa capucha
y hacer la revolución en la cama, la silla
y el suelo.
Virgen de la insurrección y el canto
te prendo una vela en silencio
la porcelana de tu piel
fue cambiada por tu tez morena
firme y profana.
Ya no hay rosarios que te rodeen
los he sacado todos
para admirarte mejor.
Te tengo en un pedestal
pero te bajas
profunda.
Virgen inmaculada,
sucia.
Debajo de esas mantas blancas
se descubre tu fuerza.
Estás entre llantas
y piedras.
Por más humo que llegue a ti
sigues siendo mi única devoción.
Virgen de las Barricadas
¡No hay rezo que te plazca!
Yanko González (Buin, 1971), poeta e
investigador de la Universidad Austral, ha publicado los poemas: Metales
Pesados (1998); Elábuga (2011); y Alto Volta (2007). Las
investigaciones sobre La construcción histórica de la juventud en América
Latina: bohemios, rockanroleros & revolucionarios (2013); Los más
ordenaditos. Fascismo y juventud en la dictadura de Pinochet (2021); las
entrevistas imprescindibles a escritores del Sur Héroes civiles & santos
laicos: palabra y periferia: trece entrevistas a escritores del sur de Chile (1999
y 2024); y El agua verde del idiota: La errata: cultura e historia
(2023) junto con Pedro Araya Riquelme. Finalmente, las antologías Poesía
universitaria en Valdivia (2000) con Iván Carrasco; Carne fresca: poesía
chilena reciente (2002) y ZurDos: última poesía latino americana
(2004) ambos con P. Araya; y su propia antología en vida, Objetivo General
(2019).
De Torpedos
(2024)
[UNO]
Donde dice línea, es forma. donde colo-
res, texturas y donde ritmo, orden. qué es
el arte.
colgar en un muro las cosas que alguna vez
te
hicieron daño.
[DOS] abre libros que sólo te encuentren la ra-
zón. lleva un espejo y lo miras para saber
si toda-
vía estás ahí. y recuerda, la cocina está
cerrada
pero te quedan lágrimas.
[SIETE] ¿para qué llueve? llueve para dar én-
fasis. llueve para no ir. llueve para
enterrar a
alguien. llueve para callarse un rato.
para botar
la mirada en una poza. para usar los
signos de
interrogación.
[CINCUENTAYUNO] lógica de enunciados del pro-
fesor carrasco: i. si el profesor
se enfada, te que-
das paralizado y si te quedas paralizado,
el pro-
fesor se enfada. ii. en este caso,
apégate a la tabla
de verdad, yo no encontré ninguna
tautología, yo
me apegué a la tautología y no encontré
ninguna
tabla de verdad. iii. no aprendes
ni lo que sabes.
iv. perdonen la falta de ignorancia.
[BACHELOR]
hemos juntado dos grupos no por razones de
espacio.
queremos, quien les habla y la profesora
responsable
que espero se integre los martes,
intervenir no sólo los
tiempos del aprender, sino los espacios de
sentido los
sujetos experimentan
en su propia exégesis del sentir. antes
tenían la sala
veintitrés, ahora esa estará ocupada con
un grupo de otra
carrera. informo esto para que no se
confundan la sala
nuestra será la de expresión corporal,
donde practicaban
los compañeros de la
carrera que se está por cerrar, pero que
igual se están
titulando. las razones son varias, para
que después en la
autoevaluación no pongan falta de
infraestructura, aún
nos quedan salas equipadas, porque es
importante no sólo
impartir la perspectiva, sino el modelo
curricular
en esto requiero la participación de todos
y todas, porque
ustedes se van adentrando en la didáctica
profesional
y por más que no conozcan al otro grupo,
es una
oportunidad para imaginar respuestas a
todo tipo de
ambientes, así como seguir un plan de
acción tutorial
dirigido a los módulos transversales, por
eso aunque
sus pares vengan de programas distintos,
creemos que
tienen los mismos esquematas de
conocimiento, que estoy
seguro poco a poco buscarán interacción y
ahí es donde la
teoría ayuda, siempre me escucharán
repetir la teoría no muerde, podemos pasar
horas y
horas planificando o mejorando los
instrumentos de
diagnóstico inicial, pero lo que han dicho
los grandes
autores, los que realmente importan, los
que además se
han pasado su vida entera en un aula, es
juntar
su praxis cotidiana con lo que los libros
nos dicen y lo que
nosotros podemos hacer de esos libros con
los educandos,
que año tras año llenarán de plenitud
nuestras almas y
esto es un proceso interior, no es un
problema de salas. y
tú por qué pones esa cara.
Martina Pedreros
Rodríguez
(Buenos Aires, 1990). Docente, poeta y editora de Tinta negra
microeditorial. Ha publicado los libros de poemas Elemancia (2018); y Estado
bisagra (2024).
De Elemancia (2018)
dormancia
i
al reverso del filo
sin menguar
el iris
dúctil
de juncos
en sueños
he brillado
las serpientes
por cabeza replicantes
los ojos de piedra
nunca
dejan
nada
s i n u o s o
el barro que me seca
partículas del reposo
dormancia
ii
Testifico la trasmutación de lo material.
Las capas se superponen si asistimos a su
decadencia.
Ya no la vemos pero oscurece:
Tres perros negros son toda esa muerte.
El fuego fatuo surge de un estado de
ignición.
De inverso modo acontece el sueño:
las capas se traslapan tan solo si
asistimos
a toda esta muerte
que aclara,
―y sea mar o incendio―
nada se apaga
―bosque o desierto―
compongo en dormancia:
¿Cómo declinar el sueño si solo se acumula
el agua?
De Estado Bisagra (2024)
Anversos de la conciencia
II
(sueño con las camas donde soñé escribí
hice el amor)
anoche supe –no sé cómo– encontrar mi
pieza sobre las escaleras
era azul grande la cama deshecha como si
hubiese dormido recién ahí
afuera el lago ondulaba una playa pequeña
el cisne aguardaba en mi ventana
es mío
me dije
le abrí los cristales para
que sumergiera su cuello negro y buscara
alimento donde
mis ojos
no vieron
confié
sabrá volver
es la lealtad de los cisnes
constato
mas
¿qué podría traerme desde el fondo de la
mente que es el lago?
Ya sé cómo duermen los cisnes.
Los retraté como siluetas blancas en el
fondo negro del sueño.
Extienden sus cuellos en el agua, como si
fuese una sábana o una almohada.
Allí, acomodados, sus cervicales se curvan
para encontrar la flotación en su lecho entre juncos.
Testeo mis propias
actitudes karmínicas
onirromántica
esencialista
plumas de aves macho que
me visitan
vengo llamándolos
bajan de las copas de
sus vuelos
esta canción los invoca
esta canción que
inunda este estado del
sueño
levanto a los niños de
la mano
antes que la ola
como al colgarse entre
dos adultos
jugando
y todo va a menguar
en algún momento
el agua será calma otra
vez
y con las amigas daremos
brazadas hasta la orilla
donde dicen
hay
construcciones
suspendidas
espacio para levantar
techos de paja y muros
de tierra
manufactura para cuevas
nuevas manadas
venimos anunciando
desde que encarnamos
castillos como conchas
nacaradas.
Noche sobre el matorral
los abrazos de piedra
c u e l g a n
s u s p e n s o s
calzados en cables de la luz
como los treiles bajo el tejado de paja
entran por los revoques
dice el niño de cola
saben así guarecerse de las heladas o los vientos
súbitos
del verano
pero
en tiempos donde una bala es más probable
sea eyectada desde el Estado
a quemarropa
una mirada que no ve la trayectoria
depositada sobre su nuca
la ropa sigue acumulándose para el lavado
como si algún día
la mirada puesta sobre los colores del
cielo
pudiese cambiar la forma
deslavar acumulaciones
modificar los tiempos
en que un sol se guarda
para
esta mañana
servimos miel en frutas
ayer no hubiese fantaseado
un presente como ese
porque
cuando la mano se alza e indica
aprobación sobre las masas
aparece un nombre
una visita
es tu cara recortada de perfil
y digo
trancar una puerta puede costar menos que
abrirla
pero
en tiempos donde una bala es más probable
sea eyectada desde el Estado
a quemarropa
prefiero incinerar por mis medios
las máculas imposibles de remover en
prelavado.