lunes, 30 de diciembre de 2024

Asedios a una muestra de Poesía valdiviana.

Publicado en la Revista WD n9, 2024.


Revista WD40 me ha convocado para entregar un panorama de escritores/as que referencia el quehacer en Valdivia. Aunque no soy partidario de estos eventos canónicos me permite examinar el quehacer literario, los diálogos entre generaciones, los reflejos de una relación entre habitantes, su entorno y la reproducción técnica del libro-objeto, y los discursos contemporáneos latentes en la cultura letrada.

Me encuentro momentáneamente en el Sur disfrutando de la lluvia que inunda calles inverosímiles. Para este asedio y materiales de estudio del campo cultural sobre la región lacustre, el primer criterio de selección fue que su residencia esté en Valdivia o sus alrededores; el segundo, el lanzamiento del libro se haya efectuado el presente año, lo que permite entregar una propuesta de reciente. De ahí que aparezcan y destaquen los siguientes autores/as.

Verónica Zondek en El esplendor de la granada. Poesía reunida 1984-2022 (Libros el Cardo, 2024), corrobora el énfasis de la autora por la estética de la corrección y de la reescritura, equivalente -también- al número de reediciones de sus volúmenes. En muchos sino en todos hay cambios en los versos precedentes con plena atención de la figura creativa, y esto, a su vez, ha dado pie a una reconocida voz donde la poesía es medio para explorar y dilucidar las posibilidades del lenguaje, la memoria, los feminismos y el lugar de la experiencia.

Camila Almendra escribe en Provinciana en Colores (Editorial Kultrún, 2022), con una prosa que contiene un fraseo corto y de carácter feminista, resistente de la sociedad tradicional conservadora. La construcción de estos poemas se basa principalmente en el contenido del mensaje, opuesto al carácter retórico de la forma poética que todavía está en progreso. Mientras que, PISTILA del gen lumínico (Tinta Negra Microeditorial, 2024) se observa un estado de mayor organización y definición poética, mediante el verso libre combina discursos ecológicos y de ciencia ficción. La voz epigonal se refiere a una criatura indefinida, hermafrodita, como si perteneciera a un estado mítico de la actualidad, pero que está amenazada por la consistente extracción de recursos naturales y materias primas a los que Chile pertenece como Nación neocolonizada. Un dato llamativo fue dar cuenta de la sutil referencia a Pablo Neruda; tanto el nobel como Pistila… utilizan la tinta verde en la letra.

Yanko González. De largo aliento, recuperando e invirtiendo significados y significantes es la reciente publicación que combina: objeto visual y de poesía concreta en Torpedos (Editorial Kultrún, 2024). Yanko González & asociados construye tres ejes fundamentales: el discurso, lo visual y lo objetual. Esta obra que simula torpedos escolares contiene distintos artículos donde subterfugiamente esconde lo que no se quiere ver. En concreto, toma notas de la academia a la que pertenece y trastoca los sentidos; ocupando la oralidad, el juego de la paradoja, muchas veces lo absurdo del discurso y las mediciones escolares revelan lo que se omite con cierta sorna. Pero, ¿qué no se quiere ver? La incerteza de esta respuesta podría abordarse desde una mirada en operaciones entre personas con un dejo de falsa modestia.

En ambas publicaciones, Elemancia (Tinta negra Microeditorial, 2018) y Estado bisagra (Tinta negra Microeditorial, 2024), la poeta Martina Pedreros Rodríguez escribe modelaciones y modulaciones creativas desde una zona difusas, más próximo al desasosiego que a la incomprensión, porque combina el mundo de los sueños de la experiencia y lo abyecto de la realidad contemporánea. Así, junto con apropiarse del lenguaje e ir constituyendo neologismos, los territorios que ocupa dejan en claro el contraste de las líneas de fuga que es la naturaleza, el habitar el territorio junto a lo onírico, y que representa la espesura de la realidad que en Chile es sumamente hostil. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Verónica Zondek Darmstädter (Santiago, 1953). Escritora y traductora. Ha publicado los libros de poemas: Entrecielo y entrelínea (1984 y 2019), La sombra tras el muro (1985), El huego de la memoria (1988, 1995 y 2011), Vagido (1990, 1991, 2014), Peregrina de mí (1993), Entre lagartas (1999), El libro de los valles (2003), Por gracia de hombre (2008, 2020), La ciudad que habito (2012, 2021), Instalaciones de la memoria (2013), Nomeolvides:flores para nombrar la ignominia (2014), Fuego frío (2016, 2022), Memento (2019), Una pequeña historia (2018) y Otro viento cantará (2022).

 

De La ciudad que habito (2021)

II

Es que un río es un río es un río

y un prado es un prado

y un tronco es él

y más nada

que azul y verde y marrón

trinando presente su viaje

porque hoy luz equivale a sol

porque cargada la nube baja y se acerca

y otro trae los tonos

y aunque el río es un río es un río

y un prado es un prado

y un tronco es él

otro que azul y verde y marrón

otro que cae

y entra por ojos tan pardos

tan gris de soplos sin fin

tan verdinegro

que trinos incuba también y oscuro el viaje 

porque hoy la luz es luz y anochece

y anuncia ventisca a su arribo

y arracima en bajío pantanoso las nubes

una sobre otra en entrada gloriosa

hasta caer en el ahora aguacero

y soplar y soplar y soplar

el párpado a medio dormir durmiendo

y volar el sombrero

hasta descubrir cabezas de cabelleras en despliegue.

Bienvenido Señor Viento si no vuelas el techo

si el fuego encendido queda

y cubre de abrigo los hombros 

que hoy es día de cine en mi casa

y quiero tocar esos cuerpos ilusorios

y amar con tiempo y ternura ancha

a los muy míos 

entre gallos y medianoche. 

 






 

 

 

 





 

VI

 

No 

no es su belleza ni sus ríos ni su gente mezclada.

Es su daño reiterado que transita las arterias

su brillo que nace del desastre

su vocación de Señora Condenada pero airosa

su destrucción vital

su incendio

su asedio hasta el hambre declarada

su saber que todo es humo.

 

Transitoriedad y movimiento.

 

Agua

agua que inevitable viaja por los ríos.

 

Vida.

 

Vaivén.

Vaivén que falta e inapelable fluye y sin remedio

 

a su fin temporal.










 

 

 

 

 

 

 

 



De El libro de los valles (2003)

ENTRE PIEDRAS Y HUESOS, LA LETRA

 

Entre piedras y huesos 

un monumento al condenado primero de esta masacre.

 

Se detiene.

Entierra su desgarro en Valle Maldito.

para que procree en los planos desiertos de un abismo.

 

Valle Maldito guarda profundos silencios.

Valle Maldito guarda un temor amortajado.

y nadie desea la muerte.

 

En Valle Maldito hace deambular el alfabeto

Es cierta su condena al exilio.

Merodea la derrota entre restos humeantes.

Piensa su extinción.

Busca la seña que fue anterior al naufragio.

 

Piensa:

la memoria es signo reversible.

 

Un silencio acaricia su frente.

 

Celeste

el ave rapiña respeta en un lejos

la inalterable tenacidad de la letra.






















 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 






SIN PERDÓN EN EL OLVIDO…

 

Desde ahora 

y sin apelación

cobran importancia los extremos corporales.

 

Valle Mutilado lo atrae en su extensión más insolente

como si el pudor ya no fuese

como si no existiese la vergüenza:

brazos de doncellas

manos huesudas

cabezas

cráneos hay y dispersos

para que se haga una idea visual

y no tanto piense

y siga.

 

Sobre el plano amarillo de una extensión

su mirada se detiene lenta sobre cada trozo.

Decide nombrarlos

amistarlos en adelante sin consuelo

recogerlos en cestas de mimbre cálido

y acunarlos

y cubrirlos

con manta del Sur auténtico.

 

Inscribirlos decide pues

en anchos y pétreos recordatorios

por si en el tiempo por venir

pasara otro

y viera 

y poseso fuera 

del deseo de saber.





















 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EN VALLE OLVIDO (III)

 

Tuvo entonces la certeza

que nuestras

las gentes nacen para no saber.

Beben aguas sin apodo

e incansables

lo trabajan todo hasta la saciedad.

Disfrutan de oscuridad en el ojo

y hacen olvido del paso primero de los pies.

En este valle 

las avenidas luminosas son las que inscriben nombres

y los días amanecen sábado en sucesión infinita

y anochecen en números bordados en pieles aceituna

y la condena es acato indudable.

 

La resistencia es un recodo de la memoria

es también

es tarea individual.

 

 

 

 

 

 

 

 

Camila Almendra (Osorno, 1991) Educadora, poeta y performer. Ha publicado los libros de poemas El viaje de la Heroína (2016); Provinciana en Colores (2022); y PISTILA del gen lumínico (2024). 

De PISTILA del gen lumínico (2024)

 

Genoma luminoso

 

Niñez de tierra, de gota y de frío.

Instrumento de purificación.

Para desmontar el habla,

vejez e inicio.

 

Concebir la higiene

cual utopía derrumbada

millones de habitantes detallan los ritmos de sus mermas.

 

Ante el grito lo desearon.

En la estación de ferrocarriles,

globos oculares se estrellaban como huevos,

cuando dieron, al fin, con mi paradero.

 

En un barrio llamado Flota Centauro,

del poder popular

me hallaron saltando rieles.

Anunciaba tormentas eléctricas.

Presagiaba noticias como quien come pan.

Ellos proceden, siempre proceden

a desabrigar mi celada por televisión

y tocar en su cenáculo mi figura.

 

Puesto que las aves no lloran gas

ni pimienta, tras mi paso

se crean rezos.

Retorno del mesías en femenino.

 

Y en las calles,

estudiantes en marcha:

derrocar al imperialismo,

mientras sus densidades

cubren

cada

cavidad mía

día y noche.

 

Abro mis manos como pistilos,

libero la atmósfera del químico.

Como luna estabilizo climas.

Camino con un lucero en mi frente.

 

Fui encerrada en un laboratorio.

Diseccionarme fue una opción.

Padre está orgulloso que sea considerada,

mientras vende retazos de mi ropa.

 

Me conecto

con la herencia humana

cual Eva mitocondrial.

De cuerpos celestes,

los huesos se vuelven polvo estelar.

 

Estado elevado,

patíbulo del consejo mundial.

Por memoria colectiva,

mi sangre busca convertirse en aerosol.

 

Escondieron criaturas como yo,

por entramados afectivos

conscientes de riesgos.

De torres a peñascos hay seres extrasensoriales,

videntes exiliados de la plutocracia.

 

Si los dones existen,

sería preferible congelar el arma de las esperanzas,

para cuando el planeta entero, a punto sea de caducar.

 



 

 

 





Preservar lo indecible

 

Me sacaron del ensueño. Cápsula de nitrógeno, choque osmótico detenido,

en su criopreservación de lo que pudo ser humana paredes celulares de un vegetal.

Congelaron uno a uno mis deseos.

Mutante y crisálida, dicen, que partes de mí se reemplazaron por la biónica.





















 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De Provinciana en Colores (2022)

 

Azul de Prusia

 

Una sensación de soledad abismal se reduce en tus arrugas al mate y la cocina. Lo supe de mis sueños húmedos de adolescente. ¿Para qué competir, si te puedo besar?

Desaprender las espinas doradas, forjadas con hierro caliente en el habla.

 

Las mamis se reparten por el mundo acunando mis penas.

Habrá seres que recogerán mis pedazos para decir: somos.

 

Tórtola torcaza heridas las alas, los cánceres inquisidores diciendo lo que no conocen. Creísteis la supremacía de sus voces. Lo horripilante me tocó el plexo solar abierto para vomitar las cargas. Presumo, la cobardía de sus lenguas bífidas.

 

El otrora saco de papas vuela por los aires, siento la valentía de amar con una intensidad cercana a la muerte.

Escribo con estos pies cayosos como pluma, y con mis deseos escondidos en el rifle de la venganza.

Quítenme el saludo pero jamás podrán con la entereza del orgullo criado por mi abuela. Me han puesto en la guillotina al punto sicótico de escuchar sus voces intentando dormir.

 

Hija orgullosa de brujas no hay defensa sin ataque de vuelta.

Sus huesos se roerán embriagados de competencia.

 

Con el rabillo de ojo espío los discursos que nos salvarán del crujir de dientes en el fuego eterno.

Mis travestis me infunden las plumas: vuela con esos tacones cariño, haz explotar las calles con tu tierna rebeldía.

El primer pigmento artificial de la hija del ensayo–error.

 

Azul de Hierro. El Azul de Prusia es extremadamente insoluble en agua.

 

Agua que fluye, látigo a la piedra.

Me abro con los escudos de las olas a mi favor retornando al

delirio de ser avalancha.

 



















 

 

 

 

 

 

 

 

 




Tribu del color invisible

 

El mundo sórdido en el que nacimos carga la herida de los imperios, derrama córneas por el cemento tiñendo de rojo la miseria.

 

El plomo acecha nuestros pies movedizos, un miedo se instala por las noches.

La condena en impunidad y la lluvia no purifica lacrimógena del aire.

 

La justicia es una inmobiliaria, de forestal y pesca de arrastre.

Es mejor pactar al unísono resolver por papeles que quemar el gobierno por arrojar al río pueblos enteros.

 

Clava, clava, clava, clava en mi hondo ojo ajeno tan mío como raíces de sangre y espíritus.

 

Chile es una faja larga y angosta de tierra placas superpuestas en sismos monetarios.

El jardín del edén está lleno de pinos y Mistral decora piscos y aulas hacinadas.

 

Janequeo haznos soñar la estrategia de mil batallas, no morir como si nada pasara,

como si la vida pasara y solo eso fuera.

 

 





 

 




De El Viaje de la Heroína (2016)

 

Virgen de las Barricadas

 

Tú que todo lo conviertes en fuego

menos a mí que te miro de abajo

me gustaría sacarte esa capucha

y hacer la revolución en la cama, la silla y el suelo.

 

Virgen de la insurrección y el canto

te prendo una vela en silencio

la porcelana de tu piel

fue cambiada por tu tez morena

firme y profana.

 

Ya no hay rosarios que te rodeen

los he sacado todos

para admirarte mejor.

Te tengo en un pedestal

pero te bajas

profunda.

Virgen inmaculada,

sucia.

Debajo de esas mantas blancas

se descubre tu fuerza.

 

Estás entre llantas

y piedras.

Por más humo que llegue a ti

sigues siendo mi única devoción.

 

Virgen de las Barricadas

¡No hay rezo que te plazca!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Yanko González (Buin, 1971), poeta e investigador de la Universidad Austral, ha publicado los poemas: Metales Pesados (1998); Elábuga (2011); y Alto Volta (2007). Las investigaciones sobre La construcción histórica de la juventud en América Latina: bohemios, rockanroleros & revolucionarios (2013); Los más ordenaditos. Fascismo y juventud en la dictadura de Pinochet (2021); las entrevistas imprescindibles a escritores del Sur Héroes civiles & santos laicos: palabra y periferia: trece entrevistas a escritores del sur de Chile (1999 y 2024); y El agua verde del idiota: La errata: cultura e historia (2023) junto con Pedro Araya Riquelme. Finalmente, las antologías Poesía universitaria en Valdivia (2000) con Iván Carrasco; Carne fresca: poesía chilena reciente (2002) y ZurDos: última poesía latino americana (2004) ambos con P. Araya; y su propia antología en vida, Objetivo General (2019).

 

 De Torpedos (2024)

 

 [UNO]           Donde dice línea, es forma. donde colo-

res, texturas y donde ritmo, orden. qué es el arte.

colgar en un muro las cosas que alguna vez te

hicieron daño.

 
























[DOS]             abre libros que sólo te encuentren la ra-

zón. lleva un espejo y lo miras para saber si toda-

vía estás ahí. y recuerda, la cocina está cerrada

pero te quedan lágrimas.

 








































[SIETE]          ¿para qué llueve? llueve para dar én-

fasis. llueve para no ir. llueve para enterrar a

alguien. llueve para callarse un rato. para botar

la mirada en una poza. para usar los signos de

interrogación.







































[CINCUENTAYUNO]          lógica de enunciados del pro-

fesor carrasco: i. si el profesor se enfada, te que-

das paralizado y si te quedas paralizado, el pro-

fesor se enfada. ii. en este caso, apégate a la tabla

de verdad, yo no encontré ninguna tautología, yo

me apegué a la tautología y no encontré ninguna

tabla de verdad. iii. no aprendes ni lo que sabes.

iv. perdonen la falta de ignorancia.

 

 

 




























[BACHELOR]

hemos juntado dos grupos no por razones de espacio.

queremos, quien les habla y la profesora responsable

que espero se integre los martes, intervenir no sólo los

tiempos del aprender, sino los espacios de sentido los

sujetos experimentan

 

en su propia exégesis del sentir. antes tenían la sala

veintitrés, ahora esa estará ocupada con un grupo de otra

carrera. informo esto para que no se confundan la sala

nuestra será la de expresión corporal, donde practicaban

los compañeros de la





carrera que se está por cerrar, pero que igual se están

titulando. las razones son varias, para que después en la

autoevaluación no pongan falta de infraestructura, aún

nos quedan salas equipadas, porque es importante no sólo

impartir la perspectiva, sino el modelo curricular

 

en esto requiero la participación de todos y todas, porque

ustedes se van adentrando en la didáctica profesional

y por más que no conozcan al otro grupo, es una

oportunidad para imaginar respuestas a todo tipo de

ambientes, así como seguir un plan de acción tutorial

 

dirigido a los módulos transversales, por eso aunque

sus pares vengan de programas distintos, creemos que

tienen los mismos esquematas de conocimiento, que estoy

seguro poco a poco buscarán interacción y ahí es donde la

teoría ayuda, siempre me escucharán

 

repetir la teoría no muerde, podemos pasar horas y

horas planificando o mejorando los instrumentos de

diagnóstico inicial, pero lo que han dicho los grandes

autores, los que realmente importan, los que además se

han pasado su vida entera en un aula, es juntar

 

su praxis cotidiana con lo que los libros nos dicen y lo que

nosotros podemos hacer de esos libros con los educandos,

que año tras año llenarán de plenitud nuestras almas y

esto es un proceso interior, no es un problema de salas. y

tú por qué pones esa cara.


















Martina Pedreros Rodríguez (Buenos Aires, 1990). Docente, poeta y editora de Tinta negra microeditorial. Ha publicado los libros de poemas Elemancia (2018); y Estado bisagra (2024).

 

De Elemancia (2018)

dormancia

i

 

al reverso del filo

sin menguar

el iris

dúctil

de juncos

en sueños

he brillado

las serpientes

por cabeza replicantes

los ojos de piedra

nunca

dejan

nada

s i n u o s o

el barro que me seca

partículas del reposo

 

 

 

 

dormancia

ii

 

Testifico la trasmutación de lo material.

Las capas se superponen si asistimos a su decadencia.

Ya no la vemos pero oscurece:

Tres perros negros son toda esa muerte.

El fuego fatuo surge de un estado de ignición.

De inverso modo acontece el sueño:

las capas se traslapan tan solo si asistimos

a toda esta muerte

que aclara,

―y sea mar o incendio―

nada se apaga

―bosque o desierto―

compongo en dormancia:

¿Cómo declinar el sueño si solo se acumula el agua?

 

 

 







 

 

 

De Estado Bisagra (2024)

 

Anversos de la conciencia

II

 

(sueño con las camas donde soñé escribí hice el amor)

 

anoche supe –no sé cómo– encontrar mi pieza sobre las escaleras

era azul grande la cama deshecha como si

hubiese dormido recién ahí

afuera el lago ondulaba una playa pequeña

el cisne aguardaba en mi ventana

es mío

me dije

le abrí los cristales para

que sumergiera su cuello negro y buscara

alimento donde

mis ojos

no vieron

confié

sabrá volver

es la lealtad de los cisnes

constato

mas

¿qué podría traerme desde el fondo de la mente que es el lago?

 

 

 

Ya sé cómo duermen los cisnes.

Los retraté como siluetas blancas en el fondo negro del sueño.

Extienden sus cuellos en el agua, como si fuese una sábana o una almohada.

Allí, acomodados, sus cervicales se curvan para encontrar la flotación en su lecho entre juncos.

 

 

 














 

 

 

 

 

 

 

 





Testeo mis propias actitudes karmínicas

 

onirromántica esencialista

plumas de aves macho que me visitan

vengo llamándolos

bajan de las copas de sus vuelos

esta canción los invoca

esta canción que

inunda este estado del sueño

levanto a los niños de la mano

antes que la ola

como al colgarse entre dos adultos

jugando

y todo va a menguar

en algún momento

el agua será calma otra vez

y con las amigas daremos brazadas hasta la orilla

donde dicen

hay

construcciones suspendidas

espacio para levantar

techos de paja y muros de tierra

manufactura para cuevas

nuevas manadas

venimos anunciando

desde que encarnamos

 

castillos como conchas nacaradas.

 

 

 

 

 

 

 
















 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Noche sobre el matorral

 

los abrazos de piedra

c u e l g a n

                  s u s p e n s o s

calzados en cables de la luz

como los treiles bajo el tejado de paja

entran por los revoques

dice el niño de cola

saben así guarecerse de las heladas o los vientos súbitos

del verano

pero

en tiempos donde una bala es más probable

sea eyectada desde el Estado

a quemarropa

una mirada que no ve la trayectoria depositada sobre su nuca

 

la ropa sigue acumulándose para el lavado

como si algún día

la mirada puesta sobre los colores del cielo

pudiese cambiar la forma

deslavar acumulaciones

modificar los tiempos

en que un sol se guarda

para

esta mañana

servimos miel en frutas

ayer no hubiese fantaseado

un presente como ese

porque

cuando la mano se alza e indica

aprobación sobre las masas

aparece un nombre

una visita

es tu cara recortada de perfil

y digo

trancar una puerta puede costar menos que abrirla

 

pero

en tiempos donde una bala es más probable

sea eyectada desde el Estado

a quemarropa

prefiero incinerar por mis medios

las máculas imposibles de remover en prelavado.