Casa Grande
Luis Orrego Luco (Santiago, 1866-1948)
Ayacucho Ediciones, 2005.
320 Páginas.
En 1908 se publica Casa Grande,
novela de Luis Orrego Luco (1866-1948) que retrata a la oligarquía chilena de
aquella época y que causó revuelo mediático debido a que “escenifica” las
tradiciones de aquel grupo social. El lujo, los títulos de nobleza y las ansias
de asimilarse a todo aquello que proviniera de la cultura francesa –considerada
por esos años, antes de la I Guerra Mundial, como modelo de elegancia y
sofisticación–, son exhibidos por la pluma del autor de Memorias del
tiempo viejo.
La novela instala al lector en el
Santiago de principios del siglo XX, poniendo su foco en el matrimonio entre
Ángel Heredia y Gabriela Sandoval y la tentativa de divorcio entre estos dos
personajes que representan el modelo de la clase alta. De esta manera, a poco
avanzar aparecerán los conflictos amorosos que serán el comidillo de la
sociedad, mientras el clérigo Correa, con el fin de hacer respetar los
votos eclesiásticos, mediará para restaurar la relación. Sin embargo,
luego de la promesa de una buena vida nueva como pareja, la historia devendrá
en un trágico final.
El narrador contempla la incipiente
ciudad de Santiago, que por aquellos años se extendía desde el Cerro Santa
Lucía hacia el Oriente, hasta la calle San Martín hacia el Poniente, y desde el
Parque Forestal a la Alameda de Las Delicias en el eje norte-sur. Interpreta y
concibe la urbe de acuerdo a los determinismos sociales o de clase, económicos
y geográficos que predominan en ese período.
Asimismo, la observación fría del
entorno juega un rol fundamental en consideración al objetivo de retratar el
modo de pensar de una sociedad chilena plutócrata, que mira con orgullo la
historia nacional (legado del español conquistador) y que, de paso, prescinde
de lo indígena.
Es más, en Casa Grande destaca particularmente por su omisión de los sectores
marginales, proletarios, artesanos y profesionales. Esta puesta en escena
situará al cronista en la cúspide del escalafón social validada por ser parte
de la antigua aristocracia, pues sería una especie de detentador de la verdad
en la que evidencia los males de la sociedad, su sociedad en el texto. Precisamente,
es el medio social el que modifica la interpretación de los hechos, como se
observa en las expresiones de Gabriela y el estilo de vida que lleva:
“Gabriela, junto con el sentimiento instintivo de superioridad social, templado
por su bondad y su modestia ingénitas, había recibido educación refinada,
hablaba francés como parisiense, era música y tenía hábitos de lujo de
princesa, que todo lo pide sin averiguar nunca precios” (11).
La obra de Orrego Luco suscribe al
movimiento naturalista, que tiene como máximo exponente al francés Émile Zola.
La influencia de esta corriente se hace patente en Casa Grande en
aspectos como la falta de albedrío, la injerencia de la Iglesia en el divorcio
entre Ángel Heredia y Gabriela Sandoval, la crítica social hacia su propio
origen, la descripción de los personajes y otros elementos específicos de la
trama. Cabe consignar también el influjo del darwinismo en su concepción de la
raza blanca-europea como superior a otras. El encarcelamiento y traslado de
indígenas para mostrarlos al público o la esclavitud por color de piel, son
ejemplos de ello.
Por otro lado, una serie de marcas en
la narración dan cuenta de una exaltación de la historia reciente como un
pasado glorioso: “ciudad de Santiago, un tanto sacudida de su apatía colonial
en la noche clásica de regocijo de las viejas ciudades españolas” (5), que se
explica en la falsa vanagloria de un pueblo elegido y que desea su salvación
adquiriendo el molde europeo: “la multitud admiraba los trajes elegantes y los
sombreros de paja adornados de plumas por algún modista parisiense” (8)
La particular mirada acerca del lujo,
el determinismo de herencia y de raza, y lo frívolo, permiten develar el arribismo
degradatorio que ha caracterizado históricamente a la alta sociedad chilena y
leer esta novela como un libro referente de la siutiquería actual dentro de la
literatura decimonónica de molde francés.
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