Por Gonzalo Schwenke
Santiago de Chile.- En el marco de la inauguración de la
feria del libro (FILSA) en la Estación Mapocho, Gabriel Salazar valoró
la presencia de México como invitado de honor afirmando que es “un país que
respeta su identidad cultural”. El historiador aprovechó la ocasión para reflexionar
acerca del valor del libro como objeto de respeto transversal frente a las
autoridades de Cultura Ernesto
Ottone; e Educación, Adriana Delpiano, y Alejandro Melo, presidente de la
Cámara Chilena del Libro. También presenciaron su discurso, intelectuales invitados
como Faride Zerán, Ángeles Mastretta, Héctor Aguilar Camín, Jaime Quezada, Graciela Huinao,
entre otros. Además de personajes del mundo del libro; editores, lectores y
estudiantes.
En diálogo con Estampida, Gabriel Salazar afirmó que: “se ha reflejado poco los
derechos humanos en el libro (…) Los DD.HH se han trabajado mucho en Chile como
violación de derecho, el derecho en sí no sirve de nada si no tenemos poder, el
verdadero problema de fondo es tener poder. No derecho. El derecho se viola el
poder es más difícil. Es sobre esa perspectiva se ha trabajado muy poco y se ha
publicado poco porque mucha denuncia de violaciones concreta para acusar a los
asesinos, pero no se ha trabajo la perspectiva de los DD.HH. como objeto de
propuesta, como ejercicio de poder”.
Al
ser consultado sobre su perspectiva por la marcha contra la violencia de género
realizada el 19 de octubre en todo el país, el Premio Nacional de Historia 2006,
puso énfasis en la nula respuesta por parte del gobierno y parlamento para
legislar sobre el tema, e instó a la población a utilizar su fuerza en los
espacios de deliberación nacional: “el movimiento femenino no actúa en términos
de poder sino impone sus políticas y sus propuestas, más que derecho de su
poder. Todo esto que haga el gobierno son puros gestos, palabras de buena
crianza, pero el problema no se resuelve.”
Así
mismo, comparó la masiva convocatoria con la constante petición de rebajar el
I.V.A. al costo del libro sosteniendo que es el único país del mundo que tiene
esto: “al igual que el ministro de cultura dijo muchas cosas, ¿y por qué no
quita el impuesto al libro?”
“Si
no imponemos nosotros las políticas que queremos estas cosas seguirán igual”, sentenció.
Tras
un breve recorrido por los distintos pabellones patente la ausencia de libros
sobre los DD.HH. se hace patente en una feria donde predomina la literatura de
cocina, el autoayuda, los booktubers, el esoterismo y los best sellers. FILSA
se prolongará hasta el 6 de noviembre.
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