“El número Kaifman” o la escritura
esotérica
Fernando
Ortega (Victoria, 1974)
Planeta
Ediciones, 2006.
291
páginas.
Por Gonzalo Schwenke
“El número Kaifman” (2006), es la historia sobre
tractores Lanz de posguerra en la Patagonia chileno-argentina, en ella, se
conjugará la conspiración entre el pasado con las respuestas que puedan dar
manuscritos de una dinastía al cuidado del imaginario de la “Isla Friendship” y
la “Ciudad de los Césares”. Un relato de lo oculto y esoterismo nazi, donde
Paul Kaifman tiene que desmarañar la nebulosa,– pese a que es un escritor
fáctico y analista del estado de las cosas— es un dado totalmente manipulado
por una doble agente: Sarah Lieberman. Ambos irán, pero con intereses particulares,
en busca de respuestas al asesinato Samuel Levy Kaifman, a los hielos
patagónicos.
La
escritura de Ortega no tiene un ápice de narrativa. ¿Qué va a narrar?, nos está
reportando sobre la historia y lo que acontece con sus personajes. Dicha
ausencia procede principalmente, en otorgar acción a la historia y no al
ambiente sicológico de los personajes. Por lo que, sustancialmente cambia su
lectura; de literatura a nota de entretención. Lo anterior se observa en el agudo
análisis del autor, al caracterizar a los personajes mediante adjetivos
genéricos y de dominio público: “Un sujeto nervioso y buena persona, la mejor combinación del mundo.” (43). Tal
es la pobreza intelectual que Julio Verne tiembla (?), porque el ambiente en
que configura los escenarios es escueto, pálido y confuso: “Junio en Santiago suele ser cansado y triste. Cielos nublados, fondos fríos, silencios grises, la más exacta de las ecuaciones invernales” (75). Para
rematar, el libro contiene problemas de redacción básicos.
Este
libro es una simulación de revistas de misterios, en que la información sobre
alemanes en los campos del sur de Chile estaría mejor expuesta en el reportaje
del diario. En términos simples, esta novela está desarrollada para quienes
tragan manjar sin degustar su espesor ni su contenido, sólo engullen. Un
peligro latente.
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