No hay futuro en
el sur profundo
HD (Pez Espiral, 2018) es el tercer libro de poemas de
Óscar Petrel (Puerto Montt, 1981), quien es músico, profesor y amigo de sus
amigos en el circuito literario.
El volumen es un
proyecto que señala los niveles en la que la macroindustria se ha instalado con
cercos de alambradas, y donde el capitalismo globalizado es la política
nacional impregnada de cotidiano. De todas maneras, el hablante se sitúa en la
ciudad de Puerto Montt con una lírica breve, llana, de extensión reducida como
el epigrama o el haiku, pero más ligada a las imágenes de la realidad que la
utilización de la retórica..
El registro
fotográfico del paisaje de día y el de noche, que lo cierra, es la
representación de lugares donde los que viven en las urbes creen idílicos: un
paraíso de paz, tranquilidad y armonía. Sin embargo, en este trasfondo están
los desechos. En efecto, no hay mayor complejo de ironía y de horror que la
travesía de químicos salmoneros en el poema “navegando el futuro” en la que la alimentación
orgánica termina, a modo de elipsis, en nuestra dieta. Práctica que ocurre en aquel
territorio salmonero. Nada más propio que lo definido: “El Lago Llanquihue
registra/ zonas máximas de coliformes fecales./ Puerto Varas, por ejemplo,
supera/16 veces la norma permitida” (25), y nada más real que el paisaje del
neoextractivismo como las montañas de astillas que se trasladan a las
industrias chinas.
De igual forma,
se registran préstamos de norma y habla dubitativos en el que no cierra lo coloquial
en la expresión formal: “¿Te hai dado
cuenta/ que los hielos de la piscola/ ahora se derriten más rápido?” (32),
o incomprensiblemente se utiliza normativamente el signo de interrogación, no
así en las exclamaciones. Lo que más que un gesto político, es una falta,
porque en otros versos están regulados.
La ciudad de
Puerto Montt no es que destaque en su paisaje. Los puertos sobresalen por la
fealdad como símbolo de progreso. Aspecto que el hablante da cuenta de la
precariedad estética personificada en la reventa de huevos, los paraderos
sureños que son realizados económicamente por empresas de arquitectos santiaguinos
y “los monos feos”, entre otros. Además, la configuración las relaciones es una
cuestión de pragmática económica como el Colegio de orden Jesuita a la que
pertenece el Papa Francisco que no se condice con las altas mensualidades para
la permanencia del o la estudiante. Asimismo, la diferencia entre el Colegio
Alemán y la Escuela Alemania. Características en la que Valdivia y dicha ciudad
las hacen bastante similares.
En el último
segmento, llamado “materialidad de la sangre”, abundan poemas cortos (tanta
abundancia parece norma en aquellos parajes) donde resaltan discursos de
ficción y no de autoficción. En esta fracción, se ha alcanzado la máxima
decadencia previamente a un desastre no anunciada. En perspectiva distópica, no
tiene la visual tremendista, sino que es parte de lo habitual y se materializa
en el continuo intercambio del plástico que interviene en cada nivel de
subsistencia. En esta dimensión, no hay revuelta, ni revolución que predomine,
el tono destaca por el declive.
El proyecto
poético de dimensionar la problemática ambiental que está alejada de los
propósitos comunes, es decir una expresión del género donde las relaciones
económicas son incoherentes entre el ser humano y el ambiente, lo que sucede en
poblaciones imbuidas en macropolíticas-económicas de extractivismo salvaje. En
consecuencia, HD es un libro donde su
estructura es irregular quedando desnivelado en la primera parte, lo que no se
condice con la última parte donde el trabajo es más claro y mejor encaminado. En
todo caso, para los propósitos de la Escuela de Ecocrítica, en defensa del
paisaje, es suficiente.
HD
Oscar Petrel
Pez Espiral
ediciones, 2018, 98 páginas.
Gonzalo Schwenke
Crítico literario, Valdivia, 2020.
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