martes, 6 de octubre de 2020

Crítica literaria: María cuñada mía (2019)

 

Declaración jurada.

 Publicado en El Desconcierto, sección Tipos móviles.

De vez en cuando, aparecen escritores con respaldo editorial que sacan novelas cortas o cuentos largos, los que tienen diseños rimbombantes, para hacer currículum vitae y con la ambición de desarrollar carrera en lugares que dicten Escritura Creativa. Ojalá en Nueva York y obteniendo financiamiento de fondos estatales. La fórmula está comprobada y dicha práctica, dejando atrás la calidad literaria, se ha normalidad.

María cuñada mía (Laurel, 2019) de Joannes Lillo (Santiago, 1989), lo compré en la última “Primavera del Libro” del Parque Bustamante y llamó la atención por las cuarenta y cuatro páginas que contenía, las que se diferenciaban del catálogo de la editorial. En el libro no hay ningún dato sobre el autor, pero en la página de la editorial se menciona que este cuento ha sido premiado por los Juegos Literarios Gabriela Mistral (2015) y está incluido en un plan mayor. Es necesario mencionar que previamente, el autor sacó Diario flaite de un vampiro (Catalonia, 2017).

Este pequeño volumen, que parece una declaración jurada bien podría ser utilizada para ejemplificar el nivel de habla que se trabaja en la educación media: el habla vulgar, el registro informal, el lenguaje coprolálico y marginal. Es decir, lo que dura un ejemplo y motivar a algún incauto alumno para algún ejercicio de taller para soltar la mano. Y recoger este lenguaje no significa que vayas a ser vanguardista, si tienes sistema clásico.

El protagonista es un estudiante despreocupado de los estudios, que no trabaja, que vive hacinado y enamorado de María, expareja de su hermano. Ella vive sola, en una precaria situación, afectada por el fallecimiento de su segundo hijo y acosada por el antagonista. El resto son personajes que poco aportan a la historia. Como leemos, está presente el triángulo narrativo. De hecho, si aplicamos el espacio físico, este solo aparece si funciona en el contexto, no se molestarían en darle oportunidad. Asimismo, los personajes son presentados a través de sus acciones y demuestra que los sujetos son planos.

De lo anterior, es interesante como las canciones de radio están impregnadas en las personas. Esto, porque si te dispones a leer este relato con el tema musical “dejaría todo” de Chayanne, podremos darnos cuenta que sigue cerca del mismo ritmo. Un método de conquista en la que amor romántico es utilitario, servil y anodino, puesto que, no existe proyección en común. Lo que podría ser soñado, no es más que nuevas formas de conquista de un niño preocupado por perder la virginidad, mantener vigilia y con marcas de psicosis hacia una persona atormentada por la pérdida en un ambiente complicado.

Diario flaite de un vampiro es un libro que tiene el doble de páginas y que no he leído. Sin embargo, la visión de mundo de María cuñada mía es tradicional y el protagonista heteronormado pretende ser el héroe de su protegida en un entorno popular marginal. Para ser una segunda obra, esta es para el olvido.

 

María cuñada mía.

Joannes Lillo

Laurel ediciones, 2019, 44 páginas.

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