Declaración
jurada.
De vez en
cuando, aparecen escritores con respaldo editorial que sacan novelas cortas o
cuentos largos, los que tienen diseños rimbombantes, para hacer currículum
vitae y con la ambición de desarrollar carrera en lugares que dicten Escritura
Creativa. Ojalá en Nueva York y obteniendo financiamiento de fondos estatales.
La fórmula está comprobada y dicha práctica, dejando atrás la calidad
literaria, se ha normalidad.
María cuñada mía (Laurel, 2019) de Joannes
Lillo (Santiago, 1989), lo compré en la última “Primavera del Libro” del Parque
Bustamante y llamó la atención por las cuarenta y cuatro páginas que contenía,
las que se diferenciaban del catálogo de la editorial. En el libro no hay
ningún dato sobre el autor, pero en la página de la editorial se menciona que
este cuento ha sido premiado por los Juegos Literarios Gabriela Mistral (2015) y
está incluido en un plan mayor. Es necesario mencionar que previamente, el
autor sacó Diario flaite de un vampiro
(Catalonia, 2017).
Este pequeño
volumen, que parece una declaración jurada bien podría ser utilizada para
ejemplificar el nivel de habla que se trabaja en la educación media: el habla
vulgar, el registro informal, el lenguaje coprolálico y marginal. Es decir, lo
que dura un ejemplo y motivar a algún incauto alumno para algún ejercicio de
taller para soltar la mano. Y recoger este lenguaje no significa que vayas a
ser vanguardista, si tienes sistema clásico.
El protagonista
es un estudiante despreocupado de los estudios, que no trabaja, que vive
hacinado y enamorado de María, expareja de su hermano. Ella vive sola, en una
precaria situación, afectada por el fallecimiento de su segundo hijo y acosada
por el antagonista. El resto son personajes que poco aportan a la historia.
Como leemos, está presente el triángulo narrativo. De hecho, si aplicamos el
espacio físico, este solo aparece si funciona en el contexto, no se molestarían
en darle oportunidad. Asimismo, los personajes son presentados a través de sus
acciones y demuestra que los sujetos son planos.
De lo anterior,
es interesante como las canciones de radio están impregnadas en las personas.
Esto, porque si te dispones a leer este relato con el tema musical “dejaría
todo” de Chayanne, podremos darnos cuenta que sigue cerca del mismo ritmo. Un
método de conquista en la que amor romántico es utilitario, servil y anodino, puesto
que, no existe proyección en común. Lo que podría ser soñado, no es más que nuevas
formas de conquista de un niño preocupado por perder la virginidad, mantener
vigilia y con marcas de psicosis hacia una persona atormentada por la pérdida
en un ambiente complicado.
Diario flaite de un vampiro es un libro que
tiene el doble de páginas y que no he leído. Sin embargo, la visión de mundo de
María cuñada mía es tradicional y el
protagonista heteronormado pretende ser el héroe de su protegida en un entorno
popular marginal. Para ser una segunda obra, esta es para el olvido.
María cuñada
mía.
Joannes Lillo
Laurel ediciones, 2019, 44 páginas.
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