viernes, 14 de noviembre de 2025

Crítica literaria: Chile Mágico (2025) de Jorge Baradit. El arte del chamullo.



Hace poco en Blanes, España, se inauguró la biblioteca que lleva el nombre de Roberto Bolaño. Durante el protocolo, hubo un detalle que llamó mi atención: su hijo Lautaro contaba que a su padre gustaba el videojuego de computadora “Age of Empires”. En la primera versión podías utilizar al sacerdote que se enfrentaba a enemigos y los convertía mediante la palabra “Wololo”. Sin duda un iluminado.

Caminando con túnica de lino y sandalias entre nosotros, Jorge Baradit (Valparaíso, 1969) se configura literariamente a modo monje, faquir y un nacionalista que nos presenta en Chile mágico (Sudamericana, 2025), una serie de crónicas sobre la identidad chilena que vive una realidad subterránea y por tanto no oficial; un país acechado por la tragedia, de objetivos no logrados y ambiciones truncadas por el destino.

Son ocho capítulos, esotéricamente simbolizan la eternidad y lo infinito, donde intenta mostrar como si fuera algo nuevo, a una nación marcada por la desgracia en su dimensión histórica. 

Los antecedentes traumáticos tienen origen en el relato mapuche de las serpientes en “trentren y kai kai vilu” y científicamente los 282 desastres comprobados, que definen al país y que justifican el fracaso del proceso constituyente 2020 en tanto una pasión trágica designada por caminos misteriosos: “Somos un país marcado por el desastre, la inestabilidad y la precariedad; malos antecedentes para construir comunidad y preocuparse por algo más que la sobrevivencia de nuestra sola familia”. Es decir, en este relato emerge la figura del salvador que quiso entregar las herramientas al pueblo para tener mayor soberanía. Sin embargo, Chile tiene una noción atávica y predestinada a la resignación, por lo que la pandemia terminó por redirigir el foco de interés nacional.

En las distintas secciones insiste en que la magia determina la dirección del país, aquellos “elegidos” han podido descifrar y administrar el poder mágico para hacer el bien o el mal según su conveniencia. Esto no se limitaría a la brujería rural, o a la organización de los brujos en la Recta Provincia de Chiloé, sino que se manifiesta también en las urbes contemporáneas y hasta  en la esfera política. 

Baradit domina el arte de la persuasión, es un mercader de la Historia, porque más allá de los datos concretos de la aparente “investigación exhaustiva”, el “pulso narrador cautivador” que señala la contratapa, utiliza con habilidad los lugares comunes y una perspectiva reduccionista de los procesos históricos que al autor le han generado altos beneficios. Si bien mantiene un discurso masivo, lo hace menospreciando la capacidad de los lectores.

Por ejemplo, en la tercera parte de “la Fundación Mágica de Santiago”  se establece el juicio sobre Pedro de Valdivia y su séquito de europeos aventureros: “La conquista era una loca carrera reservada a los hombres más dementes y, a la vez, fríos de pensamiento, que la pobreza medieval española podía producir”. Para luego continuar con: “Don Pedro, la verdad ya venía con malas intenciones, pero como eran poquitos españoles decidió primero ganarse la confianza de los locales”. Vale decir, la interpretación carece de rigor y contexto histórico, porque ignora la problemática del choque cultural y anula la figura del europeo ambicioso y barbárico. Lo que finalmente viene a ratificar el momento en que Pedro de Valdivia ejecuta a las autoridades mapuche.

Jorge Baradit tiene dos líneas de trabajo: una que pretende ser literatura de calidad fracasada, por ejemplo: su última novela El sótano rojo (2024), y otra, que es su marca comercial “Chile secreto”. En esta última, viene a modo de antecedente, la crónica sobre la Convención Constituyente publicada en 2022 y que debió ser parte del guion de un programa de farándula por el nivel de chismes.

Chile Mágico (2025) de Jorge Baradit vuelve al ruedo del Chile misterioso, con incienso y apreciaciones descabelladas. En los libros anteriores el discurso estaba vinculado a hombres que dominaban el país desde la oscuridad, en este, el autor emerge como el gran illuminati que deshace lo escrito porque hay un prisma mágico que nos hace ser un país destinado a sufrir.


Jorge Baradit. Chile Mágico. Santiago: Sudamericana, 2025, 156 páginas.

sábado, 1 de noviembre de 2025

La disidencia toma la palabra: Especular (2025) de Ornella Lorca, un rechazo a las convenciones y el modelo conservador.

 




Especular (Editorial Pez Espiral, 2025) de Ornella Lorca (La Unión, 1989) es un libro de poemas de largo aliento —con adelantos en revistas académicas y que denota un bagaje de lecturas feministas— que se centra en la introspección como motivo para la auto-observación y la auscultación del “yo” poético, construye  un manifiesto sobre la experiencia femenina donde prevalecen temas como la identidad, lo esperable en una mujer en un contexto conservador en el sur profundo de Chile, la insuficiencia de la maternidad y el poder emancipador del lenguaje. Lo clave de este libro son dos cosas: la travesía que inscribe las batallas libradas y sus huellas en el cuerpo, y la palabra como herramienta para desmantelar el dolor y, finalmente, lograr la transformación personal.

El primer capítulo, titulado “Especular”, se compone de treinta y cuatro poemas en prosa donde el viaje permite que el hablante femenino vaya conquistando su propio cuerpo. Inicialmente leemos un estado de opresión, donde hay incomodidad, lo que le produce angustia y discordia al tener que responder a otro (s). Sin embargo, al emerger de la oscuridad, encuentra la palabra como vía para nombrar y reclamar su existencia. Este acto la libera de la obediencia ciega y abandona el rol de víctima. El “yo” se convierte en un sujeto empoderado, capaz de explorar y arriesgarse a vivir las diversas facetas de la vida, configurándose como una caminante solitaria.

El proceso de introspección se lleva a cabo a través del espejo, donde la observación del cuerpo y la sexualidad sirve para confrontar experiencias complejas como el desamor y el deseo. El registro está vinculado al cuerpo como tatuajes. Al confrontar a una “otra” en el desdoblamiento de su identidad, la hablante realiza una subversión radical: usa la escritura para anular estructuras opresivas y liberar su parte silenciada. Este acto de creación literaria concluye como una búsqueda de comunicación y conexión.

El segundo capítulo titulado “Los espejos son artificios que beben sangre” contiene nueve poemas de estructura irregular, verso libre.  Se observa un quiebre en el tono con la aparición de una dicotomía: “lo que ellos quieren y lo que una puede”.  En “Libertina”, se manifiesta un deseo de sacudirse de las estructuras de lo que se espera de ella. Por tanto, los poemas seguirán una línea similar, marcada por la disidencia a la masculinidad tóxica que intenta imponer un tipo de comportamiento y un modelo conservador.

El tercer capítulo, “Mirarse en el ojo para nombrarse”, se compone de nueve poemas de estructura irregular en verso libre. En ellos, la voz utiliza el símil y la metáfora para construir un discurso confesional y simbólico. Se consolida el viaje donde se explora el conflicto y las tensiones en la búsqueda por liberarse de las convenciones sociales. Los textos se enfocan en el abandono de las restricciones impuestas y en la urgente necesidad de definir la propia personalidad al margen de las normas establecidas.

A partir de la Caverna (de Platón), la hablante se configura como una entidad indomable que rechaza la narrativa histórica tradicional y se forja desde la experiencia del dolor. Dicho quiebre con el orden comunal se mantiene en “Mala Clase”, donde se sitúa como una estampa rebelde y desconfiada que se niega a complacer a otros y valida su naturaleza independiente.

Se emplea, además, un imaginario animal (perro, reptil, lobo) como recurso técnico en la construcción de la voz poética. Esta emergencia la obliga a confrontar la crudeza del mundo exterior, donde el estado es de constante alerta, soledad y vigilia. Dicho esto, no solo define al “yo”, sino que también le otorga el ímpetu para resistir lo doméstico y la tradición.

Esta, la primera publicación de la autora, se sitúa en un espacio liminal: un estadio de obras fundacionales donde la exploración del yo impulsa la carrera literaria. A nivel formal, la autora domina los aspectos técnicos y recursos de estilo, destacando el uso de la cesura.

Sin embargo, lo que más llama la atención en Especular (2025) de Ornella Lorca, es la continua individualidad en el aprendizaje de lo femenino, como si la salida de la caverna ocurriera por acto de magia y no existiera un elemento que promueva y acompañe en este andar hacia la independencia. Si bien la voz lírica posee fuerza y energía, posterga lo colectivo al optar por un camino solitario, priorizando así la resistencia que se ejerce en el silencio y el trabajo con las palabras.


Ornella Lorca. Especular. Santiago: Editorial Pez Espiral, 2025, 70 páginas.