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| Publicado en Le Monde Diplomatique, Noviembre 2025 | 
Durante la adolescencia participaba de un conjunto folclórico en el sur chileno. Ese año llegó un profesor universitario a enseñarnos y prepararnos para la presentación en el Festival que se realizaba en noviembre en la comuna. El mero hecho de que los bailes nacionales, incluidos los de la Colonia, sean parte de la asignatura universitaria llamó mi atención.
Creando el alma nacional (1910-1948)
de Karen Donoso Fritz es una investigación sobre cómo se forjó el folclor
chileno y su identidad tal como la conocemos hoy bajo el alero del Estado. El
folclor es un saber popular que proviene de las clases sociales más bajas y
menos escolarizadas, pero que contiene un valioso sistema de reproducción de
saberes y conocimientos a través de la oralidad, y que también, aún hoy en día,
es digno de imitar.
El alemán Rodolfo Lenz es reconocido como pionero en
estudios folclóricos al indagar, determinar y definir el espíritu del pueblo.
Él, otros académicos y divulgadores validaron esta expresión cultural al
participar en eventos diplomáticos como los de Praga (1928), Sevilla (1929) o
Suiza (1931). Con el apoyo del Estado de Chile se buscó cautivar al público
europeo mostrando algo más que solo los logros de la modernidad y el progreso.
No será hasta la breve República Socialista (1932),
donde el folclor estará incluido en el programa de políticas culturales. Esta
preocupación refleja una planificación del Estado orientada al ocio de la
población, con el fin de que los obreros pudieran desarrollar producciones
culturales en sus organizaciones, como los Socorros Mutuos y los sindicatos.
La cueca es una expresión cultural híbrida, porque es
objeto de discusión, su origen tiene influencias árabes, andaluzas y
afrodescendientes. Citado en este libro, Vicuña Mackenna sostuvo que la
estructura y forma actual de la cueca se consolidaron en Chile durante el siglo
XIX. Mientras que Pablo Garrido señala que la danza absorbió de tres
continentes para arraigarse en Chile y transformarse en una parte fundamental
de la identidad nacional, al punto de que consideraba que “Chile y la cueca”
eran “una sola y la misma cosa”.
De igual modo, en los inicios el estudio del folclor
en Chile comenzó de forma muy restringida, enfocándose casi únicamente en la
poesía y en la cultura del Valle Central. Sin embargo, a partir de la década de
1940, investigadores de la Universidad de Chile, Pedro Garrido y Carlos Lavín
ampliaron territorialmente este campo. Ellos incorporaron no solo más tipos de
expresiones artísticas, sino también las tradiciones de las regiones del norte
y sur del país. Así como en las décadas de 1950 y 1960 se expandieron, el campo
de estudio también debió adecuarse a nuevas manifestaciones artísticas que
aportaran y definieron la identidad nacional.
El consenso político jugó un papel clave en la
integración del folclor como parte de la identidad nacional, incorporaron
expresiones populares que permitieron unificar a la Nación y no separar. Sin
embargo, este proceso no estuvo exento de conflictos, ya que las
características del folclor fueron objeto de constante debate, y los distintos
sectores sociales impulsaron sus propias visiones y tendencias en la sociedad
chilena.
Creando el alma nacional. Extensión cultural,
propaganda estatal e investigación en torno al folclor chileno, 1910-1948
Karen Esther Donoso Fritz
Editorial LOM
2025
200 páginas.
 
 
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