Foto tomada del diario digital El Mostrador. |
Los replicantes
Héroes. Jorge Baradit.
Sudamericana Ediciones, 2019, 195 páginas.
Continuando con las sagas sobre la historia, Jorge
Baradit publica Héroes (2019), quien plantea el acto de revisitar a los
héroes embalsamados que conforman un tipo de identidad patriótica. Así, discute
las estatuas presidenciales que están emplazadas alrededor de la Moneda y modelados
en la formación primaria. Para esto se vale levantando otras figuras plausibles
como Águeda Monasterio, Manuel Rodríguez, Ramón Freire, Francisco Bilbao,
Arturo Fernández Vial, Luis Emilio Recabarren y Pedro Aguirre Cerda, las que
responden a la agenda política contingente.
En el prólogo se evidencia una reiteración a la
culpabilidad de los docentes que nos dedicamos a componer representaciones
durante el proceso de enseñanza. Según señala el autor: “esta forma de enseñar
historia está más cerca del catecismo que de la historiografía” (11). A saber,
sitúa a quienes ejercen la enseñanza, y no a la discusión de las estructuras de
tipo educacional, pero para eso, es imprescindible ejercer la profesión por lo
menos un año en colegios municipales. De modo que, es necesario dar cuenta en
la bibliografía sobre la malla curricular chilena: objetivos, aprendizajes e
indicadores trazados por el Ministerio de Educación. En otras palabras, es en la
Oficina de la Historia Oficial (13) donde convergen los discursos y
poderes dispuestos en las asignaturas que se requieren discutir para el sistema
educacional.
Ahora bien, en cada personaje predominan los apellidos
hispanos, los que están cruzados por el signo trágico y el desplome del mundo
en que habitan. Aquellos que sobreviven a la agonía, deben reanudar el heroísmo
de los caídos, para abrir nuevos avances. En este sentido, la búsqueda de la
consciencia épica vinculada a la conformación de la nación ante un fin próximo,
se enaltece en la figura de la superación del hombre. El superhombre se logra
superando la adversidad, ya sea en las luchas sociales, soldados que se abren
camino en el fragor de la batalla por la independencia, en el capítulo de Ramón
Freire y, en la persistencia de no rendirse jamás en el combate naval de
Iquique, en el capítulo de Arturo Fernández Vial. Por lo que no cabe duda que estos
cruces son una idea filonazi.
A lo que concierne, a la brecha que abre la industria
cultural sobre otra visión histórica, representada por personas que no son
productoras sino por transmisores de saberes, tienen su valía en un discurso
masivo, exagerado pero que alcanza, por momentos, cierto grado de visualidad en
la forma de contar los relatos.
Las oleadas por leer historia también simbolizan la
derrota de las academias locales, puesto que se hace referencia a la poca
injerencia de la misma en espacios públicos debido a las múltiples formas de
enclaustramiento verbal, económico y laboral que conlleva el estudio. De esta
forma, los lugares ocupados por los intelectuales están sitiados y
prácticamente son muy pocos/as que regularmente intervienen en la discusión de
la realidad nacional y que sepa lidiar notablemente con la reacción.
De una manera paralela, en la selección chilena de
fútbol masculino, no han podido determinar a qué director técnico le debemos
dar los agradecimientos por el cuerpo de jugadores que han obtenido las Copas
Américas: a José Sulantay en su formación, a Nelson Acosta, a Marcelo Bielsa
por cambiar la mentalidad, a Claudio Borghi, a Jorge Sampaoli o Juan Antonio
Pizzi. Porque es necesario señalar que el equipo no juega solo y los perdonazos
a los jugadores así lo garantizan. De lo anterior, no podemos entregar la
retribución, puesto que allá se habla de procesos, no de personas o caudillos.
El capítulo del fundador del Partido Obrero Socialista
contiene inexactitudes, puesto que no hay análisis sobre el mensaje que se
intenta otorgar en la figura de Luis Emilio Recabarren. Se afirma en la página
137, que: “Recabarren no creía en la política de y desde la élite ni en los
políticos profesionales ni en las cúpulas dirigenciales”. Sin embargo, es un
sujeto en toda dimensión político, que buscaba acceder e intervenir en el
Congreso y, por esto mismo, es un dirigente influyente. A continuación, esta
sección no da cuenta de algunos errores, ya que Recabarren nunca fue a las
municipales, porque deseaba llegar al parlamento para instalar el programa
revolucionario. A propósito, hay variables en el pensamiento de este trabajador,
los que están en el contexto histórico, por lo que no se puede omitir la
influencia de la revolución rusa de 1917, la que fortaleció el ímpetu de la
clase obrera. Es decir, algunas citas textuales deben estar planteadas en su
origen y no diseñadas para enaltecer figuras en medio del patriotismo social
proletario.
Finalmente, Héroes en su constitución ideológica
nacionalista, pretende buscar la unidad bajo el precepto de la patria y que se
ha difuminado con la globalización. Ante la pérdida de lo que somos como nación
y la crisis de representatividad actual, el volumen que carece de valor
histórico y literario enlaza el sentimiento correcto y la noción del ser
chileno, en abierta exclusión a las migraciones que nos han fortalecido.
Gonzalo Schwenke es profesor y
crítico literario.
Valdivia, 2019.
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