“Ellos querrían mi
lenguaje para expresarse/
Y yo querría el de
ellos para expresarlos/
He aquí el equívoco
el atroz equívoco”
Vicente Huidobro
La
actividad de encuentros homoeróticos que se realiza en lugares públicos ha
cambiado de acuerdo a las tecnologías disponibles. En el actual proceso de
transformaciones del siglo XXI, el deseo homosexual comprende otra realidad que
paulatinamente la sociedad chilena acepta. Por lo que, este impulso se observa
supeditado y alterado por la instalación de aplicaciones virtuales que afinan
el goce y el consumo de cuerpos erotizantes.
“Reconozco no pocas huellas de procedimientos y protocolos
que todavía quedan en las rutas de sexo anónimo, aunque en los tiempos actuales
y distópicos se levanta como una arqueología frente al salto futuro del mundo
virtual en los tiempos de Grindr”, afirma Sutherland (p. 18).
Desde
el anonimato y la geolocalización, el placer gay ha sido perfeccionado al
ubicar a un otro con intensidades similares y con objetivos afines. Lo que no
es público se ha vuelto privado entre departamentos del centro de Santiago, de
menor visibilidad social, pero de mayor adquisición en subjetividades
particulares.
Adicción
sexual
El
agenciamiento de las mercancías sintéticas como tusi, zoplicona, yerba, cocaína,
lorazepam, popper y/o ketamina para intensificar los ejercicios con diferentes
cuerpos singulariza la adicción sexual. Porque lo principal es la diversión, el
descubrimiento, la satisfacción y la evasión sin la necesidad de conectar
emocionalmente con ningún sujeto, lo que permite que la narrativa tenga otro
nivel de autenticidad y de encuentro con el/la lector/a.
Por
largos segmentos aparece un análisis técnico que dialoga con antecedentes
históricos, literarios y culturales LGBTQIA+. Sin embargo, en una entrevista el
autor afirma: “no hay intención académica” y “el saber queda monopolizado por
la academia institucional”. Cumpliendo con una alta cuota del lugar al que se
ha integrado y pertenece.
No dejo de
pensar en ese público misceláneo, que no tiene porqué comprender palabras como
punctum (Roland Barthes) o heterotopía (Foucault), las que disocian la
naturaleza de la lectura. Caso distinto ocurre con la expresión biográfica,
siendo una forma de masificar el acontecer gay en tanto validación formativo y
de existencia.
Este
doble registro es una apuesta arriesgada, porque da por conocidos detalles de
la militancia marica en Chile dejándola en un segundo plano. Muy pocas
referencias están presentes. En la novela de autoficción Papelucho gay en
dictadura (2019), en la que aborda las vivencias de un niño que crece en la
zona poniente de Santiago durante la década del ochenta, se manifiesta de
manera irregular. Todavía es un lugar por explorar y dar cuenta de la orgánica
militante durante los años del desarrollo del sujeto.
Lo que hace
seductor Grindermanías. Del ligue urbano al sexo virtual es la utilización de
diversos formatos que permiten otro tipo de entradas no lineales. Sutherland
emplea una narrativa autoficcional sin abusar de la misma y un vigoroso ensayo que
comprueba su erudición. Naturalmente se distancia del anterior libro Papelucho
gay. No obstante, resulta paradójico que el escritor con militancia desde la
periferia busque ser publicado ampliamente pero quede comprometido con un
lenguaje especializado.
Grindermanías.
Del Ligue Urbano al Sexo Virtual
Juan
Pablo Sutherland
Alquimia
Ediciones, 2021
138
páginas
Precio de
referencia: $11.900
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