Las tramas científicas tienden a
quedar atrapadas en el género del paper, debido a la estructura del artículo
académico y el lenguaje técnico no permite la búsqueda de la fruición lectora. No
es poca la gente que interpela que la difusión del conocimiento se ha
convertido en una élite afectando los diversos intereses de lectores/as.
Evolución. Un presente continuo (2021) de Juan Opazo presenta un
conciso volumen que explica procesos biológicos relativos a la Evolución, con
el propósito de “mostrar de manera simple aspectos fundamentales de evolución y
la evidencia que la apoya” arguye. Asimismo, asume que el concepto “es bien
conocido, pero no lo suficientemente entendido”. Para ello construye un relato
progresivo y congruente dividido en varias piezas pequeñas con ilustraciones de
Felipe Serrano.
Este libro transita por la teoría de
la evolución, la selección natural en tanto, fuerza evolutiva que surgen
especies por condiciones de adaptación, pero para que sucedan estos cambios
ocurren tras millones de años y varias generaciones posteriores. Por lo mismo,
registros fósiles encontrados en Latinoamérica son fundamentales para señalar
que las serpientes se han ido adaptando con el tiempo; pasando de ser reptiles
de cuatro patas, a dos y actualmente, no las necesitan.
De igual modo ocurre con los
cetáceos. Se han descubierto fósiles de hace 50 millones de años, que vivían en
la tierra y tenían el orificio respiratorio (espiráculo) en la parte de adelante
como los gatos y perros. Con el paso del tiempo, la reproducción y evolución ha
hecho lo suyo, donde lo aludido ha sido alterado hasta tener el espiráculo tal
como lo tienen los delfines y las ballenas hoy en día. No se menciona
específicamente qué motiva a estos animales a modificar comportamientos o
hábitat, pero estas transformaciones representan una adecuación de dichas
familias en el ecosistema.
En el capítulo de selección natural,
el autor ejemplifica con ratones de pelaje blanco y otros de negro. Es decir,
la reproducción de una camada varía dependiendo de las necesidades de la
especie con el entorno. Para que la siguiente generación sobreviva a los
depredadores, aquellos que tengan habilidades de mayor camuflaje tendrán una
mayor proporción con respecto a los otros. En otras palabras: la necesidad de
adaptarse o morir.
En el segmento de ¿cómo se originan
las especies?, se ejemplifica con lagartijas porque cuando son distanciados de
forma natural, cada grupo irá modificando a través de generaciones a tal punto
que no se puedan reconocer entre ellas, originando dos especies distintas.
De lo anterior, el segmento más interesante es el árbol de la vida del ser humano, puesto que se aclaran y determinan apreciaciones: el ser humano está emparentado principalmente con los chimpancés. Sin embargo, dado que en algún momento hace millones de años, cada especie se ha adaptado de manera independiente al medio ambiente. Por lo que, “los humanos no evolucionamos a partir de los chimpancés, ni los chimpancés a partir de los humanos” (40). Además, es importante destacar que los gorilas, chimpancés, los seres humanos y los orangutanes tienen alto grado de parentesco y, de momento, no se indica registro fósil en el árbol de la vida.
El
autor concluye el capítulo afirmando que existe un error del pensamiento
antropocéntrico dice que los seres humanos somos el grupo más evolucionado, lo
que no es preciso, porque cada una de las actuales especies tienen un proceso
evolutivo propio debido a las circunstancias y necesidades en el ecosistema.
Por la condición de breviario, que
se entiende como resumen breve de una materia amplia, existen dos debilidades:
el antecedente histórico y bibliográfico. El primero es la escasa amplitud del
dato de Charles Darwin y su paso por Valdivia en 1835 cuando ocurre el
terremoto. Bien pudo haber sido un relato extendido y no haber quedado como
mera referencia. Si bien la obra dialoga principalmente con el autor del
origen de las especies, no sucede lo mismo con las autoras. No se genera un
tejido con las investigadoras, ni conversación sobre los aportes científicos,
ellas son dejadas en una sección aparte en un marco anexo y referencial.
Es necesario mencionar que en la
presente edición contiene errores: la palabra “cuidad” por ciudad, “antrópocéntrico”
que trae dos tildes. El tercer error induce a confusión porque el índice
afirma: “Mujeres en la ciencia del siglo XXI”, pero en el capítulo y el
contenido idóneo se titula “Mujeres en la ciencia del siglo XIX”.
Enfrentado a las vicisitudes de las
charlas masivas muy en boga en los últimos años, el dr. en Ciencias Biológicas
Juan Opazo concreta una adecuación a la investigación que realiza en busca de
promover el conocimiento científico. Lo mismo sucede con parte del catálogo de
la editorial de la Universidad Austral de Chile, en la que la serie “pipetas”
se vincula con la sociedad y mayormente con un público ávido por tomar interés
sobre la naturaleza y los cambios.
Evolución (2021) es una lectura que
abunda y no daña, porque es un relato esclarecedor de procesos de adaptación de los seres que
habitan el planeta tierra. Dando cuenta que la costumbre de los humanos
provocando el actual escenario del cambio climático, interviene directamente en
las formas de vida de los animales en un ecosistema que se altera
permanentemente.
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