Criticado por mantener e insistir con las mismas temáticas de los militantes que se quedaron en el país después del Golpe cívico-militar, el expoeta José Ángel Cuevas (Santiago, 1944) no descuida la poética donde el desencanto y desilusión hacen mella en Poesía de la banda Posmo (2019) publicado por editorial Calabaza del Diablo.
Este volumen que recoge poemas
olvidados en cuadernos junto a otras novedades, contiene 53 poemas en dos
capítulos en el que combinan recuerdos, experiencias, andanzas, lenguaje
popular y crítica sobre Chile; aquel pueblo humilde y esforzado que tuvo alguna
vez la esperanza de mayores oportunidades, y sin embargo, hoy es renegado y
vive por/para/de la desigualdad, muchas veces ausente como lamiéndose las
heridas.
¡Cómo no conmoverse por los poemas
militantes! En 2013/Volver al presente, señala las nuevas
ambiciones de las multitudes de gentes que buscan materiales efímeros para
sentirse individualmente cómodos. No obstante, todavía la memoria es un
fantasma que aflora donde hubo lucha para defender las expropiaciones y
autonomía obrera como en la fábrica SUMAR:
“Han pasado cuarenta años, pero
igual el frontis
de Sumar sigue allí, desteñido
y con olor a sangre de obrero
muerto”
Pese a que anduvo incomunicado un
fin de semana y provocó un alto impacto tanto en las redes sociales como en los
diarios, es necesario volver a la poesía de Cuevas para comprender que una de
las características del trabajo es la observación: un cronista barrial que
habla desde la experiencia de vivir los años de plomo, los setenta. Descrito en
innumerables lugares añejos y que se encuentran en retirada como Cabaret
Zeppelin, El Jote, conversaciones en El Cinzano, la casa natal, población
Conchalí, comedor Las Vegas, Carmen 340, City Bar, entre otros. En este proceso
de desaparición o de cambios, en el poema ¡Mi... generación! ordena
a los últimos cuadros políticos mueran como vivieron sin perturbarse. Lo
que resalta frente a este Santiago transformado, un páramo enajenado y
justificado con la paranoica de la arquitectura en altura.
Así, observamos un comisario del
pueblo que recorre las ciudades de Santiago, en tanto poblaciones como
Yungay, J. M. Caro y J. A. Ríos, las comunas Renca, Estación Central, Puente
Alto, Ñuñoa, etc., barricadas, las historias olvidadas de las punto 30
acechando, y las resistencias, pero también las erradicaciones de 1982-1984, el
arraigo de la pasta base y los vínculos de los distribuidores de la
periferia con la UDI o quedarse atrapado en el Toque de Queda. Estos
nombres configuran una nueva sociedad que ha sido develada gracias a
importantes reportajes. Es así que ante lo mencionado, el hablante expone en el
poema Vida posmo la máxima aflicción y reparo sobre una
sociedad dominada por la tecnología.
“Ya no hay esperanzas señores /
sino una mini libertad
hablar con su celu / pedir un
préstamo / tomar chela
ver fútbol / saltar, gritar como
animales en el Metro.
O caminar bajo calles contaminadas
de vida”.
Cuando leo esta obra,
inevitablemente, aludo al poema en prosa Hablo de Luis Oyarzún, del
Grupo Trilce, Etcetera de Omar Lara debido a la recuperación de
un lenguaje prosaico, la fluidez y forma de construir el poema en donde es
parte de una generación situada no solo en una localidad sino que hay
referencias tangibles en común. Lo que hace José
Ángel Cuevas es precisamente, detenerse a escuchar lo que acontece en la
ciudad, entre la nostalgia y el silencio de la dictadura, hay esperanza y
poemas de amor, diatribas, pero la gran pregunta que el hablante asocia con las
directrices publicadas por Lenin es: ¿Qué hacer?
Si bien Poesía de la Banda Posmo (2019) no está a la altura de Poesía de la comisión liquidadora (1997)
y Maquinaria Chile: Y otras escenas de
poesía política (2012), no deja de ser un poeta ineludible de la escena
chilena. Además, es un libro publicado meses antes de la rebelión popular del
18 de octubre de 2019. Esto es, que la desmoralización es la tónica en el
volumen, y por lo mismo, la esperanza se percibe constante: “quizás de nuevo se
reúna el proletariado y arrase con la realidad” afirma en uno de los poemas.
Esta obra se mantiene equilibrado en sus partes, con muy poca variación, y
con una prosa que pasa revista a los viejos temas que el poeta ha
instalado, sin olvidar que el pasado ha sido removido.
Poesía de la banda posmo, José Ángel Cuevas, La Calabaza del Diablo, 2019, 88
páginas.
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