Crítica
literaria: Cuadernos de composición.
“Yo
estoy ausente pero en el fondo de esta ausencia
Hay
la espera de mí mismo
Y
esta espera es otro modo de presencia
La
espera de mi retorno”
En
La poesía es un atentado celeste (fragmento)
de Vicente Huidobro.
La próxima novela
Felipe Becerra (Valdivia, 1985)
Alquimia ediciones, 2019, 96 páginas.
Durante
los últimos meses se ha visibilizado la forma en que artistas desarrollan el
proceso creativo para llegar a la obra final. El acto de escenificar no deja de
mantener el status de hiperconcentración en los museos capitalinos, y perfiles
para las curatorias temáticas. Además, poner a disposición y contextualizar el
arte a razón de materialidades, tiene sus altos y bajos en el mercado. En todo
caso, no deja de tener un elevado valor para coleccionistas y universidades que
compran los manuscritos de escritores/as de renombre.
La próxima novela
(2019) es el puente hacia la segunda novela anunciada como Los Cisnes de Ñache, tras la aclamada Bagual (ed: Sangría, 2014). En
este volumen que está dividido en cinco partes, existe una progresión selecta de
trabajos con los doce cuadernos a través de notas, boletas, collage y agregando
artefactos, reflexiones, diálogos con otros escritores y teóricos literarios
que son los borradores de algo mayor. En este plano, de lo que se considera un
borrador, el autor en el proceso de observación del momento que vive,
instrumentaliza la contemplación para concebir el mencionado ejemplar, pero sin
dar pistas lineales.
El
libro problematiza este intersticio en la literatura y la ambivalencia
contemporánea de lo que significa ser obra (considerando que esta no acaba
solamente con la publicación). Para esto hay que poner atención en lo que
señala la teórica y feminista Julia Kristeva en intertextualité, pues este tipo de volúmenes en tránsito son
procesos de construcción aleatoria y fragmentaria, pero con un sentido
literario (1997: 7). De igual modo, el teórico Gerard Genette (estructuralista
francés del sesenta) ordenaba la narrativa en lo múltiple de la
transtextualidad, entendiendo esto como una compleja red de tejidos textuales
que permanecen en distintos niveles de diálogo como las citas, el pastiche, los
vínculos con otros autores o la alusión. No por nada, el autor hace desfilar a un
largo etcétera de escritores: Juan Emar, Roland Barthes, Walt Whitman, Macedonio
Fernández, Fernando Pessoa, Pedro Lemebel, Juan Luis Martínez, Pablo Neruda,
José Santos González Vera, Luis Oyarzún, el director de cine Pedro Costa, la
fotógrafa Diane Arbus, entre muchos otros artistas predominantemente masculinos.
Habría que preguntarse por el valor estético de este conjunto de materiales, de
sus múltiples relaciones metatextuales e intertextuales, y si el afán
escritural conlleva o no a la obra de arte propiamente tal. O mejor aún, cómo
de entre los originales de esta “vanguardia” literaria no emerge, antes, una
novela corta.
Siempre
en estado de búsqueda, nunca in-quieto. “Esta
espera es otro modo de presencia” como señala Huidobro, de
manera que, sin quedarse atrás, Becerra parafrasea la idea de la espera de la creación:
“la escritura como espera de otra escritura” (13). En este ámbito, las sutilezas
del anhelo, la expectativa de publicar y que se ha dilatado durante un largo
periodo, el contenido que alberga esta compleja trama de registros, forma parte
de otra arista en tanto recurso de la autoficción.
Felipe
Becerra construye en “La próxima novela” una compleja obra dedicada al oficio
de la escritura, donde emanan sutilezas sobre la obsesión, las dudas, la demora,
el valor en el debut de publicar un libro. Sin embargo, da cuenta sobre el
contenido en los cuadernos como el dibujo de la letra, las construcciones narrativas
y las múltiples relaciones con otras escrituras. Este volumen da importancia a la
producción previa al libro, asunto que muy pocas personas se han atrevido a
señalar en el circuito y en entrevistas sobre la misma. Además, continúa
desarrollando una disposición por elaborar una literatura creativa que sigue
visibilizando la composición de la novela, que no sea decimonónica.
De
lo anterior, no hay que dejar de lado que este connotado autor es un adelantado
a su tiempo, pues antes de los cuarenta años y con una amplia obra demostrada, publica
los cuadernos de composición como muestra de su franqueza literaria.
Gonzalo Schwenke
Profesor y crítico literario.
Valdivia, 2019.
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